MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 134  NOVIEMBRE DEL AÑO 2009    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


Atención de salud mental:
prioridad en cualquier sociedad
Ricardo Restrepo Guzmán, MD - Corresponsal en Nueva York, Estados Unidos .- elpulso@elhospital.org
La Organización Mundial de la Salud -OMS-, define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, que no solamente refleja la ausencia de enfermedad o dolencia. En este sentido, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Con esta definición nos podemos preguntar si en Colombia y en Latinoamérica se puede lograr equilibrio, igualdad y paz, sin antes reflexionar en aspectos fundamentales para la existencia de cualquier ser humano, como lo es la salud mental.
La mayoría de personas alrededor del mundo no reciben la atención de salud mental que necesitan debido a varios determinantes, incluyendo los culturales, educativos y económicos; pero fundamentalmente, por la falta de financiamiento de los servicios de salud mental y su falta de integración en la Atención Primaria de Salud.
Los determinantes culturales y educativos en Colombia van muy ligados a que se asume que la salud mental es sólo la necesidad de pocos y que es definida muchas veces por el nivel socio-económico de la persona. Este es el comienzo de una serie de errores dentro de un sistema que en vez de promover una idea integral de la salud, divide la salud mental de la salud como tal.
Con esta visión se promueve implícitamente la estigmatización y la discriminación de la persona que busca cualquier tipo de atención en salud mental. Además, si el individuo deja a un lado los temores infundados por el sistema, corre el riesgo de enfrentarse a múltiples dificultades para tener acceso a un tratamiento que probablemente no satisfaga sus necesidades.
El individuo que convive en una sociedad que considera la enfermedad mental como “debilidad” y/o “locura”, no se familiariza con las posibilidades de tratamiento, como resultado de la ignorancia de su propio entorno. Además existen múltiples limitantes y trabas burocráticas a los servicios necesarios de salud mental, por falta de conocimiento y de un compromiso coherente de las instituciones a cargo de la educación y la atención médica (entre ellos, los estamentos del sector público y privado que rigen el sistema de salud e impiden la integración de la salud mental en la Atención Primaria en Salud).
Hoy más que nunca nuestra sociedad se enfrenta a un problema universal, del que no escapa ningún país o ser humano: el 25% de la población sufre en algún momento de su vida un trastorno mental. Según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental constituyen 5 de las 10 principales causas de discapacidad mundial; en el continente americano, cerca de 1 de cada 4 personas sufrirá alguna forma de enfermedad mental en algún momento de la vida. Gracias a los adelantos científicos y médicos, existen tratamientos eficaces para la mayoría de estas enfermedades; sin embargo, la mayor parte de los enfermos en Latinoamérica no reciben tratamiento alguno.
Colombia necesita un plan en el que se ejecuten
las leyes para una reforma de la atención de la salud
mental, con mejoras en el tratamiento y la atención
para el buen desarrollo mental de la niñez, la prestación
de servicios de salud mental en la Atención Primaria
en Salud y el desarrollo de recursos
humanos para la salud mental.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra el 10 de octubre de cada año, enfatiza que en América Latina y el Caribe, la "brecha del tratamiento" de la salud mental -el porcentaje de personas que padece algún trastorno mental y que no recibe tratamiento- comprende de 59% en el caso de la depresión grave a 71% para el abuso del alcohol o problemas de dependencia. Esta falta de atención se debe principalmente a una escasez de fondos y de recursos humanos para los servicios de salud mental, y al hecho de que estos servicios no están bien integrados en la Atención Primaria en Salud.
Mejorar oferta y acceso en servicios de salud mental
Los países latinoamericanos destinan un promedio de menos de 2% del presupuesto nacional de salud a la salud mental. La mayor parte de este gasto (hasta 90% en algunos países), está dirigido a los hospitales psiquiátricos, en lugar de destinarse a los servicios primarios de salud o de atención a las comunidades. Esto confirma la necesidad inmediata de ofrecer servicios de salud mental accesibles, que no fraccionen el núcleo familiar o laboral. Más aún: debemos preparar y educar a la sociedad para que no se mire con sospecha a aquella persona que necesite de cualquier servicio de salud mental.
Colombia necesita un plan en el que se ejecuten las leyes para una reforma de la atención de la salud mental, con mejoras en el tratamiento y la atención para el buen desarrollo mental de la niñez, la prestación de servicios de salud mental en la Atención Primaria en Salud y el desarrollo de recursos humanos para la salud mental. Este cambio debe promover el acceso y la utilización de información científica a nivel educativo.
En Colombia, una quinta parte de nuestra población presenta trastornos depresivos y el suicidio es la cuarta causa de muerte en hombres de 15 a 44 años, esto sin contar la influencia de los trastornos mentales en accidentes y en las patologías médicas generales. La OMS reporta alrededor de un millón de suicidios anualmente en el mundo, es decir unos 3.000 cada día en promedio, seis de ellos en Colombia, según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal; el país ocupa actualmente el tercer puesto entre las naciones latinoamericanas con mayor índice de suicidios, después de Cuba y Brasil. El Estudio Nacional de Salud Mental Colombia 2003, mostró que alrededor de 8 de cada 20 colombianos, 3 de cada 20 y 1 de cada 14 presentaron trastornos psiquiátricos alguna vez en la vida, en los últimos 12 meses y en los últimos 30 días, respectivamente. Los trastornos más frecuentes fueron los trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y uso de sustancias.
Cabe preguntar qué falta para delinear una política efectiva de promoción y prevención en salud mental en Colombia. La respuesta parece simple: se necesita compromiso del gobierno, la empresa privada, las instituciones académicas y la ciudadanía. Y se necesitan líderes convencidos de que la salud mental debe incluirse en cualquier plan de salud pública y privada en nuestro país, pues hasta el día de hoy sólo un pequeño número de colombianos tiene acceso a un servicio continuo de salud mental .
 
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