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El
Vigía
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La tuberculosis se mantiene
como una enfermedad altamente prevalente en muchos países
del mundo, especialmente en aquellos con mayores niveles de
pobreza.
Tradicionalmente el diagnóstico de la tuberculosis
se ha basado en la visualización de las formas bacterianas
(baciloscopia) en una muestra de esputo, líquido o
tejido, cuyas limitaciones son ampliamente reconocidas en
términos de sensibilidad, dejando de diagnosticar una
buena proporción de casos.
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El cultivo es considerado el estándar
de oro para el diagnóstico de la enfermedad, pero su
gran debilidad es el tiempo que se debe esperar para obtener
un resultado positivo: usualmente es de varias semanas, retardando
de manera riesgosa el inicio del tratamiento.
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Pero las cosas han
cambiado de manera significativa con la llegada de las pruebas
moleculares, basadas en la amplificación del ácido
nucleico de la mico-bacteria para facilitar su detección.
Estas pruebas no solo mejoran la sensibilidad sino también
la oportunidad, ya que máximo en 1 día se puede
tener la identificación de la mico-bacteria. Adicionalmente,
estas pruebas permiten realizar sensibilidad del microorganismo
a medicamentos de primera y segunda línea en el mismo
tiempo.
No hay duda de que estos nuevos métodos diagnósticos,
ya disponibles, generan un impacto significativo en el diagnóstico
de la tuberculosis, permitiendo no solamente captar más
casos sino iniciar un tratamiento oportuno y adecuado, favoreciendo
así la curación y por lo tanto disminuyendo la
posibilidad de transmisión. |
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Las pruebas moleculares,
ya disponibles, generan
un impacto significativo en el diagnóstico de la tuberculosis,
permitiendo no solo captar más casos sino iniciar un
tratamiento
oportuno y adecuado, favoreciendo así la curación
y por
lo tanto disminuyendo la posibilidad de transmisión.
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A veces este tipo
de pruebas no son implementadas bajo el argumento de que las
aseguradoras no lo autorizan, lo cual en algunos casos es cierto,
o porque son demasiado costosas, o porque requieren gran infraestructura.
En primer lugar, a las aseguradoras y al sistema de salud en
general les interesa que un paciente con tuberculosis sea diagnosticado
y tratado oportunamente, no solo por el beneficio para el paciente
sino para cortar la cadena de transmisión; en segundo
lugar, las pruebas de laboratorio hay que analizarlas no solamente
desde el costo sino también desde el beneficio que representan,
y en este caso es muy claro que los beneficios superan con creces
los costos; y en tercer lugar, se dispone en el mercado de tecnologías
que integran toda la prueba en una sola reacción, eliminado
múltiples pasos, minimizando el riesgo de contaminación,
lo que hace que no se requiera infraestructura especial, hasta
el punto de que pueden hacerse incluso al lado del paciente
o en áreas con bajos recursos de infraestructura física. |
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