MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 16    No. 218  NOVIEMBRE DEL AÑO 2016    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


I Seminario de Bioética, Salud y Tecnología
El humanismo en la
sociedad del cansancio

Hernando Guzmán Paniagua, Periodista - elpulso@sanvicentefundacion.com
“El proceso de salud y enfermedad, y la relación del profesional de la salud con el paciente requiere un tiempo, tanto cronológico como cairótico, un diagnóstico demorado. Fijarse en la situación del otro”.
Dr. Mauricio Taborda
“El humanismo como experiencia vital se expresa en la cercanía compasiva, cordial y eficaz ante el sufrimiento humano”, planteó Mauricio Taborda, profesor de la Universidad CES y coordinador de su Maestría en Bioética, en la disertación “Humanismo en la sociedad del cansancio” en el I Seminario de Bioética, Salud y Tecnología, organizado por San Vicente Fundación el 29 y 30 de septiembre pasado en el Centro de Eventos El Tesoro, en Medellín.
Tras examinar 15 conceptos de humanismo (clásico, latino, renacentista, cristiano, marxista, existencialista, ateo, como estética de la existencia, como domesticación del animal humano, crítico, evolucionista, científico, post-humanismo, trans-humanismo, humanismo como discriminación), señaló que el humanismo “consiste en ser capaz de darse voluntariamente para ayudar a que otros puedan vivir una vida digna”, gesto extraño en una sociedad “donde el individualismo se ha generalizado e institucionalizado”, como expresa Ulrich Beck.
“Preocupación por Determinantes Sociales debe trascender el plano teórico. Es un llamado de emergencia para superar visiones reduccionistas que separan al enfermo de su contexto y nos atrapan en el motivo de consulta, que sólo expresa la necesidad del enfermo, pero esto sólo se entiende en su contexto económico y social”
Dr. Rubén Darío Gómez.
Partió del concepto de la sociedad del cansancio, a partir de la lectura patológica de la historia de occidente, del filósofo Byung -Chul- Han. Explicó: “Cada época tiene sus enfermedades emblemáticas y el siglo XXI se caracteriza por las neuronales: obsesión, depresión suicida, síndrome de fatiga laboral estéril, sin que la causa de esa fatiga tenga un sentido para mí. Todo ello por el exceso de positividad, del tú puedes, del ir más allá de los propios límites. Anota Byung Chul Han: 'El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas, que aísla y divide (…) Estos cansancios son violencia, porque destruyen toda comunidad, toda cercanía, incluso el mismo lenguaje'”. Aclaró Taborda: “No es un elogio de la inacción, sino en pro del cansancio fecundo, del 'cansancio curativo' de Chul Han, el cual 'no resulta de un rearme desenfrenado, sino de un amable desarme del Yo'”.
“Cultivemos nuestra humanidad”
En la literatura, dijo el expositor, ilustran esta sociedad del cansancio, entre otros Fred Murdock, de “El etnógrafo” de Borges, el estudiante que tras dos años de investigación en una comunidad, descubre que el interés no es tanto el prestigio por la publicación sino gozar de lo aprendido e incorporado a su vida, y poder decir el secreto de mil formas distintas. Y “Bartleby, el escribiente” de Herman Melville, ejemplo de la inacción fecunda, que perturba todo el ambiente, antítesis de todos sus compañeros de bufete, sorprendidos ante alguien que responde ante toda petición laboral: 'Preferiría no hacerlo'”.
“El cansancio de la sociedad de rendimiento
es un cansancio a solas, que aísla y divide (…)
Estos cansancios son violencia, porque destruyen
toda comunidad, toda cercanía, incluso
el mismo lenguaje”.
Byung Chul Han
Planteó el expositor: “El proceso de salud y enfermedad, y la relación del profesional de la salud con el paciente requiere un tiempo, tanto cronológico como cairótico, un diagnóstico demorado. Fijarse en la situación del otro. El cansancio del personal de salud afecta la calidad de la atención. Cualquier ejercicio humano, no es lo mismo sosegado y tranquilo, que con fatiga, tanto física como vital, existencial, del sinsentido. Tenemos que definir qué tan saludables son las entidades de salud. Que mi médico se sienta bien irá a favor del paciente, la carrera por altas cifras de consultas y de cobertura va en contra de la calidad. Hay que expandir el concepto de salud, sacarlo del hospital, que el mismo paciente maneje sus tiempos y sepa que su cuerpo tiene límites. Byung Chul Han habla de una comunidad de dopaje, mediante cafeína y otras sustancias que nos activan y mantienen en una alerta, pero sin sosiego, no contemplativa, nos mantiene los ojos abiertos pero no vemos nada. No se trata de leer muchos libros, sino de disfrutar los que leemos”.
Y enunció el “desafío de la justicia social” como “lo que el dinero no puede comprar. Los límites morales del mercado”, según la expresión de Michael Sandel. Concluyó con Séneca: “…Mientras vivamos, mientras estemos entre los seres humanos, cultivemos nuestra humanidad”.
“Cuando la vida humana está en juego…”
“Cuando la vida humana está en juego, no podemos escudarnos en la norma para evadir nuestros compromisos”, postuló el médico salubrista Rubén Darío Gómez, Secretario de la Red Colombiana de Investigación en Políticas y Sistemas de Salud, en su conferencia “El cuidado del enfermo más allá de la clínica”. Señaló el experto: “Hay que tener contacto directo con el contexto social del enfermo, determinar no sólo cómo y por qué enferman las personas, sino también cómo pueden enfrentar el problema”.
Aludió a las premisas de la Comisión para los Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según las cuales la enfermedad no se distribuye por igual en la población, los ricos tienen más recursos para aliviar el sufrimiento y prolongar la vida, en los pobres las dolencias son más frecuentes y más graves. Por ello, dijo, la OMS recomendó mejorar las condiciones de vida cotidianas: ingresos, niveles educativo, nutricional, ambiental y servicios de salud. Hay que luchar también contra la distribución desigual del poder, del dinero y los recursos. Gómez concluyó que la preocupación por los Determinantes Sociales debe trascender el plano teórico: “Es un llamado de emergencia para superar las visiones reduccionistas que separan al enfermo de su contexto y nos atrapan en el motivo de consulta, el cual sólo expresa la necesidad del enfermo, pero esto sólo se entiende en su contexto económico y social”.
 
