 |
|
|
 |
|
|
Medicina
y Espiritualidad
|
|
|
 |
|
|
En este espacio, hemos mencionado
en otras ocasiones la importancia de la construcción
de sentido para el ser humano, no solamente para conservar la
salud sino también para afrontar las enfermedades. No
hay mejor manera de vivir más, viviendo feliz y con un
propósito.
Esta construcción de sentido, en el contexto de la espiritualidad,
tendrá que ver con una serie de prácticas y hábitos,
entre ellos: la meditación, la práctica del perdón,
la reflexión a través de textos sagrados, entre
otros. Sin embargo, producto del acento que tiene el individualismo
para nuestra sociedad, se nos ha enseñado a buscar nuestra
propia felicidad y nuestro propio sentido a través de
prácticas personales, dejando de lado aquello que se
comparta con el otro.
Existen muchos los ejemplos de lo anterior. Se nos habla de
buscar nuestros propios sueños, elegir nuestra propia
felicidad... Éstos mensajes, se repiten una y otra vez
en el cine, en la música que escuchamos, en los libros
que leemos e incluso, pareciera ser el eslogan de las generaciones
más jóvenes. "Piensa primero en ti",
"busca tu propio camino, nos dicen. |
 |
Así, como
muchas otras cosas buenas que tiene la vida, vamos convirtiendo
a la espiritualidad en un producto; en un artículo utilizado
para nuestra propia satisfacción y como si fuera algo
que pudiera comprarse y venderse - o al menos eso es lo que
parecen hacernos creer -.
Sin embargo, después de un tiempo nos damos cuenta que
no hay mayor felicidad que la de brindar felicidad a otros.
Que nuestra alegría es más duradera cuando damos
más que cuando recibimos; que nuestras carcajadas duran
mucho más tiempo cuando fuimos nosotros el motivo de
alegría para alguien más. En otras palabras, nuestro
propio sentido de vida se alimenta cuando ayudamos a otros a
encontrar su propio sentido, su propio camino. Por eso, uno
de los motivos para estar vivos es el crecer en amor y en servicio
a otros.
¿Cuántas personas tienen la oportunidad de trabajar
cada día y realmente sentir que hicieron una contribución
a la vida de otro? Rachel Naomi Remen afirma: "nuestro
trabajo es sagrado, porque estamos trabajando con la fuerza
vital de otra persona, tanto como nosotros mismos, en un viaje
compartido".
Al empezar a comprender que nuestras ocupaciones hacen parte
de la contribución al bienestar de otros y que a la larga,
ayudan a construir un mundo mejor, surge para nosotros un nuevo
sentido. Nuestra vida se convierte en una obra de arte y nuestro
servicio va más allá de una mera técnica,
algo más que simplemente "ganarse la vida"
o "tener un oficio".
Servir también implica hacernos conscientes de que aquel
a quien ayudamos es una persona. El reconocimiento de que el
otro es una persona, se da cuando la tratamos como tal y cuando
somos capaces de percibirla como un todo; cuando no simplemente
la vemos como un cliente, usuario o producto comercial.
Por eso, alcanzaremos un sentido de vida más duradero
si procuramos alimentar el sentido de vida de otros. Es un reto,
pero será un buen comienzo para vivir una espiritualidad
más colectiva y menos individualista. El mayor sentido
de un ser humano será siempre, otro ser humano. |
 |
|
|
|
|

|