Luego
de las decisiones tomadas por organismos como la FDA (Administración
de Drogas y Alimentos) de los Estados Unidos, de la Agencia
Europea de Medicamentos (EMEA), y de la TGA (Therapeutic Goods
Administration) organismo regulador de medicamentos en Australia,
y de las decisiones que en consecuencia ha tomado el Invima
en Colombia respecto de algunos medicamentos, actualmente hay
millones de consumidores en todo el mundo que se cuestionan
sobre la seguridad de un medicamento cuando inician un tratamiento.
El caso más reciente fue la polémica sobre medicamentos
para controlar el colesterol que contienen el principio ezemetibe
y simvastatina, y poco antes, el debate casi en todo el mundo
contra los productos anti-gripales administrados en forma libre
por los padres a sus niños, muchas veces con abuso de
los mismos. Incluso, fueron puestos en duda los estudios sobre
efectividad de algunos medicamentos como los anti-depresivos,
suplementos vitamínicos y hormonas que alivian los síntomas
de la menopausia.
Quizá el caso más sonado es el del analgésico
Vioxx, que se convirtió en el anti-inflamatorio no esteroideo
(Aine) más formulado en el mundo para tratar la artritis
reumatoidea y el dolor; pero el 30 de septiembre del 2004, el
laboratorio productor, Merck Sharp and Dohme, decidió
retirarlo del mercado luego de que varios estudios demostraron
que su uso continuado (superior a 18 meses) elevaba el riesgo
de infartos y derrames cerebrales (pero 84 millones de personas
lo consumían).
Igualmente, un estudio de la Universidad de Auckland (Nueva
Zelandia), que analizó 1.417 casos de mujeres posmenopáusicas
sanas durante 5 años, concluyó que los ataques
cardíacos, las apoplejías y las muertes súbitas
fueron más frecuentes entre las que tomaron suplementos
de calcio, debido a que al parecer éste se deposita en
las arterias, aumenta la tensión arterial y acelera el
funcionamiento cardiaco.
Y frente a los antigripales y fármacos para la tos en
menores de 2 años, la FDA prohibió en Estados
Unidos la venta de todos estos medicamentos, por considerar
que su consumo representa graves riesgos, entre ellos los de
sedación, complicaciones cardiovasculares, convulsiones
y muerte. También restringió su uso para menores
de 12 años, al estricto control y prescripción
médica.
Y respecto de las hormonas para disminuir los síntomas
de la menopausia, dos estudios publicados en abril de 2007 concluyeron
que las mujeres sometidas al tratamiento sufrieron un incremento
del 20% en el riesgo de desarrollar cáncer en los ovarios,
mientras el segundo confirmó que entre 2001 y 2004 las
tasas de cáncer de mama en ese país cayeron un
9%, debido a que las mujeres dejaron de consumir hormonas.
Finalmente, una revisión de datos de 68 estudios del
Centro de investigación sobre la intervención
clínica de la Universidad de Copenhague (Dinamarca),
que incluyó ensayos con 232.600 participantes, concluyó
que algunos complementos antioxidantes que se indican para tratar
enfermedades, podrían en realidad aumentar el riesgo
de muerte. |