MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 115 ABRIL DEL AÑO 2008    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

 
Después
del Mayo francés del 68,
nada fue
lo mismo

Juan Carlos Arboleda Z. elpulso@elhospital.org.co
Cada día la historia de la humanidad se puede dividir en un antes y un después, pero 1968 fue el año que marcaría la ruptura en el siglo XX, entre un pensamiento decimonónico enmarcado por la influencia mítico-religiosa de Occidente -pese a que la industrialización ya se había consolidado- y una nueva forma de pensar y ver al mundo, más romántica para algunos, pero más libertaria para otros. Fue el año del grito de ¡Prohibido prohibir!, que los muros de París arrojaron al rostro de un mundo que nunca volvería a ser el mismo.
Joëlle Gallimard era una adolescente cuando desde la ventana de su piso en el Boulevard Saint Germain, a 5 cuadras de La Sorbona, veía pasar las manifestaciones que anunciaban que algo sucedía en París. Bajo la mirada preocupada de un padre conservador y la complicidad de una madre que sabía que el mundo se estaba transformado, Joëlle se unió a la masa de estudiantes que paralizaron la Ciudad Luz, y mostraron al mundo que otras formas de pensar eran posibles bajo el grito de: “Oubliez tout ce que vous avez appris. Commencez par rêver” (Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar). Han pasado 40 años y ahora en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Antioquia, Joëlle recuerda esos tiempos en que todo era posible.
El mayo comenzó en marzo
“Mayo del 68 no fue un acontecimiento programado y en realidad no comenzó en mayo sino en marzo por un problemita puntual en la Universidad de Nanterre, al noroeste de París; ese problema se amplificó y súbitamente todas las universidades apoyaron a los estudiantes de Nanterre, cosa extraña porque en Francia la fraternidad no existe. Fue alrededor del 2 de mayo cuando todo se prendió: las universidades se paralizaron, los estudiantes estaban en huelga, los profesores también e incluso los colegios de bachillerato, y como algo extraordinario, los trabajadores de las industrias se unieron a las protestas, algo que no pasaba en la historia reciente de Francia”.
1968 fue un año en el que algo tenía que cambiar. Mientras los estudiantes en París se reunían y hablaban de derechos, el 4 de abril era asesinado Martin Luther King; en más de 100 ciudades de los Estados Unidos, el verano no se llenó de vacacionistas sino de millones de personas que protestaban contra la guerra en Vietnam; el Poder Negro promulgado por los Musulmanes Negros y las Panteras Negras de Stokely Carmichael y Malcolm X, alertaron a la seguridad norteamericana, al mostrar que había caminos no tan pacíficos como los de King, para lograr el reconocimiento de su raza. En el trono del mundo “light” -aunque la expresión aún no se usaba- hubo revuelo, la ceremonia de coronación de Miss Mundo en Atlantic City, fue interrumpida por mujeres que exigían igualdad y respeto. El homosexualismo acababa de ser despenalizado en Inglaterra. ¡El mundo se estaba acabando!, decían algunos. Lo cierto era que estaba cambiando.
“En 1968 el sistema educativo francés tenía 30 años de retraso, la universidad enseñaba con la misma metodología que en la época de mi mamá que había pasado por allí en 1938. La Sorbona, en ese tiempo todo un símbolo, fue ocupada por los estudiantes con foros, reuniones y gente que dormía ahí.
Hubo choques contra la policía, pero con algo muy diferente de lo que sucede en Colombia y Latinoamérica: no hubo muertos; acá se necesitan 10 muertos para que nos sorprendamos. En Francia con uno sólo ya es la 'revolución en marcha', quizá porque la vida no tiene el mismo valor allá y acá”.
