MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 128  MAYO DEL AÑO 2009    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


Demora en el parto
de la CRES asfixiaría
futuro de la Comisión
Juan Carlos Arboleda Z. - elpulso@elhospital.org.co
En la última semana de marzo pasado todo indicaba que (¡por fin!) se había conformado la Comisión de Regulación en Salud -CRES-. Los nombres de sus miembros circularon en diversos sitios web y tras de ellos sonaron amenazas de tormenta por posibles demandas de quienes no se sentían representados. Sin embargo: o la medida se echó para atrás ante las presiones, o todo fue un globo informativo para medir fuerzas y reacciones. La verdad simple es que la CRES sigue sin despegar y su conformación es blanco de un cada vez mayor número de críticas.
La primera preocupación surge de la excesiva demora del proceso.
Dos años y 4 meses después de expedirse la Ley 1122/07 que ordenaba su creación, no han sido nombrados los miembros de la Comisión, mientras muchos temas que serían de su competencia son reglamentados vía decretos del Ministerio de la Protección Social. Entre tanto, el Consejo de Seguridad Social en Salud ha destinado en sus provisiones los recursos para cuando la CRES vea la luz y reglamenta algunos temas del sector que le presenta el Ministerio.
Un nombramiento fallido
El último revolcón noticioso de la CRES surgió a mediados de marzo pasado, cuando diversas fuentes afirmaban que los comisionados habían sido elegidos por el Presidente de la República de un grupo de 33 personas de 11 ternas remitidas por el Ministerio de la Protección Social, que habían sido presentadas por entidades y organizaciones facultadas para tal fin. Los 5 comisionados ‘nombrados’ eran: Gustavo Adolfo Bravo Díaz, economista postulado por la ANDI; Esperanza Giraldo Muñoz, también economista, de la terna de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas -ACHC-; Heriberto Pimiento Patiño, médico postulado por la Federación Médica Colombiana -FMC-; Ramiro Vergara Támara, odontólogo presentado por Assosalud -Asociación Nacional de Profesiones de la Salud-; y Martha Lucía Gualtero Reyes, abogada postulada por varias asociaciones de usuarios.
Una situación curiosa: el supuesto nombramiento se conoció antes de que el Ministerio publicara los nombres de los ternados en su página web, donde solo aparecieron el 1º de abril, lo cual demuestra los problemas en el manejo de tiempos que tuvo la cartera, y crea dudas sobre la claridad y transparencia del proceso, tal como denunciaron algunas entidades postulantes: “El Ministerio se tardó demasiado para establecer las reglas de juego del proceso y para darle a las entidades instrucciones precisas sobre lo que tenían que hacer para abrir las convocatorias; eso generó muchas dificultades a diferentes organizaciones, que debieron cumplir actuar de forma apresurada y sobre la marcha ir consultando al Ministerio y al Departamento Nacional de la Función Pública, retrasando actividades sobre cómo calificar hojas de vida, hacer exámenes y otros aspectos muy importantes del proceso”. Incluso algunas organizaciones no pudieron presentar su terna, debido a que lo limitado del tiempo no les permitió cumplir los plazos estipulados.
Pero los problemas apenas comenzaban: una vez conocidos los nombres de los posibles comisionados, aparecieron en los entretelones, amenazas de demandas de organizaciones que sintieron menoscabados sus derechos. Bajo el titular de “Interés oculto”, la edición del 19 de marzo del periódico Portafolio, señalaba: “Se armó alboroto por la conformación de la Comisión de Regulación en Salud (Cres). Como en la lista de candidatos no quedó ningún aspirante de las EPS, se dice que están moviendo cielo y tierra para entrar. Su 'lobista' sería Teresa Tono, una contratista que salió del Minprotección. Las cinco ternas ya están en la página de Presidencia de la República”.
Lo más grave del asunto: ante las reacciones, el nombramiento se detuvo y fuentes del Ministerio hablaron de volver a entrevistar a los comisionados pre-seleccionados, lo que añade otro capítulo que no estaba previsto en ningún lado, ni siquiera en el decreto 2277/08 que reglamentó el nombramiento de la CRES, que señala en su articulo 6º que el proceso incluye: examen de antecedentes laborales, examen de conocimientos y una entrevista, la cual fue realizada a todos los candidatos por las organizaciones autorizadas para conformar las ternas, pero no dicta disposiciones sobre nuevas entrevistas. Lo anterior es considerado por algunos participantes en la convocatoria, como “otro síntoma que deja mucho que desear frente al proceso de nombramiento de la CRES y sobre la trasparencia con que se está dando”. Pero además, abre todas las justificaciones jurídicas para posibles demandas: no se cumplieron a cabalidad los tiempos estipulados en el decreto 2277, argumento para demandar el proceso por parte de quienes se sienten sin representación; y de efectuarse una nueva entrevista, podrán demandar todos los que se consideren afectados, al incluir un procedimiento no previsto.
Competencia de los nuevos comisionados
