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La
tuberculosis:
¿ayer, hoy, y siempre?
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Sigifredo
Ospina O., MD - Microbiólogo, Epidemiólogo - elpulso@elhospital.org.co |
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Desde 5.000 años
antes de Cristo, se tiene evidencia de los daños causados
por la tuberculosis, al identificar lesiones de mal de Pott
dorsal, en un esqueleto encontrado por Barthel cerca de Heidelberg
en 1907. Similares hallazgos se observan en momias egipcias.
Hipócrates describió la tisis como
la enfermedad más diseminada de todos los tiempos, y
notó que era casi siempre fatal. En la Era Hipocrática
se le da mucha importancia a la tuberculosis y aunque aún
no era muy clara la transmisibilidad de las enfermedades infecciosas,
ya se empezaba a especular sobre la posible transmisión
de la tuberculosis por vía aérea. Galeno consideraba
que era muy peligroso vivir con un tísico porque
este producía una alteración del aire. Aún
a mediados del siglo XIX predominaba la teoría hereditaria,
pero ya existía una fuerte corriente a favor de la Teoría
del contagio.
Se planteaba en la era anterior a los gérmenes,
por Herman Pidoux, que si se llegara a demostrar la contagiosidad
de la tuberculosis, se auguraban desgracias que afectarían
la economía social, la higiene pública y privada,
la medicina y a los pacientes, que serían segregados,
y a quienes se tendría que ocultar para evitar que fueran
abandonados por la sociedad y por sus familiares.
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Pasados unos años
y aceptada la causa básica de la enfermedad, se inician
las campañas orientadas a su prevención y control.
Las autoridades francesas, por ejemplo, iniciaron una campaña
que se denominó "Guerra al esputo y planteaban
lo siguiente: Si la tuberculosis está tan generalizada
es porque se propaga por los esputos de los enfermos. Se evita
la tuberculosis haciendo la guerra a los esputos. El enfermo
a domicilio no debe escupir más que en una escupidera,
provista de cierta cantidad de líquido; fuera de la casa
si no tiene escupidera, debe escupir siempre en un pañuelo.
Todo esputo que cae al suelo (pavimento, alfombras, felpudos,
aceras, carruajes, coches, camas, etc.) difunde la tuberculosis.
Tantos esputos destruidos, tantos casos de tuberculosis evitados. |
La tuberculosis es hoy
el problema de salud pública
deorigen infeccioso más preocupante, por su forma de
transmisión, la población que afecta, lo prolongado
y
tóxico desu tratamiento, los casos de resistencia,
y el impacto social y económico.
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En Colombia, la Ley
15 de 1925 expedida bajo la presidencia de Pedro Nel Ospina,
decía: Por lo menos en uno de los hospitales que
funcionan en cada una de las capitales de departamento... habrá
un pabellón destinado a la hospitalización de
tuberculosos incurables... Habrá también en las
ciudades de que habla el artículo anterior y en las demás
que determine el poder Ejecutivo, un sanatorio para tuberculosis
en donde se prestará a los enfermos todos los cuidados
necesarios para su curación.
Todo lo anterior parece, y es, una historia de siglos pasados,
pero tiene tantas coincidencias con el presente que es como
si ésta volviera a repetirse. Hoy seguimos insistiendo
en el impacto social y económico de la tuberculosis,
en el aumento del número de casos, en las medidas de
higiene necesarias para evitar su transmisión, y en el
problema de la multirresistencia. Para agravar la situación
aparece una combinación letal, la tuberculosis y el virus
de la inmunodeficiencia humana, cada una acelerando el progreso
de la otra, y contribuyendo a una mayor morbilidad y mortalidad.
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Pero, ¿qué es lo
que impide controlar la tuberculosis? Si se acepta que estamos
frente a una enfermedad con un alto contenido social y que son
las inequidades del mundo actual los factores más predisponentes
para su presentación y permanencia en el tiempo, debemos
aceptar también que el reto es supremamente grande. La
literatura está llena de frases como las siguientes:
- Los pobres se hacen aún más pobres por
causa de la tuberculosis.
- No podría esperase que una persona con hambre
y sed, prefiera tomar medicamentos.
- Es vergonzoso que con un tratamiento disponible, tan
efectivo y tan barato, tantas personas continúen muriendo
de tuberculosis.
- Los programas de tuberculosis mal manejados están
amenazando con hacer la tuberculosis incurable.
- La magnitud de sufrimiento y muerte causado por la tuberculosis
es alarmante e inaceptable.
- El problema de la tuberculosis no es cuestión
de desarrollo social, es cuestión de justicia social.
- La tuberculosis atrapa las personas en un círculo
vicioso de pobreza y enfermedad.
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En Colombia el actual
Sistema de Seguridad Social en Salud generó un impacto
negativo en los problemas de salud pública con altas
externalidades, como es el caso de la tuberculosis. Desapareció
la estructura de programas verticales que funcionaban en el
anterior sistema, y paralelamente la notificación, la
vigilancia, la búsqueda activa, las estadísticas,
y en el papel, hasta los pacientes. De cuando en cuando hay
problemas con el suministro oportuno de los medicamentos básicos,
y aún se buscan evasivas para asumir por parte de los
responsables, el manejo del paciente con tuberculosis multirresistente.
No hay duda que la tuberculosis es hoy el problema de salud
pública de origen infeccioso más preocupante,
por su forma de transmisión, la población que
afecta, lo prolongado y tóxico de su tratamiento, los
casos de resistencia, y el impacto social y económico.
Pero, ¿todos lo sentimos como tal? ¿Desde el Estado
con su compromiso constitucional del cuidado de la salud de
la población, hasta el paciente con su responsabilidad
de ser adherente al tratamiento y evitar contagiar a otros?
Esta enfermedad de ayer, sigue vigente hoy, y, ¿permanecerá
por siempre?
Fuente: Infectio, 2001;5 (4): 241-250.
soox@elhospital.org.co |
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