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El Vigía
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Erradicación
de enfermedades:
¿para siempre?
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| “Expertos
comprueban la erradicación del sarampión y la
rubéola en las Américas”. Con este titular
los medios de comunicación anunciaban a finales de 2010
un logro que invitaba a celebrar el éxito de una serie
de estrategias cuyo pilar fundamental fue la vacunación.
Desde 2002 no se presentaban casos de sarampión en Colombia,
hasta que en agosto pasado se registró el caso en una
niña residente en Barranquilla, que estuvo recientemente
en Brasil. |
Hasta mediados de septiembre pasado se
detectaron 7 casos. El Ministerio de la Protección
Social informa en la Circular 44 del 17 de agosto de 2011,
que en lo corrido del año, se han presentado 916
casos de sarampión en América, desde Canadá
hasta Argentina.
La situación es más preocupante si se tiene
en cuenta que el problema es aún mayor en varios
países europeos, pues es de todos conocida la facilidad
con que hoy se mueve la población de un continente
a otro.
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La lucha por la erradicación
de las enfermedades infecciosas tiene su mejor aliado en la
vacunación de la población susceptible, y el
mejor ejemplo ha sido la erradicación de la viruela
en el mundo y la erradicación de la poliomielitis en
las Américas.
Lo que no se puede hacer, después de la erradicación
de una enfermedad, es bajar la guardia.Pese a que la viruela
fue erradicada desde 1980, el Reglamento Sanitario Internacional
adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en 2005, incluye
en las prioridades para sus países miembros la vigilancia
del virus de la viruela como potencial arma bio-terrorista,
cuando ya sólo se hablaba de la enfermedad como un
hecho histórico.
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En
el caso de la poliomielitis se estableció que debe mantenerse
no solo la vacunación a todos los recién nacidos,
sino también la vigilancia de todos los casos de Parálisis
Flácida Aguda en menores de 15 años, con reporte
obligatorio y estudio del virus en materia fecal.
Ahora, lo más importante de señalar, es que una
vez erradicada una enfermedad infecciosa deben continuarse las
acciones orientadas a mantenerla en ese nivel de erradicación.
Erradicar una enfermedad en una región del mundo, cuando
en otras se siguen presentando casos, no significa que se esté
exento de la probabilidad de que pueda reaparecer, tal como
sucedió con el sarampión.
De ninguna manera se puede decir que la vacunación no
es necesaria porque hace determinado tiempo no se presentan
casos, por el contrario, el argumento debe ser: “Vacúnese
para evitar que usted sea el responsable de la reaparición
de un nuevo caso de una enfermedad ya erradicada”.
soox@elhospital.org.co |
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Erradicación: tarea
de todos
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| La
erradicación de una enfermedad sólo se logra con
el compromiso de todos los estamentos políticos, académicos,
científicos y sociales. El principal compromiso del Estado
es fijar las políticas y normas, garantizar la vacuna
a toda la población susceptible, y diseñar y apoyar
estrategias que conduzcan al logro de la meta; la academia debe
impulsar en su cátedra la importancia de la prevención
de enfermedades infecciosas como medida de salud pública;
el personal clínico y asistencial debe estimular a la
población a la vacunación como pilar fundamental
de esta estrategia y por ningún motivo desestimularla
argumentando que no es efectiva ni necesaria o que puede causar
enfermedad; y la sociedad debe adquirir el compromiso de contribuir
al logro del objetivo participando activamente en las jornadas
de vacunación, vacunándose y permitiendo que vacunen
sus niños. Todos debemos contribuir a derrumbar el mito
de que la vacunación “enferma a los niños”
o que “si el niño está sano para qué
lo voy a enfermar”. |
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