MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 9    No. 106  JULIO DEL AÑO 2007    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


En Programa de Epilesia de El Hospital
Implantan estimulador del
nervio vago a paciente infantil
Patricia Cárdenas Maya - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
Para mejorar la calidad de vida de una paciente de 12 años, los especialistas del Grupo de Epilepsia del Hospital Universitario San Vicente de Paúl le implantaron un “estimulador del nervio vago”, dispositivo similar a un marcapasos que le permitirá a la paciente reducir el número y la frecuencia de las crisis de epilepsia, su duración y el malestar que se genera después de una crisis.
Se trata de la primera cirugía de este tipo que se realiza en Colombia: En 1997 la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó esta técnica, se aplicó por primera vez en 1998 y desde entonces se ha practicado en más de 46.000 personas en el mundo (entre ellos 18.000 niños), en pacientes desde 4 años de edad hasta adultos de 65 que sufren de epilepsia refractaria que no responde a las cirugías ni a los medicamentos.
El Grupo de Epilepsia del Hospital venía contemplando desde hace 2 años la posibilidad de aplicar esta tecnología aprobada por la Academia Americana de Neurología. La estimulación del nervio vago excepcionalmente curará la epilepsia: se trata de una técnica para mejorar mucho la calidad de vida de los pacientes epilépticos, dado que los pacientes y los estudios reportan una mejoría en su atención, en su memoria, en su bienestar general y anímico; por ello, la expectativa con este procedimiento es facilitar la reinserción a su vida normal.
Según la literatura sobre el tema, el 2% de los pacientes quedan libres de crisis de epilepsia: La gran ventaja del estimulador consiste en reducir la duración de las crisis, la cantidad y frecuencia de las mismas y el malestar posterior. El 50% de los pacientes pueden reducir las crisis en más del 50% y según estudios de costo-efectividad realizados en Suecia y Estados Unidos, se recupera la inversión a los 18 meses de la intervención.
Manejo de la epilepsia en El Hospital
La epilepsia, un trastorno cerebral caracterizado por convulsiones recurrentes, en cuyos ataques se altera la función cerebral y se producen cambios en la atención o el comportamiento por una excitación eléctrica anómala del cerebro, puede ser hereditaria, secundaria a una lesión cerebral, o temporal a causa de la exposición a algunos medicamentos o niveles anormales de sodio o glucosa en la sangre.
Para tratar a los pacientes afectados, el Grupo de Epilepsia del Hospital Universitario San Vicente de Paúl creado hace 7 años trabaja con 3 grupos: uno de pacientes con epilepsia controlable, otro de pacientes resistentes al tratamiento farmacológico y que pueden ser candidatos para cirugía y un tercer grupo de pacientes que no tienen alternativa quirúrgica o no pueden ser candidatos a la misma.
En el primer grupo, con diagnóstico adecuado y tratamiento oportuno, se logró un muy buen control de las crisis e incluso se pudo suspender el uso de medicamentos después de 2 o 3 años libres de crisis, con un 70% de éxito en la suspensión de la medicación; esto redunda en mejor calidad de vida, reducción de la estigmatización que sufren muchas veces estos pacientes y en la sensación de alivio y curación.
Entre los pacientes del grupo 2, desde hace 4 años se han realizado 52 cirugías (30 de ellas en El Hospital), con una muy buena respuesta: aproximadamente el 75% de ellos libres de crisis, pero con medicación. Estos pacientes renuevan sus actividades de la vida diaria normal, académicas, sociales y/o laborales. También se redujeron los días de hospitalización y los medicamentos.
Y con el último grupo de pacientes se trabaja combinación de medicamentos nuevos, no baratos, que con frecuencia no superan el 15% de efectividad en el tratamiento de las crisis; por estas condiciones, son candidatos a la técnica de la estimulación del nervio vago, la adecuación de tratamientos anticonvulsivantes nuevos o la dieta setogénica (con base en grasas, útil en algunos pacientes con epilepsia refractaria, requiere control estricto de nutricionista y es de difícil adherencia).
Para determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente, éstos son evaluados por un grupo multidisciplinario, integrado por clínicos, neurólogos dedicados a epilepsia, neuro-radiólogo, electro-fisiólogo, neuropsicóloga y trabajadora social. El grupo recomienda la cirugía o tratamientos alternativos como la estimulación del nervio vago.
Técnica alternativa
Cuando la epilepsia se muestra resistente a los tratamientos farmacológicos y altera de modo importante la calidad de vida del paciente, se recomienda acudir a la cirugía. Sin embargo, algunos casos no se pueden beneficiar de una intervención al ser demasiado amplia la zona cerebral responsable de las crisis.
En estos casos se plantea la opción de estimulación del nervio vago, cuando no hay ninguna lesión cerebral evidenciable, ni zona epiléptica que se pueda operar con la técnica clásica de resección; el nervio vago transmite la información al cerebro y mediante su estimulación se puede provocar una disminución gradual de las crisis. La implantación se realiza en el cuello y el generador se coloca debajo de la clavícula como si fuera un marcapaso cardíaco. Una vez instalado, el especialista programa el dispositivo para que genere automáticamente un estímulo periódico durante todo el día.
El Grupo de Epilepsia del Hospital contemplaba desde hace dos años la posibilidad de aplicar esta técnica, y en abril pasado implantó el estimulador del nervio vago en una niña que ya logró reducir la duración de sus crisis de 12 a 7 minutos y aprendió a manejar su equipo. Según los estudios sobre el tema, los resultados positivos empiezan a ser más evidentes a los 3 ó 6 meses de implantado el estimulador, y el efecto se mantiene por unos 10 años, cuando debe cambiarse. El estimulador es un aparato con una batería, que se implanta quirúrgicamente bajo la piel, se conecta al nervio vago y desde allí envía pequeñas descargas de electricidad al cerebro.
El implante del estimulador es un procedimiento sencillo: La intervención dura entre 45 minutos a 2 horas, en las cuales se coloca un estimulador que tiene el tamaño de una moneda de $500 debajo del pectoral izquierdo y con un cable se pega al nervio vago. El paciente puede programarse de manera ambulatoria o puede ser hospitalizado, se dejan pasar dos semanas para la cicatrización y luego se inicia la programación del equipo que se hace inicialmente cada 15 días y luego cada 3 semanas, hasta llegar a los 6 meses después de implantado. Entre los poco frecuentes efectos secundarios, está la bradicardia o aumento de la frecuencia respiratoria, y la sudoración.
Vale anotar que la compañía productora del estimulador y la Liga Nacional de Lucha contra la Epilepsia, recomiendan que sólo se coloquen estos dispositivos en pacientes manejados por Grupos de epilepsia y no en pacientes de forma individual aislada.
La intervención quirúrgica en El Hospital duró 45 minutos y fue realizada por el neurólogo Jaime Carrizosa y el neurocirujano Rodrigo Díaz; no fue un procedimiento invasivo ya que sólo requiere dos pequeñas incisiones de dos centímetros en el cuello y la axila, evitando así abrir el cráneo. El dispositivo queda ubicado a la altura del pecho y los cables que hacen parte de él, quedan al nivel de la clavícula.
Con el implante del estimulador del nervio vago, el Hospital Universitario San Vicente de Paúl ofrece así a los pacientes epilépticos una opción de beneficios comprobados en el tratamiento de su enfermedad .
 
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