Francia tiene tradición en levantamientos populares: la Comuna de París en 1871 es sólo uno de ellos. El 22 de marzo de 1968, ocho estudiantes, entre ellos Daniel Cohn-Bendit conocido después como Dany el Rojo (hoy parlamentario Europeo), de la Universidad de Nanterre, protestaron por el arresto de 8 miembros del Comité Nacional de Vietnam que trabajaba contra la guerra. El gobierno presidido por “El león francés”, Charles de Gaulle, intentó ahogar las huelgas que siguieron al arresto, mediante acciones policiales que encendieron los ánimos de toda la sociedad; hubo batallas campales entre estudiantes y policías en el Barrio Latino y se desató una huelga general de estudiantes que terminó apoyada por 10 millones de trabajadores en el país. Tariq Ali, relata como Jean-Jacques Lebel, corresponsal en París de la revista inglesa The Black Dwarf, narró así una transmisión radial desde el lugar de las manifestaciones: “Ahora los CRS [la policía antidisturbios francesa] está cargando, están tomando por la fuerza la barricada -¡Oh Dios! Ha empezado una batalla. Los estudiantes contraatacan, podéis oír el ruido- los CRS se retiran. Ahora se están reagrupando, preparándose para cargar de nuevo. Los habitantes están arrojándoles cosas desde sus ventas y los CRS -¡Oh! La policía está respondiendo, disparando granadas contra las ventanas de los apartamentos...'-. El productor interrumpió y dijo: 'No puede ser cierto, ¡los CRS no hacen cosas como ésa!'. -'Te explico lo que estoy viendo...'. Su voz se apaga. Habían cortado la emisión".
“Yo participé en el mayo del 68 y recuerdo que estuve en las comisiones y discusiones, pero nunca acepté la violencia. El Boulevard Saint Germain y el Saint Michel, que es el de La Sorbona, tenían adoquines, y esa fue un arma de los estudiantes contra la policía; recuerdo los árboles a lo largo de Saint Michel, cortados para construir barricadas, y cientos de carros quemados… los franceses son especialistas en quemar carros en los disturbios…no sé como quedan carros en Francia. Francia se paralizó, no había gasolina, había escasez de todo”.
La parálisis francesa
El 3 de mayo de 1968, La Sorbona bullía por la agitación. El rector llamó a la policía y el edificio fue desalojado. Los estudiantes invadieron el Barrio Latino, y en la noche las calles se llenaron de barricadas y enfrentamientos. El lunes 6, conocido como el Lunes Sangriento, los “8 de Nanterre acudieron ante el Comité de Disciplina de la Universidad cantando “La Internacional”, y a su salida fueron atacados por la policía, lo que ocasionó más manifestaciones: las cifras oficiales hablaban de 422 arrestos y 345 policías heridos; las centrales sindicales llamaron a la huelga general. El 20 de mayo Francia estaba totalmente paralizada, escaseaban los artículos de primera necesidad, la gasolina se había agotado, y el suministro eléctrico se cortaba por largos períodos. Según analistas, se produjo un auténtico vacío de poder.
“Todos los días en la mañana se hacían reuniones en La Sorbona; uno entraba a la que quería, duraban 4 o 5 horas y terminaban con una marcha: ahí eran los problemas. Las pedreas generalmente eran a las 7 u 8 de la noche, pero eso no era lo que se buscaba; en las reuniones sólo había consignas y escritos sobre las paredes, y los jefes de las protestas no eran violentos: eran líderes sólo desde el discurso, que luego no podían controlar la violencia que era un desbordamiento. Alguien tira un adoquín y otro lo sigue, por eso hay que diferenciar entre los desbordamientos inevitables y la meta de los líderes que era únicamente de discusión. Recuerdo que Jean Paul Sartre participó en todas las peleas, no hubo ni una en la que no estaba, y Simone de Beauvoir también…”.
