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A nivel
mundial nos vemos expuestos diariamente al acceso de información
en cuestión de milisegundos. La tecnología nos
lleva a expandir nuestro conocimiento, pero muchas veces sin
darnos tiempo de procesarlo. |
Y aún más,
cuando se trata de información para entablar discusiones
atrevidas de temas que no conocemos en profundidad. Podemos
entonces señalar al Internet como una plataforma en donde
el usuario obtiene información que puede ser utilizada
en beneficio individual o colectivo. El acceso a información
válida y confiable es posible, pero en un campo de tantas
especulaciones y pocas verdades absolutas como lo es la salud,
los siguientes parámetros se deben tener en cuenta.
La Web puede ser un recurso para nuestros pacientes cuando se
desea aprender de una enfermedad específica, de cualquier
condición relacionada con la salud o de cómo mantenerse
saludable. Nuestro papel como profesionales de la salud debe
promover en lo posible un diálogo constructivo con nuestros
pacientes en este tema, pues existen millones de sitios Web
que ofrecen información donde predominan los mitos y
donde la verdad a medias es presentada como un hecho.
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La Academia
Estadounidense de Médicos de Familia aconseja al paciente
y profesional de la salud encontrar respuestas a las siguientes
preguntas, cuando se obtiene información de salud en
el Web.
- ¿De dónde provino esa información? Cualquier
sitio Web que proporciona información relacionada con
la salud, debe mencionar la fuente de que se extrajo dicha información.
- ¿Quién escribió esa información?
Muchos sitios Web relacionados con salud presentan información
que proviene de otras fuentes. Si la persona u organización
que maneja el sitio Web no escribió dicha información,
la fuente original de la misma debe indicarse claramente. Si
no fue un profesional del área de la salud quien escribió
la información, ¿ésta fue revisada por
un médico o por otro experto en medicina?
- Si la información contiene alguna estadística,
¿los números provienen de una fuente de información
confiable?
- ¿Hay algo en ese sitio Web que parece expresar más
la opinión de alguien que un hecho? Si es así,
¿esa opinión proviene de una persona o de una
organización calificada? |
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Después
de considerar estas preguntas, al paciente se le debe aconsejar
que la información que se encuentra en un sitio Web no
reemplaza los consejos que el médico le da. El médico
o profesional de la salud es la persona más idónea
para contestar las preguntas que el paciente tenga acerca de
su salud personal. Si el paciente lee algo en un sitio Web que
no concuerda con lo que el médico le ha dicho, se deber
promover el diálogo con el paciente, para que ella o
él pregunten acerca de esto.
La siguiente pregunta dentro de este proceso debe ser: ¿Qué
tan actualizada es esa información? El paciente debe
saber si la información relacionada con la salud que
está leyendo está actualizada. Muchas páginas
Web ponen la fecha cuando la página fue revisada o actualizada
por última vez. Usualmente se puede encontrar esta fecha
al final de la página. |
Si esta
fecha no se incluye es necesario ver si la página tiene
una línea que indica derechos de autor. Esto le informa
al lector la fecha original cuando la información fue
escrita. Si la página que el paciente está leyendo
no ha sido revisada en el año anterior, se debe buscar
la información que haya sido actualizada más recientemente.
Para finalizar la búsqueda de información confiable
en la página Web, el paciente debe preguntarse: ¿Quién
es responsable del contenido de esa página? Antes de
cualquier determinación relacionada con la salud, se
debe recomendar al paciente fijarse en quién es responsable
de la información que contiene ese sitio. La forma más
fácil es mirar en la página inicial del mismo:
si la página inicial no menciona quién publica
el sitio, se debe buscar un enlace en donde se diga "Quienes
somos" o "Acerca de este sitio". Este enlace
usualmente llevará al usuario de Internet, en este caso
el paciente, a una página que indica qué persona
u organización es responsable de la información
allí contenida.
Los sitios Web pueden ser publicados por una organización
como el gobierno (.gov), una organización sin ánimo
de lucro (.org) o una escuela o universidad (.edu). Estos sitios
pueden ser las fuentes más confiables de información
de salud, puesto que usualmente no reciben el apoyo de compañías
con ánimo de lucro como compañías farmacéuticas
o compañías de seguros. De todos modos, se recomienda
determinar de dónde obtienen la información estos
sitios, para corroborar su validez.
Al paciente y colegas de la salud se les debe informar que los
sitios Web con direcciones que terminan en (.com) pueden representar
una compañía específica o ser publicados
por una compañía que usa la Web para vender productos
o servicios. Estos sitios comerciales pueden ofrecer información
útil y exacta. A pesar de ello, se debe tener más
cuidado con la información de estos sitios, pues muchos
se enfocan en el aspecto económico por encima del bienestar
del paciente. La información puede no ser objetiva y
exacta si la compañía que paga por este sitio,
puede beneficiarse de dicha información. Es indispensable
verificar la información que se lee en sitios Web comerciales.
Además, se debe estar atento a los sitios Web publicados
por un individuo, que pueden ofrecer apoyo y consejo sobre cómo
afrontar ciertas condiciones y sus tratamientos. Estos sitios
pueden contener opinión confiable y útil. Sin
embargo, es muy importante verificar la información relacionada
con salud, en un sitio Web publicado por un individuo. Mientras
muchos de estos sitios contienen buena información, algunos
pueden contener mitos o difundir rumores que pueden confundir
e ir en detrimento de la salud del paciente.
El acceso a la red informática en Colombia sigue siendo
un lujo para la gran mayoría, pero día a día
los que tienen contacto con la información la interpretan
bajo la premisa de encontrar solución o respuesta a condiciones
que en su gran mayoría necesitan de una interpretación
humana y no virtual. |
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