MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 4    NO 45   JUNIO DEL AÑO 2002    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

En Medellín
Segundo transplante de laringe del mundo


Olga Lucia Muñoz López - Periodista, Manizales

La angustia de una persona cuando va a perder un órgano que no es vital, es mayor muchas veces que cuando va a perder uno que si lo es, porque cuando se va a perder el corazón o los riñones, uno ve el final del camino y lucha por la vida.

Pero cuando va a perder un órgano como la laringe, va a perder gran calidad de vida. Un transplante de laringe entonces, podría abrirles las puertas a muchos pacientes que viven en el oscuro silencio, en el infierno de no poderse comunicar adecuadamente"
Con esta reflexión presenta el especialista de cabeza y cuello, doctor Luis Fernando Tintinago, la posibilidad que se le brindará a un paciente en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín este mes de junio, cuando se le practique el segundo transplante de laringe que se realiza en el mundo.
El paciente de 40 años no sabe leer ni escribir y perdió su laringe por una lesión con arma de fuego: se quedó entonces sin ningún medio de comunicación, ya que normalmente los pacientes que pierden la laringe siguen comunicándose de manera escrita. Aunque se le han practicado múltiples cirugías, ahora se intentará la reconstrucción del llamado "tubo del viento" por Aristóteles, mediante un transplante que pueda devolverle la facultad de pronunciar palabras y de respirar normalmente.
El procedimiento
El transplante consiste en colocar una laringe con parte de la faringe y de la tráquea a un paciente que ha perdido su función laríngea por un trauma o por una estenosis (cierre de la laringe por una quemadura, por una entubación que le daña la laringe, por tumores benignos grandes o por tumores malignos). Lo que se hace es quitar esa laringe que ya no sirve y reemplazarla con una laringe nueva de otra persona.
La fase experimental se inició hace 4 años en Bogotá con un grupo multidisciplinario y desde entonces se ha venido estudiando con diferentes especies, actualmente con conejos. En el Hospital San Vicente se han hecho muchas reconstrucciones de laringes, por lo que esta parte clínica se ha convertido en un complemento de la parte experimental; eso motivó la utilización de esta técnica en algunos pacientes que por otro medio no podrán recuperar su laringe. De tener éxito, los dos próximos transplantes después del ya programado, se realizarían en el segundo semestre.
El primer transplante
El 4 de enero de 1998 en la Clínica Cleveland de Estados Unidos, el director de Otorrinolaringología y problemas de la comunicación, doctor Marshall Strome, coordinó el primer transplante completo de laringe a Timothy Heidler, quién había perdido sus cuerdas vocales 23 años atrás en un accidente de motocicleta y que durante los 20 años precedentes, debió utilizar un aparato electrónico para comunicarse.
En intervención de 12 horas y con los órganos de un joven que sufrió una hemorragia cerebral, se reemplazó la laringe, partes de la tráquea, la garganta, los nervios y las glándulas tiroides y paratiroides; después de 3 meses, el paciente pudo tragar cualquier líquido y recuperar gradualmente la sensibilidad al crecer sus nervios.
A los cinco días del transplante, la primera palabra que pronunció Heidler fue "Hola"; su voz se parecía en principio a la de una rana, pero luego pudo hablar normalmente, indicando incluso que su voz era muy similar a la que tenía antes del accidente, parecida a la de su padre, y no a la del donante. Explicaba el doctor Strome, que esta recuperación de la voz propia obedece a que las cuerdas vocales constituyen simplemente una fuente de vibración, pero que es la forma de las cavidades y de la cabeza la que define la entonación, el sonido de la voz.
Labor de equipo
El grupo interdisciplinario está integrado por 16 personas, coordinado por el doctor Tintinago; también están dos microcirujanos, un cirujano vascular, dos otorrinolaringólogos y una nefróloga, acompañados de neumólogos, patólogos, un radioterapeuta, una rehabilitadora, inmunólogos, coordinadores de rescate y enfermeras, asesorados permanentemente por el grupo de transplantes del Hospital.
