 |
|
|
 |
|
Habilidades
para la vida
|
|
|
 |
|
Empatía: mucho más
que
sordera y ceguera emocional
|
 |
|
| Los
buenos sentimientos aseguran algunos, son más antiguos
que los seres humanos. Y es que ese instinto emocional que lleva
a un individuo a querer formar parte de un grupo, de pertenecer
a un colectivo, que exige conectarse con el Otro, sentir su
dolor, comprender la situación que el Otro vive, eso
que hoy llamamos empatía, tiene que ver con instintos
emocionales, logros evolutivos de cien millones de años
atrás. |
La
ciencia habla de instinto emocional, inteligencia social; otros
ven ahí sincronía, capacidad de moverse juntos,
de nadar cerca del Otro, o en términos más humanos,
de estar conectado con el Otro, sentir el dolor del Otro, sentir
su tristeza.
Según Frans De Waal, doctor en biología, eminente
primatólogo y etólogo especializado en inteligencia
social de primates y autor del libro La edad de la empatía
(2011), la primera forma de empatía nació de la
sintonía emocional de la hembra y sus crías. Para
De Waal, son numerosos los animales que se preocupan por sus
congéneres y están dispuestos a acudir en ayuda
de sus semejantes, en algunos casos arriesgando sus vidas. La
lista es grande: chimpancés, delfines, elefantes, bonobos,
macacos, búfalos, todos mamíferos. |
Es posible que hayamos tenido
la posibilidad de vivir o apreciar, como luego de estar cerca
de alguien por largo tiempo, terminamos pareciéndonos
a esa persona, en la forma como habla, como camina, en los gestos,
en los gustos. A esto podríamos llamarlo sincronía:
de movimiento, de pensamiento. En un ambiente de cooperación
es importante actuar en sincronía.
La empatía es definida por De Waal como un mecanismo
emocional por el cual somos capaces de ponernos en el lugar
del Otro, recibimos sus emociones y las interiorizamos como
nuestras. Y añade: Una de las formas en que la
empatía se refleja más, es el contagio. |
 |
Por ejemplo, todavía
representa un misterio cómo la risa o el bostezo pueden
contagiarse tanto, las razones por las que no podemos reprimir
el reírnos a carcajadas o el bostezar cuando vemos que
otro lo hace.
La empatía es un elemento clave de la inteligencia emocional
y de la vida en comunidad. De no disponer de ella, no podríamos
comprender en profundidad el mensaje del Otro, los pensamientos,
sentimientos y las necesidades de quienes nos rodean. Algunos
creen que la empatía es la base de la conciencia moral,
de la preocupación por el Otro, del altruismo. Un individuo
empático puede ser descrito como una persona hábil
para leer emocionalmente las situaciones mientras éstas
ocurren, logrando de esta manera ajustarse a ellas según
se requiera. Este movimiento sincrónico permite
retroalimentación positiva. Es saber cuándo se
debe hablar y cuando no. |
|
La empatía es
un elemento
clave de la inteligencia emocional
y de la vida en comunidad.
|
Sin embargo, no se debe confundir
la empatía con la necesidad de agradar al Otro. Por esto,
ser empático no significa estar siempre de acuerdo con
el Otro. Se puede estar en completo desacuerdo con alguien,
sin por ello dejar de ser empático y respetar las posiciones
diferentes, aceptando como legítimas las propias motivaciones.
Es la juiciosa lectura de las necesidades de los demás,
lo que permitirá reajustar el propio actuar, y ser empático.
Mahatma Gandhi decía: Las tres cuartas partes de
las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían,
si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios
y entendieran su punto de vista.
Sin embargo, se podría creer que esto de la empatía
es algo para los demás, algo que me sobra y le doy al
Otro, algo que al final ni necesito ni me beneficia. Nada más
distante de esa idea. La empatía no es sólo sordera
y ceguera emocional con el Otro que habita cerca de mí.
Si partimos de que muchos seres humanos hoy sufren de este analfabetismo
emocional (ignorantes del reconocimientos de las emociones y
necesidades de los demás), podremos asomarnos a comprender
el caos que vive el mundo contemporáneo, donde se lucha
por el interés propio haciendo caso omiso de que todos
los fenómenos y sus manifestaciones se encuentran en
una relación de interdependencia global. |
 |
|
|
Conclusión
|
| Es
claro que nuestro mundo padece de múltiples problemas:
en palabras de Eduardo Galeano, es un mundo sin alma.
Y la falta de empatía no lo explica todo, pero podría
ser parte fundamental de la solución. La empatía
podría ayudarnos a encontrar el rumbo que hemos perdido,
para no sentirnos a ciegas en la tarea histórica que
nos correspondió vivir. La cuestión no es económica,
es moral. La empatía es una necesidad básica que
nos remite a lo esencial: el encuentro y la comprensión
del Otro. |
| |

|
|
|
|
|
|
|
|