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El cuadro de determinantes sociales de la salud puede analizarse
en el contexto de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio
-ODM- que preocupan a todo el mundo, incluso al gobierno.
El Conpes elaboró el documento Metas y Estrategias
de Colombia para el logro de los ODM hacia 2015, y sus objetivos
son: bajar la pobreza del índice oficial de 51.8% a
28.5%, la pobreza extrema de 16% a 8.8%, la población
con algún tipo de desnutrición de 13% a 7.5%,
lograr que cursen primaria completa 1.2 millones de niños
hoy por fuera del sistema escolar y bajar drásticamente
las elevadas tasas de deserción, hacer visible la violencia
contra la mujer, fortalecer la participación femenina
y la equidad salarial, bajar la mortalidad materna de 99 a
45 por cada 100.000 nacidos vivos y subir el uso de métodos
anticonceptivos en adolescentes de 46.7% a 65%, mantener los
índices de VIH debajo de 1.2% y aumentar la cobertura
de terapia anti-retroviral de 52.3% a 82.3%, reducir muertes
por malaria de 158 casos/año a 34 y por dengue de 155
a 46, reforestar 30.000 hectáreas y disminuir a cero
la emisión de cloro-fluorcarbonados, atender más
de 10 millones de personas con redes de alcantarillado y acueducto,
y reducir de 16 a 4% los hogares que viven en tugurios.
Planeación Nacional calculaba que alcanzar esas metas
en la próxima década sobre el supuesto de un
crecimiento de 4% en 2005 y 2006, y de 6% a partir de 2007,
costaría nada menos que $94 billones. En un foro en
Medellín, el tesorero de Asmedas, Luis Fernando Muñoz,
señalaba que el Ministerio de Defensa ha gastado $45
billones en solo Seguridad Democrática. ¿Tiene
el Estado solvencia y voluntad política para superar
este desfase mediante inversión social?
Pobreza y mala salud
Colombia busca intervenir los determinantes sociales
de la salud (condiciones sociales en que viven y trabajan
las personas, y que afectan su salud). Pero el reto es enorme
El documento base de Metas y Estrategias para lograr los ODM
consigna que entre 1991 y 2005 la participación de
los colombianos más pobres en el total de los ingresos
bajó de 3.2% a 2.9%, mientras que los más ricos
recibieron más de 60% de esos ingresos. Las metas de
crecimiento se cumplen para bien de las estadísticas
oficiales y... ¿la salud qué? El crecimiento
económico no siempre está ligado a la disminución
de la pobreza, anotó el economista Ricardo Bonilla,
investigador de la Universidad Nacional.
La OPS dijo que en un año mueren aquí 20.000
menores de 5 años, 15.000 menores de un año
y 10.000 menores de 30 días. Sólo en 2004 fallecieron
714 madres gestantes por causas asociadas al embarazo y al
parto, 53% de ellas afiliadas al sistema de salud; en este
grupo 33% eran del régimen subsidiado y 20% del contributivo:
el restante 47% eran mujeres no aseguradas. Estas solas cifras
pintan la relación directa entre condición social,
poder adquisitivo y cobertura en salud. La OPS señala
que estas tasas de Colombia corresponden a las que tenían
los Estados Unidos en 1950.
La misma organización registra en Colombia una preocupante
inequidad salarial que afecta a 27% de las mujeres entre 45
y 54 años y a 17% entre 25 y 34. Informa que en poblaciones
desplazadas el embarazo adolescente llega a 35% y que 9% de
los recién nacidos en Colombia tiene bajo peso al nacer,
debido esencialmente a la precaria condición nutricional
de la madre. El representante de la OMS/OPS en Colombia, Pier
Paolo Balladelli, conceptuó: Cuando se salvan
las vidas de las mamás, se aseguran la educación,
la protección y el crecimiento de sus hijos, de los
niños de Colombia. Y de manera global concluyó:
Intervenir sobre los determinantes sociales de la salud
y mejorar la calidad de la atención del servicio de
salud, es clave para que Colombia logre las metas del Milenio.