Charles de Gaulle estuvo a punto de caer: los estudiantes que reclamaban reformas universitarias, ahora pedían la revolución. El filósofo Jean-Paul Sartre estaba en la cima de su influencia y argumentó que “no existía ninguna razón para preparar la felicidad del día de mañana al precio de la injusticia, la opresión o la miseria hoy”. De Gaulle consideró en serio un golpe de Estado y a principios de junio voló a Baden-Baden, donde estaban estacionadas tropas francesas, para preguntar si le apoyarían en caso de que París cayera en manos revolucionarias. Las tropas aceptaron a cambio de la rehabilitación de varios generales ultra - derechistas expulsados del ejército por su oposición a la salida de Argelia. Se cerró el trato, pero también se recuerda que De Gaulle abofeteó a su Ministro de Interior cuando éste sugirió que Sartre debería ser arrestado. De Gaulle le gritó: "No se puede encarcelar a Voltaire". Sartre fundaría ese mismo año, el periódico Libération.
“Es evidente que hubo enfrentamientos. En cualquier rebelión no se puede evitar cierto grado de violencia; el problema es tener el equilibro entre la huelga que es legal, la protesta que es justa, y la violencia; el ser humano tiene dificultades para lograr ese equilibrio. Por eso no estoy de acuerdo con que mayo del 68 fue únicamente violencia, eso es falso: fue la base de un cambio en la sociedad francesa, y de su mentalidad”.
Es difícil entender las dimensiones de la protesta: en los enfrentamientos la gente desde las casas colaboraba con los manifestantes dándoles primeros auxilios, uniéndose a la revuelta o lanzando objetos y piedras desde las ventanas contra la policía. La marcha del 13 de mayo reunió a 200.000 personas (según cifras conservadoras); el transporte público, los ferrocarriles, los astilleros, el gas y la electricidad se unieron a la huelga; los ferrys del Canal de la Mancha interrumpieron su funcionamiento por falta de gasolina.
“En el movimiento participaron personas de todas las clases sociales, y aunque eran principalmente estudiantes, también había obreros. A partir del 68 se democratizó la universidad, ya que antes eran muy pocos los hijos de obreros que asistían a ella aunque era gratis, porque los padres necesitaban más de gente que produjera. '¡Prohibido prohibir!' era la gran idea que teníamos; ahora sé que ninguna sociedad se puede permitir eso, pero la consigna era sintomática para mostrar el rechazo a la generación anterior, que se limitaba a decir que no se podía hacer esto, que había que hacer lo otro”.
Firmados los acuerdos de Grenelle, el 12 de junio se prohibieron todas las manifestaciones, los grupos de izquierda fueron disueltos por decreto. Se reabastecieron las estaciones de gasolina para que los parisinos salieran de vacaciones, se hicieron concesiones salariales a los trabajadores y el 16 de junio, los estudiantes volvieron a las aulas. Había finalizado el mayo francés del 68.
Ecos del Mayo
Mayo del 68 repercutió con acciones similares en todo el mundo. En Méjico los estudiantes tomaron las universidades reclamando el fin del gobierno unipartidista del PRI y el ejército ocupó las universidades varios meses, lo que le generó el curioso apelativo de ser “el ejercito más educado del mundo”.
El 2 de octubre, 10 días antes de los Juegos Olímpicos en Ciudad de Méjico, miles de estudiantes reunidos en la plaza de las Tres Culturas fueron atacados al atardecer; nunca se conocieron las cifras, pero “extraños” hombres de civil con un guante blanco en su mano derecha, dispararon a diestra y siniestra. Fue la masacre de Tlatelolco, otra herencia del mayo francés.
La liberación sexual, la igualdad de razas y géneros, deben en gran medida el lugar que han alcanzado, al grupo de estudiantes y obreros que hace 40 años se tomaron las calles de París y coparon el pensamiento del mundo. También fueron hedonistas, pero su placer fue diferente: no tenía la comercialización actual; gozar era una ruptura con el puritanismo de los años 40 y 50, cuando los censores aún eran oficiales, se recortaban los besos de las películas, las listas de libros prohibidos rondaban en los Ministerios de Educación y en las escuelas dictadas desde los púlpitos, y Vietnam era el peligro para la paz mundial. Mucho ha cambiado, pero todo sigue igual: un graffiti en Madison, Nueva York´, lo dice: “Iraq is Arabic for Vietnam - Iraq quiere decir Vietnam en árabe”.