El descontento con los nuevos comisionados no se limita a quienes no fueron escogidos; algunos analistas señalan que con excepción de Martha Lucia Gualtero, quien se destaca en la Defensoría del Pueblo al frente del tema de salud, los demás no tienen reconocimiento nacional ni cualidades de liderazgo en el sector, que amerite su presencia en la CRES: “Esperábamos para la Comisión un perfil de sus integrantes muy alto, una comisión de expertos de las más altas calidades; pero los nombres mencionados no llenan esa expectativa ni por trayectoria académica ni dentro del sector. Además hay allí ex funcionarios del Ministerio de la Protección, lo cual hace muy cuestionable el nivel de independencia que puedan tener, más cuando de la misma CRES hace parte el Ministro, su anterior jefe”, manifestó un especialista del sector que solicitó reservar su nombre.
El aparente bajo perfil de los posibles comisionados puede obedecer a la deserción de muchos pre-candidatos, que se desmotivaron por aspectos como la baja independencia que tendría la CRES, e incluso los bajos salarios, ya que según las convocatorias la remuneración será la definida en los artículos 3 y 4 del decreto 643/08, donde se establece que un experto de Comisión reguladora tendrá una remuneración de $1´818.464 y $3´232.823 por gastos de representación, para un total aproximado de poco más de $5 millones mensuales, cantidad irrisoria para la responsabilidad del cargo.
Otras inconformidades
Posibles fallas estructurales en el proceso son señaladas dentro del sector. Por ejemplo, el que las convocatorias hayan sido separadas, con exámenes diferentes preparados por cada entidad, hace pensar que si se trataba de un concurso de méritos, no todos los participantes respondieron los mismos interrogantes ni atendieron las mismas entrevistas, generando diferencias en la forma como los ternados lograron una posición en cada organización, causando desequilibrio o por lo menos falta de igualdad en las condiciones de participación; también, el que el orden de calificación de los ternados no es tenido en cuenta al momento de la elección presidencial, anula el concepto de méritos, añade incertidumbre sobre la experticia real de las personas, y abre la compuerta al cuestionable lobby que rodea los nombramientos públicos y que esta vez se presentó: “Siempre pensamos que debería haber sido un concurso estrictamente de méritos y que el Presidente debió tener una discrecionalidad mucho menor en cuanto a la gente que nombraba, y que estuviera determinada por la posición que hubieran ocupado en un proceso único de elección de los comisionados”, señaló una organización participante.
También es curioso que si la Ley 1122/07 prohíbe expresamente en el parágrafo 1º de su artículo 5, que los comisionados tengan algún tipo de vinculación contractual o comercial con EPS, IPS, y productoras o comercializadoras de medicamentos (e incluso extiende la prohibición al tercer grado de consanguinidad, 2º de afinidad y 1º civil), los gremios de estas organizaciones presentaron ternas, que si bien pueden estar conformadas por personas sin vínculos directos con dichos sectores, la dependencia se crea por la misma postulación, lo que explica los reclamos señalados por Portafolio, de quienes no fueron incluidos. Es más: para algunos analistas, pese a que el decreto 2277 ratifica lo ordenado en la 1122 (“Las personas que hacen parte de las ternas no van en representación de las entidades que hicieron la convocatoria”), eso es muy difícil de sostener más allá del papel. Así lo confirman quienes participando del proceso, aseguran: “Si bien la intención de la ley era blindar a la CRES de intereses directos de los actores, como no va a tener la comisión representantes de ellos, ya que su función será regular el sistema”.
Lo más preocupante es que mientras no se nombren los comisionados de la CRES, en el sector salud se juegan puntos fundamentales del sistema que están siendo regulados por el gobierno, pese a ser funciones directas de la Comisión, como la definición de la Unidad de Pago por Capitación (UPC); la revisión, actualización y unificación del Plan Obligatorio de Salud (POS), ahora en tránsito al Plan Limitado Único de Salud (PLUS); establecer y actualizar un manual tarifario; recomendar y reglamentar tanto leyes como decretos en el ámbito de la salud, entre otras. Se mantiene así una interinidad preocupante, que deja en manos del Ministerio decisiones no concertadas. Ya, algunas organizaciones anuncian veedurías ciudadanas permanentes sobre las ejecutorias de la CRES, por cuanto hasta ahora, por el desarrollo del proceso de nombramiento, se plantean serias dudas sobre su funcionamiento. La nueva CRES nacerá entonces, con ojo avizor sobre su espalda.
 
Derrotero de decretos
Casi 2 años después de expedida la Ley 1122, el Ministerio de Protección Social con su decreto 2277 reglamentó la forma de nombrar los comisionados de la CRES: estableció plazos para la inscripción de entidades que se consideraban con derecho a presentar candidatos (vencían el 15 de julio/08). El 29 de agosto siguiente, el Ministerio publicó en su sitio web los listados de entidades autorizadas y rechazadas para presentar ternas, según cumplían o no los requisitos. Ahí se inició un proceso de 3 meses en los que las entidades debían convocar públicamente a los interesados en participar, luego las ternas fueron entregadas al Ministerio que tenía 10 días hábiles para trasladarlas al Presidente de la República; esto quiere decir que según los plazos, las ternas se deben encontrar en el despacho presidencial desde enero de 2009, pero el humo blanco sigue sin aparecer.
 
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