Recientemente se dio a
conocer un estudio realizado por el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar (ICBF) y la Unión Europea en 16 ciudades
colombianas, cuyo objetivo era identificar los problemas de
esta población vulnerable, el cual determinó que
en las principales ciudades hay 4.457 niños viviendo
en las calles.
La investigación se realizó en niños en
situación de calle, es decir, en niños
y niñas que carecen de relación familiar, que
tienen su medio de supervivencia en la calle, no asisten a la
escuela y no tienen un hogar donde dormir o lo hacen en un albergue
u hogar de paso. Se excluyeron del estudio aquellos niños
que trabajan en las calles, pero que regresan al hogar después
de la jornada.
En ciudades como Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena,
Medellín, Pereira, Pasto, Armenia, Barranquilla, Buenaventura,
Cúcuta, Manizales, Montería, Santa Marta, Tunja
y Villavicencio, se encontró que el 70% son hombres y
el 81% de ellos tiene entre 12 y 17 años. Se identificó
que 171 del total son menores de 7 años.
En las entrevistas manifestaron realizar todo tipo de actividades
para ganar dinero, como pedir limosna, robar, vender cosas,
reciclar o vender su cuerpo. El 29% admitió consumir
drogas psicoactivas. Cerca del 18% de los niños, el grupo
más alto, dijo que abandonó su hogar por el maltrato
físico y sicológico que recibía de sus
padres. Pero otro segmento importante, el 16%, manifestó
que se fue de la casa para vivir con sus amigos en la calle.
El estudio reitera que la crisis económica tiene efectos
graves en la estabilidad y conformación de las familias.
De los de 10 a 17 años, el 53% reconoció haber
tenido relaciones sexuales. Un 12% afirmó haber sido
víctima de abuso sexual. En este ejercicio se evidenció
que estos menores sufren constantemente de gripas, diarreas
y pérdida de sueño. El 25% presentaban enfermedades
dermatológicas y al 9% le faltaban piezas dentales. El
estilo de vida de los habitantes de la calle es caldo de cultivo
para la violencia y propicia un deterioro constante de su salud.
Las secuelas son generalmente dramáticas.
Para algunos expertos estas cifras no reflejan la realidad,
y se estima que el número total de niños en situación
de calle es superior. El estudio revela que en Bogotá
hay 1.887, siendo la ciudad con mayor presencia de niños
en la calle, y le siguen Medellín con 836 y Cali con
400. Sin embargo, la Fundación Niños de los Andes
estima que sólo en Bogotá habría unos 5.000
niños viviendo en la calle.
El país requiere un bordaje integral de esta problemática
social. Las políticas dirigidas a esta población
por sí solas no son suficientes, y se requiere determinar
las causas y realizar acciones concretas. Es necesario aumentar
la cobertura de los programas del ICBF y el compromiso de alcaldes
y gobernadores para destinar recursos para la atención
de los menores. La coordinación entre el ICBF y las alcaldías
es fundamental para fortalecer los centros de atención,
y éstas últimas deben facilitar el mecanismo para
la certificación de indigencia, con el fin de acceder
a los servicios de salud. Se deben buscar medidas efectivas
de re-socialización.
Los factores que influyen en esta problemática son múltiples
y su solución compleja; sin embargo, la meta por el momento
debe estar orientada a establecer mecanismos para proporcionar
protección y asistencia especiales a niños y niñas
en situación de indigencia.
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