En un viejo templo
griego que estaba ubicado en la ciudad de Delfos, se encontró
este texto: Te advierto, quien quiera que fueres, ¡oh!
tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que,
si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco
podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias
de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras
excelencias? |
En ti se halla oculto el tesoro
de los tesoros. ¡Oh! hombre, conócete a ti mismo
y conocerás al universo y a los dioses.
Uno de los fundamentos más importantes de la espiritualidad
es el autoconocimiento, esto es, desarrollar la capacidad de
saber quién soy y qué es lo que más valoro
de mi vida, conociendo a fondo mis debilidades, de esta forma
evaluarme y aprender constantemente.
Cultivar el autoconocimiento no sólo requiere hacerse
consciente de las cosas que nos ocurren, procurando entender
las señales y emociones que emite nuestro cuerpo y nuestra
mente ante determinadas situaciones sino, reservarse un tiempo
para reflexionar. |
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Así, podremos contemplar nuestras metas y también
las aspiraciones y motivaciones de nuestra existencia: al
levantarnos temprano en la mañana, podríamos
traer a la memoria nuestros principales objetivos y visualizar
de manera positiva y amorosa las próximas actuaciones
que protagonizaremos; en la noche, antes de acostarnos, podemos
recapitular los distintos episodios del día, identificando
las oportunidades, retos y nuestras maneras de reaccionar
frente a diversas situaciones.
Cuentan los pilotos de las aeronaves que en sus vuelos la
ruta está trazada de forma clara y es común
que en ocasiones puedan desviarse unos pocos kilómetros
de este itinerario trazado. Sin embargo, lo que los hace llegar
seguros a su destino son los distintos instrumentos que van
indicando el momento en que el vuelo se está extraviando
para poder retomar el camino adecuado. Así también,
el autoconocimiento es uno de los componentes esenciales de
la espiritualidad. Es, por así decirlo, su propia brújula.
Cuando por ocasión de nuestro trabajo y nuestras múltiples
ocupaciones nos vayamos desviando poco a poco de nuestro sentido,
será el autoconocimiento la fuerza que nos ayude a
retomar el rumbo que a veces se nos extravía. Es común
que en la vida cotidiana nos encontremos sin saber qué
hacer o cuál camino tomar y es allí donde traeremos
a nuestra mente esta sentencia: si no hallas dentro
de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo
fuera; tenemos la fuerte tendencia a salir a buscar
muchos oráculos y consejeros. Estos hacen parte de
las necesarias referencias que nos dan elementos para tomar
decisiones, pero el primer oráculo y consejero que
hemos de buscar está dentro de nosotros mismos.
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