MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 72    SEPTIEMBRE DEL AÑO 2004    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Programa de baja visión:
esperanza para los casi invidentes
Redacción El Pulso - elpulso@elhospital.org.co
Para los pacientes que están a punto de perder completamente la vista, conocidos como pacientes de baja visión, el Hospital Universitario San Vicente de Paúl ofrece la oportunidad de recobrar parte de su función y de rehabilitarse, gracias al “Programa de Baja Visión” puesto en marcha el año anterior, con la coordinación del oftalmólogo Carlos Alberto Restrepo Peláez.
Se reconoce como de baja visión a los pacientes que a pesar de un manejo adecuado, quirúrgico o no quirúrgico, con cirugía o lentes normales, no mejoran su visión de 20/70, límite de quienes se pueden desempeñar laboralmente. Es aquel paciente que está a la mitad del camino entre estar ciego del todo o invidente y las personas que ven normal.
El programa surge con la necesidad de vincular un grupo muy grande de pacientes a su vida normal, social o laboral. La baja visión es muy frecuente: en Antioquia hay unas 90.000 personas con baja visión, casi la mitad de ellas con catarata, a las cuales una cirugía les podría ayudar. Pero la otra mitad de pacientes no tienen alternativas.
La mayoría de los pacientes de baja visión son personas mayores. La primera causa de baja visión es catarata, principal causa de ciegos y de baja visión en el mundo (ciegos son quienes tienen visiones por debajo de 20/200). Otras causas son el glaucoma, la diabetes, y una que va en aumento, la degeneración macular relacionada con la edad o desgaste de la retina por la luz ultravioleta; ésta la principal causa de nuevos ciegos en Estados Unidos, porque el daño en la capa de ozono permite más entrada de rayos ultravioleta.
La mayoría de los pacientes de baja visión son mayores de 45 años, pero también hay pacientes jóvenes y niños, en los cuales se asocia a la violencia, infecciones retinales como toxoplasmosis, estrabismo, defectos reflectivos no corregidos adecuadamente, tumores, y frecuentemente a la ambliopía o el “ojo perezoso”. En los jóvenes hay baja visión por eventos de violencia con arma de fuego o accidentes de tránsito.
La persona creadora del programa es un ingeniero que sufrió el estallido de ambos ojos en un accidente de tránsito. Con muchas cirugías salvó uno de ellos, no completamente. Cuando los médicos le dijeron: “No hay nada qué hacer”, él por testarudez y como es ingeniero es ingenioso, comenzó a utilizar lupas y aditamentos para mejorar su visión, hasta demostrarles que podía recuperar función y capacidad.
Los médicos entonces, empezaron a ponerlo en contacto con pacientes de baja visión para que los orientara en formas de recuperar parte de la visión perdida, con ayudas ópticas o gafas, o ayudas no ópticas como bastones o formas de desempeñarse en su medio ambiente. Inició su tarea con un taller en su casa, luego en la Universidad Pontificia Bolivariana abrió el programa de rehabilitación y baja visión, y ahora apoya al Hospital. En casi 4 años de esta iniciativa, se han rehabilitado alrededor de 500 pacientes.
Con el ingeniero como parte del equipo de trabajo, el Hospital Universitario San Vicente de Paúl estableció el programa de rehabilitación visual, que combina consulta oftalmológica con terapia ocupacional, para que los pacientes de baja visión puedan vincularse de nuevo a una vida social normal y a una actividad laboral.
Grupo de trabajo y proyección del programa
Las personas que ingresan al Programa de Baja Visión son evaluadas de manera escalonada por un grupo interdisciplinario, integrado por un profesional del área de la salud visual (oftalmólogo u optómetra), un sicólogo o un siquiatra, un trabajador social y el ingeniero-paciente que apoya este equipo con base en su experiencia.
Dado que las ayudas de baja visión son muy costosas, el Hospital tiene el proyecto de desarrollar y producir en un taller los prototipos del ingeniero, a precios accesibles. Otro interés del programa es la capacitación a oftalmólogos que se forman en diferentes universidades, pues un 60% de los pacientes los puede manejar el oftalmólogo general.
Ingreso al programa de baja visión
El Programa de Baja Visión funciona en el Departamento de Consulta Externa Adultos. Allí se atienden pacientes particulares, de pólizas o remitidos por EPS, ARS y otras entidades aseguradoras.

El Hospital está subsidiando el Programa de Baja visión, ya que se le da al paciente una consulta de 40 minutos con 4 o 5 especialistas por el precio de una consulta normal.
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