“Mayo del 68 si fue útil: cambió el pensamiento de la sociedad. Ahora, gente muy conservadora no ve sino los desbordamientos, que se quemaron carros, etc., pero no ve el debate que hay detrás. Lo malo es que a veces la violencia esconde el intercambio de ideas, y los medios de comunicación sólo cubren el hecho violento sin decir que lo generó; recuerdo como 'Le Figaro' en las primeras páginas mostraba carros quemados y las pedreas; lo mismo sucedió hace dos años en París, y la gente del común no ve sino eso, nunca el debate que hay detrás. No estoy de acuerdo con decir que mayo del 68 no sirvió, de pronto se necesita otro mayo del 68. Tuvo el gran mérito de haber existido, de haber sacudido a la gente; es similar al 9 de abril del 48 en Colombia. Después nada fue lo mismo” 6
Fuentes: Versión web “El Clarín”, Buenos Aires; Tariq Alí, “The Guardian”, versión en español de www.sinpermiso.info Angel Ferrero; Michel Foucault, “1968, Année politique”.
 
Ocioso lector
“La imaginación al poder” y
otros graffiti del mayo francés
Puristas y defensores de cierta moral pública, sostienen que la escritura en las paredes no pasa de ser un acto vandálico, pero la historia de los graffiti se remonta a épocas remotas de la humanidad: las cuevas de Altamira o de Lascaux son testigos fieles y vigentes de la expresión de los primeros humanos que quisieron expresar la visión del mundo que los rodeaba. Es esta interpretación la aplicada al papel real que cumplen esos mensajes “incómodos” -para algunos-, que se convierten en voz de la conciencia de las sociedades.
Durante el imperio romano, eran famosos los letreros que inundaban la Ciudad Eterna criticando las acciones del Senado; las tumbas faraónicas egipcias muestran ocultos vestigios de albañiles que dejaron plasmados sus nombres y ocupaciones. Y en el siglo XX, los estudiantes y manifestantes franceses en la primavera de mayo del 68, dieron un nuevo sentido e impulso a las “pintas” llenas de poesía, de sueños y utopías, mostrando que la sociedad tenia quienes querían dar un viraje a una sociedad asfixiante. Recordemos algunos graffiti que se ganaron un lugar en la muralla infinita de la historia.
- Il est interdit d'interdire. Prohibido prohibir.
- L'imagination au pouvoir. La imaginación al poder.
- Pas de replâtrage, la structure est pourrie. No le pongas parches, la estructura está podrida.
- Nous ne voulons pas d'un monde où la certitude de ne pas mourir de faim s'échange contre le risque de mourir d'ennui. No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre supone el riesgo de morir de aburrimiento.
- Ceux qui font les révolutions à moitié ne font que se creuser un tombeau. Los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas.
- On ne revendiquera rien, on ne demandera rien. On prendra, on occupera. No vamos a reivindicar nada, no vamos a pedir nada. Tomaremos, ocuparemos.
- Plebiscite : qu'on dise oui qu'on dise non il fait de nous des cons. Plebiscito: Votemos a favor o en contra, nos hará idiotas.
- Le patron a besoin de toi, tu n'as pas besoin de lui. El patrón te necesita, tú no necesitas al patrón.
- Soyez réalistes, demandez l'impossible. Seamos realistas, exijamos lo imposible.
- On achète ton bonheur. Vole-le. Están comprando tu felicidad. Róbala.
- La barricade ferme la rue mais ouvre la voie. La barricada cierra la calle, pero abre la vía.
- Le desordre c'est moi. El caos soy yo.
- Dans une société qui a aboli toute aventure, la seule aventure qui reste est celle d'abolir la société. En una sociedad que ha abolido toda aventura, la única aventura que resta es abolir la sociedad
- Oubliez tout ce que vous avez appris. Commencez par rêver. Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar.
 



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