Medicina
y espiritualidad
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¿Cuál
es el aroma qué nos caracteriza? ¿Cuál
es el perfume que damos a nuestra atención hacia los
seres humanos a quienes servimos? Podemos tener un olor a humedad,
a sótano, a lugar donde no entra el aire, mucho menos
el oxígeno. O podemos generar sensaciones de libertad,
de alivio, de esperanza en nuestros pacientes. ¿Qué
recuerdo queremos evocar a través de nuestro perfume? |
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En
entregas pasadas, hemos hablado de los sentidos
o manifestaciones sensibles de la espiritualidad:
el tacto, la mirada, la palabra. Llegó el turno para
el sentido del olfato.
Cuando hablamos del olfato, pueden venir a nuestra mente varias
evocaciones, desde la más física de las expresiones
-bajo los aromas agradables o no que despide la naturaleza o
el ser humano-, y otras más sutiles y que están
incorporadas en nuestras creencias psicológicas, como
aquellas relacionadas con descubrir de lejos las intenciones
o el sentido de las cosas.
Olfatear es pues, una experiencia auténticamente humana
-en ocasiones, demasiado humana para nuestro gusto-, no en vano
la existencia de múltiples productos para generar aromas
que no son los propios. |
El olor que despide
el ser humano le confiere identidad. Un ejemplo que podemos
extraer de la literatura es la de Patrick Süskind en su
texto "El perfume", hablando de su protagonista "Grenouille",
quien necesitó desarrollar distintos aromas, ante la
ausencia del suyo propio: "Primero elaboró un olor
discreto, un aroma gris para uso cotidiano. [
] Oliendo
así podía mezclarse tranquilamente con los demás
seres. [
] Podía ocurrir que pasara completamente
inadvertido, [
] mezcló un perfume algo más
fuerte, con un ligero olor a sudor, [
] que hacía
creer a todos que tenía prisa y le apremiaban negocios
urgentes. [
] Otro perfume era un aroma que incitaba a
la compasión [
]. Olía a leche aguada y madera
limpia y blanda. [
] Las mujeres del mercado al verlo le
alargaban nueces y peras relucientes porque se les antojaba
hambriento e indefenso (pp. 173-174)". |
En el cristianismo el
olor del holocausto
fue reemplazado gradualmente en los textos
del Nuevo Testamento con el aroma que despide
una vida virtuosa, una vida "inspiradora".
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Este bello escrito,
bien nos puede servir como metáfora de la identidad que
despliegan también nuestras acciones intencionadas o
no, que como auténticos perfumes, construidos por nuestra
naturaleza y carácter, generan reacciones en los demás.
En la vida real, todo olor genera poderosas evocaciones de lugares,
personas y acontecimientos.
El aroma también puede ser un vehículo de comunicación
con la esfera divina. Ha sido constante en las distintas religiones
el papel que tiene el olor de los sacrificios y ofrendas para
comunicarse con el Ser Trascendente. Baste indicar las variadas
alusiones en la literatura sagrada -la Biblia, por ejemplo-
en la que se menciona la complacencia de Dios ante el olor agradable
de lo ofrecido: Entonces ofrece el carnero sobre el altar
como holocausto en honor del Señor, como ofrenda quemada
de olor agradable (Éxodo 29,18). |
Nuestra vida puede
despedir un aroma
agradable o desagradable. El aroma de la vida
virtuosa y ética, entregada al servicio del ser humano
es bastante agradable y deseable, y puede llegar
a las dimensiones trascendentes
más insospechadas.
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Sin embargo, en el
cristianismo se ha visto cómo el olor del holocausto
fue reemplazado gradualmente en los textos del Nuevo Testamento
con el aroma que despide una vida virtuosa, una vida "inspiradora".
En este sentido, no deja de ser interesante que, hablando metafóricamente,
nuestra vida puede despedir un aroma agradable o desagradable.
El aroma de la vida virtuosa y ética, entregada al servicio
del ser humano es bastante agradable y deseable, y puede llegar
a las dimensiones trascendentes más insospechadas.
¿Cuál es el aroma qué nos caracteriza?
¿Cuál es el perfume que damos a nuestra atención
hacia los seres humanos a quienes servimos? Podemos tener un
olor a humedad, a sótano, a lugar donde no entra el aire,
mucho menos el oxígeno. O podemos generar sensaciones
de libertad, de alivio, de esperanza en nuestros pacientes.
¿Qué recuerdo queremos evocar a través
de nuestro perfume?
julian.ramirez.md@gmail.com |
Textos recomendados:
http://ror-literatura.blogspot.com.co/2012/04/la-humanizacion-de-grenuille-traves-de.html.
Consultado el 08 de octubre de 2016.
Patrick, S. (1986). El perfume. Historia de un asesino. Barcelona:
Editorial. |
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