El grupo inició trabajos experimentales a instancias del doctor Tintinago, que trasladó de Bogotá a Medellín su idea de realizar estudios sobre un transplante de laringe; luego de viajar a Inglaterra, donde presentó el proyecto y fue muy bien recibido, vino a la Universidad de Antioquia a conformar el nuevo equipo de trabajo, aprovechando la infraestructura de transplantes del Hospital.
Retos
Lo más difícil a la hora de realizar el transplante, es tener el donante adecuado para el receptor de la laringe, porque debe cumplir requisitos como no estar enfermo de hepatitis, sida u otras infecciosas crónicas, además de poseer una laringe muy sana, sin nódulos o cualquier tipo de problemas internos o externos, para no pasar una laringe enferma a otra persona. Es muy importante que esa laringe sea compatible inmunológicamente con la de quién la recibirá, por lo que deben adelantarse todo tipo de pruebas de compatibilidad.
El donante debe ser alguien que tenga muerte cerebral, pero que tenga el resto del cuerpo vivo; generalmente son pacientes con graves traumas encefalocraneanos por heridas de fuego, daño vascular o trauma cerrado. El cerebro de estos pacientes está muerto, pero el resto de sus órganos, hígado, riñones, corazón, son susceptibles de ser transplantados por encontrarse en buen estado. No se trata entonces de donantes cadavéricos estrictamente, sino al decir de uno de los miembros del grupo de transplantes, "se trata de un medio muerto, tratando de salvar a un medio vivo". El transplante de laringe puede tener un costo algo menor al de hígado y al de corazón, pero el procedimiento no está incluido en el Plan Obligatorio de Salud, por tratarse de un transplante muy novedoso y poco conocido.
La experimentación
Las experiencias hasta el momento se han realizado con animales, especialmente con perros por su capacidad de ladrar; se ha logrado que estos recuperen el 90% del ladrido que tenían antes de que le cambiaran la laringe.
En Estados Unidos, la recuperación de la voz del paciente transplantado fue de casi 100%, con resultados muy rápidos, aunque fue necesario todo el proceso de rehabilitación durante varios meses, para recuperar la voz original.
Los europeos también están haciendo experimentación para llegar al transplante de laringe, especialmente en Inglaterra, pero al parecer están en una fase muy atrasada de la investigación, ya que es muy difícil hacer coexistir en el mismo grupo de trabajo, la parte de la experiencia en transplantes con la experiencia en reconstrucción de laringe. Casi todos los centros que tienen reconstrucción de laringe no tienen infraestructura de transplantes, entonces ello dificulta los avances.
Los centros de transplantes generalmente son de órganos abdominales y sus cirujanos rara vez pensarían en la laringe, por lo que esa coyuntura de coexistencia mencionada es poco particular, pero se da en el Hospital San Vicente para bien de los pacientes con problemas insuperables de laringe. Eso ha hecho que el equipo de este transplante pueda adelantarse muy probablemente a otros del mundo.
Trabajo premiado
Hace 4 años, la Academia Nacional de Medicina entregó la condecoración del primer puesto de investigación médica en Colombia, al trabajo de experimentación del doctor Tintinago, adelantado con perros en Bogotá: esto constituyó un gran estímulo para el equipo de trabajo que entonces lo acompañaba, además de que representó un apoyo científico de la comunidad médica del país.
Ahora, el doctor Tintinago reflexiona que en el transplante de laringe no debe perderse de vista el principio ético, el cuestionamiento sobre la innovación médica. Según estudios adelantados en Inglaterra sobre aceptabilidad del transplante de laringe en los pacientes que la habían perdido, todos definitivamente parecían gritar a voces que se necesitaba con urgencia una solución para ellos. En Estados Unidos hay más o menos unos 10.000 nuevos casos de cáncer de laringe por año y la mayoría de ellos prácticamente insalvables, que padecen la angustia de perder la voz
El doctor Luis Fernando Tintinago ha asumido ahora el reto de devolver una esperanza a este tipo de pacientes en nuestro país, para tratar de aportar en algo a la recuperación de ese sello indefinible que es la voz, cuya pérdida genera un grave revés sicológico. Peor aún, como en el caso del paciente de Medellín que será intervenido en el transplante, perder la voz puede significar caer en una especie de mundo perdido, de donde pocas personas pueden salir.

 
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