 |
|
|
 |
|
|
|
Continuando los razonamientos
de números anteriores de El Pulso (ediciones 111, 112
y 113 de diciembre/07, enero y febrero de 2008), de presentar
propuestas para el Plan Nacional de Salud Pública, ahora
se presentan otras propuestas, pero más enfocadas al
Sistema General de Seguridad Social en Salud en sí, y
no solo al tema de salud pública.
 |
La
salud como objetivo
Que lo importante sea tener personas sanas, no simplemente
aseguradas. Y aunque el aseguramiento es una herramienta muy
útil para mejorar el acceso (da seguridad económica
y jurídica a las personas), no es una finalidad del sistema
en sí mismo, y esa confusión en cambio, sí
ha sido muy dañina para el Sistema.
Normatividad no reactiva
La normatividad en salud suele ser fuertemente reactiva
a los estímulos perversos de los actores del Sistema
-derivadas casi siempre del incentivo sistémico por el
vil metal- y talvez por ello se da la proliferación inagotable
de normas. ¿Qué tal buscar modelos prospectivos
para planificación de la normatividad?
Es indispensable para ello, también, simplificar la enmarañada
arquitectura financiera del Sistema. El quid es cómo,
pero debería ser una tarea por cumplir. |
|
En régimen subsidiado
|
Subsidio a la oferta complementario
al subsidio a la demanda
|
El subsidio
a la oferta no es una disfunción: es un complemento inevitable
del subsidio a la demanda. Estudios incontestables como los
de Alejandro Gaviria de la Universidad Javeriana lo venían
planteando, y esto lo corroboran los ambiguos resultados de
la conversión masiva de recursos de oferta a demanda
(Ley 1122/07) y de cobertura universal de aseguramiento, con
la consecuente desfinanciación a un requerimiento creciente
de recursos de oferta y su efecto terrible sobre la red prestadora,
especialmente la de mediano y alto nivel de complejidad, dependiente
de los recursos de oferta del departamento: Demanda y oferta
deben coexistir, no excluirse.
Carnetización a término
definido
Modulando la voracidad aseguradora, que es una sólida
política de gobierno, se debe reglamentar la carnetización
en el régimen subsidiado para períodos más
cortos, de unos 3 años. Un año era muy poco, impracticable,
pero la vigencia indefinida del carnet, con los niveles de trashumancia
nuestros más la corrupción en ciertas prácticas,
es un bocado para que ciertas EPS-S tengan más UPC-S
que afiliados reales que consuman servicios.
No más subsidios parciales
El mismo Programa de Apoyo a la Reforma en Salud -PARS-
lo planteó hace un lustro, y este gobierno no hace más
que probar nuevas modalidades, ante el fracaso de lo que defendió
con tanta enjundia (acuerdos 267 y 269 del CNSSS). Eso no tiene
posibilidades de funcionar, de veras, no más. |
|

|
|
|
|
|