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El
Vigía
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¿Por qué no nos lavamos las manos?
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| Recientemente
se celebró el día mundial de la higiene de manos
impulsado por la Organización Mundial de la Salud y con
una activa participación de todos los países miembros.
Esta es una de varias estrategias que se vienen trabajando con
el fin de garantizar la seguridad de los pacientes durante los
procesos de atención. |
A pesar de que estar claramente
demostrado que la higiene de manos es la estrategia más
eficiente para el control de infecciones asociadas a la atención
en salud, no es claro por qué el personal asistencial
continúa incumpliendo en una alta proporción de
los casos con esta norma básica.
Definitivamente es tiempo de cambiar el abordaje del problema
y analizarlo desde las ciencias del comportamiento. Por qué
si el médico o la enfermera sabe que existe una norma
institucional en ese sentido, que es una medida bastante útil,
que dispone de todos los elementos necesarios, ¿no actúa
en consecuencia? |
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Conviene entonces
desarrollar investigaciones de conocimientos, actitudes y prácticas
alrededor de este tema, y en particular sobre los dos últimos
aspectos: si el personal de la salud sabe que se debe hacer
higiene de las manos, si tiene todos los elementos para hacerlo,
¿por qué no lo hace? ¿por desobediencia?
¿por indiferencia? ¿porque no ha entendido su
importancia? o ¿porque definitivamente no cree
en eso?.
Se plantea en este momento que hay que llegar a la parte emocional
de las personas y nadie mejor para hacerlo que el mismo paciente,
a quien cada vez se le da una participación más
activa dentro del proceso de atención. A él se
le enseñan medidas de auto cuidado y una de ellas debería
ser No dejarse tocar por un médico que no se ha
lavado las manos; esto seguramente molestará el
ego del médico, quien no va a querer que esta situación
se le repita y tal vez con el siguiente paciente tendrá
la precaución de hacerse la higiene de sus manos.
Algunos más pesimistas piensan que es una batalla perdida
con la generación actual y que es necesario trabajar
con las generaciones futuras, empezando por inculcar este hábito
desde la niñez y teniendo refuerzos importantes durante
la formación académica. Indudablemente esta es
una estrategia adecuada y que se empieza a ver en los medios
de comunicación, desafortunadamente no tanto por los
organismos gubernamentales ni por la academia sino más
por la industria de productos de higiene de manos.
Es tiempo de cambiar, es tiempo de reinventar, es indispensable
intentar alcanzar la meta, no es tiempo de desfallecer. Es tiempo
de preguntar: ¿y usted protegió a su paciente
haciéndose higiene de manos antes de atenderlo? ¿Recuerda
el juramento hipocrático de Ante todo no hacer
daño? |
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