“La filosofía: arte médico para el alma”
“La salud no es algo que exista más allá del cielo, completamente aparte de la gente y de sus vidas. No es puro ser aparte del paciente. Es una parte constitutiva de la forma de vida de una especie viviente; y es, por tanto, la forma de vida de la especie, así como las experiencias asociadas a ella, lo que el médico debe tener en cuenta al elaborar una norma”.
Martha Nussbaum
Miles de fármacos, tecnologías y tratamientos se disputan hoy el dinero del hombre para curar su cuerpo. Muy pocos se ocupan de su alma. Tal fue la preocupación de Iván Darío Carmona, docente de Filosofía y Letras y de la Maestría en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana, abordada en su conferencia “Cuidado de sí y cuidado del otro” en el I Seminario de Bioética, Salud y Tecnología que realizó San Vicente Fundación el 29 y 30 de septiembre pasado en Medellín.
Y recordó la sentencia de Galeno: “No es verdad que exista un arte llamado medicina que se ocupe del cuerpo enfermo y no haya ningún arte equivalente que se ocupe del alma enferma. Ni es verdad tampoco que esta última sea inferior a la primera, ni en su alcance teórico ni en su tratamiento terapéutico de los casos individuales”. Aquí surge la filosofía como única respuesta.
“La filosofía permite
un diagnóstico de las
enfermedades de todos
los tiempos: Anemia
espiritual, anomia valorativa, servidumbre mental y
desmedido afán por los
datos y la información al día,
la esclavitud del tiempo”.
Iván Darío Carmona
Por ello Carmona citó a Martha Nussbaum: “Las escuelas filosóficas de Grecia y Roma concibieron la filosofía como un medio para afrontar las dificultades más penosas de la vida humana. Veían al filósofo como un médico compasivo cuyas artes podían curar muchos y abundantes tipos de sufrimiento humano”. Y partió de 3 lemas socráticos: 1) “Conócete a ti mismo”, más relevante que darse a conocer a los demás. Los que se conocen, disciernen lo que son capaces de lo que no, conocen lo útil. 2) Ocúpate de ti mismo: “Quien se conozca y se ocupa de sí será quien mejor podrá ocuparse de otros asuntos: su familia, su profesión, su ciudad”. 3) Obedécete a ti mismo. “La obediencia razonable, buena es aquella en la que se obedece no por respeto a la autoridad, sino por amor a lo mejor”.
El expositor recurrió a Cicerón: “Hay te lo aseguro un arte médico para el alma. Es la filosofía, cuyo auxilio no hace falta buscar, como en las enfermedades corporales, fuera de nosotros mismos”. En igual sentido, citó a Epicuro: “Vacío es el argumento de aquel filósofo que no permite curar ningún sufrimiento humano. Pues de la misma manera que de nada sirve un arte médico que no erradique las enfermedades de los cuerpos, tampoco hay utilidad ninguna en la filosofía si no erradica el sufrimiento del alma”.
“La actual tarea de la filosofía es
intentar responder a la pregunta de siempre:
¿Cuál es la vida que vale la pena de ser vivida?
¿Cuál es la vida que tiene sentido en la
construcción de lo humano?”.
Iván Darío Carmona
Señaló el papel de la filosofía: “Permite un diagnóstico de las enfermedades de todos los tiempos: Anemia espiritual, anomia valorativa, servidumbre mental y desmedido afán por los datos y la información al día, la esclavitud del tiempo. Esclavos del tiempo: así como Cronos devora a sus hijos, 'todos tienen prisa porque todos desean evadirse de sí mismos', los apegos, incapacidad para ver lo pequeño y simple, desaparición del diálogo y tiranía del monologo e incapacidad para buscar la armonía, la auténtica belleza”.
Como gran corolario, postuló con Martha Nussbaum: “La salud no es algo que exista más allá del cielo, completamente aparte de la gente y de sus vidas. No es puro ser aparte del paciente. Es una parte constitutiva de la forma de vida de una especie viviente; y es, por tanto, la forma de vida de la especie, así como las experiencias asociadas a ella, lo que el médico debe tener en cuenta al elaborar una norma”.
Y concluyó, que la actual tarea de la filosofía es “intentar responder a la pregunta de siempre: ¿Cuál es la vida que vale la pena de ser vivida? ¿Cuál es la vida que tiene sentido en la construcción de lo humano?”.
 
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