La Comisión de DSS: una esperanza
La Comisión sobre los Determinantes Sociales
de la Salud fue creada por iniciativa del fallecido director
general de la OMS, Lee Jong-wook, para recomendar y promover
políticas y métodos que aborden los determinantes
sociales y así mejorar la salud y reducir las desigualdades
sanitarias. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estiman
que tradicionalmente, las políticas de salud se han
centrado en las enfermedades y en las soluciones médicas
y pasan por alto los efectos del entorno social sobre la salud
y el bienestar. El resultado: los problemas de salud persisten,
las inequidades se extienden y las intervenciones no alcanzan
resultados óptimos. "¿De qué sirve
tratar las enfermedades de la gente
si luego tienen que
retornar a las condiciones de vida que causaron la enfermedad?",
dijo Timothy Evans, subdirector general de la OMS para Pruebas
Científicas e Información para las Políticas.
Para la nueva comisión, algunas de las intervenciones
urgentes son: Campañas de promoción de la salud
para grupos vulnerables, salud ocupacional para los empleados,
rotación del personal en empleos de alto riesgo, protección
laboral para personas con enfermedades crónicas, salud
y nutrición en las escuelas, comida saludable en los
lugares de trabajo y programas de asistencia social que condicionan
los beneficios a la asistencia de los niños a la escuela,
exámenes médicos periódicos y otras actividades
de promoción de la salud. Para la OPS, con la brecha
entre ricos y pobres por el acceso a los servicios sanitarios,
los principios de la democracia quedan debilitados. "En
nuestros países, por más que los sistemas de
salud se llamen públicos, lo más común
es que los servicios no lleguen a los más pobres,
dijo el coordinador del Programa de Políticas Públicas
y Salud de la OPS, César Vieira.
Chocó: un laboratorio social
Mario Hernández, director del Centro de Historia
de la Medicina y catedrático del Doctorado en Salud
Pública de la Universidad Nacional, analiza la situación
a partir del caso puntual del Chocó: La salud
es un resultado social, una realidad que se construye socialmente.
Cuando uno empieza a desarrollar esa idea en un caso concreto
como el de Chocó, entiende lo que le ocurre a un niño
de una comunidad indígena, cómo ha sido la trayectoria
vital de esa comunidad y comprende que el problema no es de
Bienestarina ni de atención pediátrica de los
niños emberás, sino que eso es la punta del
iceberg o el resultado de un proceso muy largo y complejo
que siempre ha llevado a lo mismo: a que esta comunidad ha
sido cada vez más arrinconada, es decir, a la exclusión
social sistemática, por la comunidad occidental mercantilista
del resto de Colombia. Ellos han sido afectados por 3 o 4
grandes grupos que les han venido ocupando el territorio y
desplazando cada vez más, hasta dejarlos en esta hambruna
permanente: El narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo
y hasta el mismo Estado que no es consciente de su realidad
social, política y económica, que les lleva
simples y miserables limosnas cada vez que muere un niño.
Si uno no se sale de ahí y no avanza hacia una visión
de Determinantes Sociales de la Salud de las comunidades indígenas
y afrodescendientes, no puede entender por qué se muere
un niño. En un momento las soluciones no están
en la IPS que está ahí cerquita, ni en el régimen
subsidiado, ni en que se robe más o menos plata algún
funcionario (que también es terrible y es otra de las
grandes lesiones históricas del Chocó), sino
en la forma como se relacionan esas comunidades con la comunidad
principal de Colombia y como han sido sistemáticamente
excluidas. ¿Qué se puede hacer frente a esto?
Ir más allá de la atención de los niños
enfermos -aunque hay que atenderlos ya-, evitar nuevas muertes
y pasar de una situación de desnutrición a una
de nutrición al menos viable; pero también hay
que hacer una recomposición de la estructura social
del Chocó y de su relación con la sociedad principal,
hay que trabajar más contra la exclusión.
Para concluir, la Organización Mundial de la Salud
certifica que en Colombia el porcentaje del gasto sanitario
total no llega hoy a 10% del Producto Interno Bruto. ¿Qué
tipo de sociedad tenemos, donde la salud de la gente no merece
del Estado la mejor inversión?.
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