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A paso de elefante
avanzan los esfuerzos por reducir la corrupción en
las entidades de salud públicas; sin embargo, una organización
de la sociedad civil viene ofreciendo su acumulado para apoyar
los procesos de transparencia, en éste y en todos los
asuntos del Estado.
Transparencia por Colombia es una organización no gubernamental,
capítulo colombiano de Transparencia Internacional,
que busca ayudar a garantizar mayor transparencia en los procesos
públicos del país. Además del Índice
de Integridad, una herramienta básica para todos los
diagnósticos sobre corrupción que se han hecho
en los últimos años en el país, Transparencia
ofrece más de 10 herramientas metodológicas
que empiezan a calar en diferentes organizaciones estatales
y que, con paso lento pero seguro, están reduciendo
riesgos y actuaciones inadecuadas. Según Rosa Inés
Ospina Robledo, directora ejecutiva de la misma, el Índice
de Integridad, su herramienta diagnóstico, le permite
a una entidad compararse consigo misma e ir mejorando en factores
reales, y compararse con otras entidades del sector y del
país. Esta es quizá la herramienta más
aplicada en el sector de la salud, ya que ha permitido obtener
resultados del Seguro Social, Etesa, Caprecom y Cajanal, por
ejemplo.
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“Aún
no trabajamos de manera específica en el sector, creemos
que otras entidades vienen haciendo trabajos muy fuertes que
también apuntan a disminuir la corrupción. El
Centro de Gestión Hospitalaria, por ejemplo, desarrolló
una metodología para medir la eficiencia y la eficacia
en la prestación de servicios de salud, una herramienta
de vanguardia que está siendo recogida por el Estado
y que se convierte en un muy buen mecanismo para controlar
la corrupción. Nosotros recibimos algunas invitaciones
que estamos revisando y por ahora estamos ofreciendo nuestras
herramientas en todos los sectores”, afirma Rosa Inés
Ospina.
En ese sentido, la directora ejecutiva insiste en la necesidad
de elaborar Mapas de Riesgos en cada entidad de salud y aplicar
las Islas de Integridad, las Veedurías, los Boletines
de Precios Comparados, entre otras herramientas validadas
por Transparencia.
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Entre caballeros
Los Pactos de Integridad son acuerdos que firman los interesados
en una licitación con la persona cabeza de la institución
que convoca y que por medio del pacto se compromete a no pagar
sobornos y a no incurrir en conductas asociadas a corrupción.
El pacto también define cual es la instancia que arbitra
en caso de que haya una conducta irregular y cuales son las
sanciones. Según Rosa Inés Ospina, esta hubiera
sido la herramienta ideal para la contratación de medicamentos
del Seguro Social.
“También intentamos usar el Pacto de Integridad
en la primera licitación del Fosyga, pero cuando salió
la licitación, el Ministerio de Salud no tenía
claro el proyecto ni estaba suficientemente estructurado,
en fin, fue un proceso traumático que terminó
con declaratoria desierta. Nosotros entendimos lo que había
sucedido y que la mejor decisión era esa, sin embargo
cuando se volvió a convocar no se citó a Transparencia
a participar y muchas de las cosas que se habían tratado
de corregir con la discusión abierta no fueron tomadas
en cuenta en la nueva licitación. Ese es uno de los
pocos ejemplos que tenemos en el sector.”
Otra de las herramientas es la de Islas de Integridad, que
contiene una metodología más detallada en torno
de un área específica de una entidad. “Con
ayuda de todos los actores de ese proceso organizacional riesgoso,
se identifican los principales riesgos de corrupción
y se definen mecanismos para controlar y monitorear los riesgos”
“Otra que se ha usado bastante para alertar y poner el
llamado de atención sobre temas críticos, es
el Boletín de Precios Comparados, en el cual se observan
procesos de compra de ciertos insumos en distintas entidades”,
expresa la directora de Transparencia, quien enfatiza la funcionalidad
de este instrumento para el sector salud: “En una ciudad
argentina, vimos que los mismos hospitales compran los insumos
a precios exageradamente distintos”.
Finalmente, la directora ejecutiva de Transparencia propone
las Veedurías Preventivas. En esta modalidad se busca,
en tiempo real, con información suficiente y oportuna,
canalizar las inquietudes que la gente tiene sobre debilidades,
vacíos o irregularidades en un proceso, para que los
responsables introduzcan los correctivos a tiempo. Es decir,
no esperar a que se configure el delito para denunciarlo,
sino hacerlo de manera preventiva.
Además de la integración de las diferentes herramientas
a la cultura organizacional de algunas instituciones publicas,
el equipo de Transparencia por Colombia se siente muy orgulloso
de ayudar a modificar las reglas de la contratación
pública. “Hoy en día el decreto 2170, que
reglamenta la Ley 80, establece que los pliegos deben ser
puestos en borrador, en internet, para abrir la discusión
pública sobre los mismos, que hay que darle respuesta
a los interesados de por qué los pliegos tienen unas
características y no otras y que hay que meterle veeduría
ciudadana a todos los procesos de licitación. Me parece
que todos esos mecanismos que buscan que la gente tenga información,
que pueda opinar y señalar donde hay problemas, son
un avance gigantesco en la contratación pública”.
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