encaminarse a cuatro ámbitos de intervención:
la educación de pregrado, la de postgrado, la continuada
y la educación no formal.
Para el equipo interdisciplinario que elaboró el documento,
la modernización, es "aquel conjunto de acciones
que van a permitir mayor eficacia en cualquier etapa del proceso
de aprendizaje y en su implementación, ya sea de conocimientos,
actitudes o competencias y que redunde en una mejor atención
en salud y calidad de vida para la población".
Señalan además, que "el sector salud tiene
el derecho, así como la imperiosa necesidad, de determinar
los perfiles profesionales y técnicos de su personal,
de acuerdo con sus necesidades presentes y futuras de atención.
Estos perfiles deberán constituirse en uno de los objetivos
intermedios del proceso educativo".
También se recalca la importancia de que se reconozca
que los campos de práctica para la docencia y la formación
de personal para la salud son muchos más amplios que
los hospitales. "No podemos esperar que el personal formado
entre la alta complejidad del tercer nivel de atención
sea partícipe de las labores sociales que se requieren
para un sistema efectivo de atención primaria en salud
o para una salud mental con énfasis comunitario. Tampoco
estaremos así formando los líderes que requiere
el sector, con visión amplia del contexto político,
económico y social del país".
Problemas y soluciones
De este Plan de modernización se deriva otro diseñado
para incentivar la formación del recurso humano en
salud, en el que se establecen recomendaciones para desarrollar
planes institucionales de incentivos para los docentes, que
partiendo de la identificación de siete grandes problemas
que son susceptibles de intervención y que con base
en unos objetivos preestablecidos, se traduzcan en acciones
concretas para el desarrollo integral del personal formador.
"Cada una de las acciones propuestas va acompañada
de sus actores respectivos. Es decir, no se trata sólo
de formular voluntades, sino de especificar el responsable
de desarrollarlas y por tanto, a quién se le pueden
pedir cuentas en el futuro".
Estos son los siete problemas presentados en el Plan. Para
cada uno de ellos se plantean unas metas y estrategias que
buscan solucionar cada situación negativa.
1. Relación docencia-servicio
El diálogo, la coordinación y la colaboración
entre la instituciones educativas y las IPS son insuficientes.
Los objetivos de unas y otras son dispares y tampoco se promueven
encuentros que busquen integrar acciones. Por todo esto, "el
aprendizaje no prepara al alumno para el entorno en el que
se va a desenvolver. Las instituciones educativas no tienen
en cuenta el entorno para preparar a sus docentes y estudiantes
a entender el sistema social, adaptarse a él y llevar
los cambios que puedan considerarse necesarios".
Entre las propuestas planteadas para atender esta problemática,
está la conformación de un Comité Nacional
para el Recurso Humano en Salud, que se base en los logros
y fracasos del ya existente Consejo Nacional de Recursos Humanos.
Además, se plantea la necesidad de que el Ministerio
de Salud defina las bases para un acuerdo macro que permita
planear los mecanismos de coordinación futura entre
las instituciones educativas y las IPS, para el diseño
de procesos de formación del personal de este sector.
2. Crisis de liderazgo
En la actualidad, el sector salud padece una grave falta de
liderazgo que le impide tomar una posición frente al
modelo formativo. "El personal de este sector no ha sido
preparado para liderar y concertar acuerdos con el sector
educativo y para plantear, desde las necesidades de los servicios,
reformas en el modelo formativo. La ausencia de líderes
tiene otras consecuencias, como la falta de continuidad de
las políticas y el carácter secundario que se
les da a los temas de salud en las agendas de gobierno".
Para hacer frente a este problema, el Plan Multidisciplinario
propone la creación de mecanismos que desde la administración
pública sectorial y las asociaciones profesionales,
faciliten la discusión y la reflexión sobre
los programas, contenidos y competencias que más convienen
para formar al personal que requiere el sistema.
3. Modelo de atención
Persiste una indefinición política y por tanto
operativa, frente al modelo o los modelos de atención
en salud. Esto dificulta la orientación del modelo
formativo del personal de salud.
"A pesar de lo establecido por el nuevo sistema de seguridad
social y por la evolución reciente de los sistemas
de salud en el mundo, en Colombia no existe una clara definición
sobre cuál debe ser el modelo dominante de atención
a la salud, lo que lleva a que cada empresa aseguradora o
prestadora de servicios, improvise el suyo".
Y agrega el estudio: "La discusión prevalente
se ha centrado en la estructura del sistema, su financiación
y las relaciones funcionales entre los diversos actores, pero
el papel de los prestadores de servicios, su relación
con los otros niveles de atención y su posición
frente al resto del sistema, es poco claro".
Frente a este tema, el Plan propone que mediante un mecanismo
concertado, se adopte un modelo de atención en salud
que se fundamente en la gestión, organización,
financiación y prestación de servicios desde
el primer nivel del sistema. Además, resalta la necesidad
de promover la creación y el fortalecimiento de los
programas de posgrado en medicina familiar y comunitaria,
así como el fortalecimiento de la educación
en pregrado con programas de atención inicial y estabilización
del paciente crítico.
Otra propuesta importante es la de replantear las condiciones
actuales del período de "internado rotatorio"
en el pregrado, para que los estudiantes no ingresen a "una
rotación" temporal, sino que tengan la oportunidad
de realizar prácticas dentro de programas de posgrado
formalmente establecidos, lo que permitiría que algunas
universidades aprobaran este período de rotaciones
como parte del primer año de residencia.
4. Responsabilidad social
"La universidad y el sector educador en general, muestran
poco interés en participar en el diálogo social
y, por consiguiente, su influencia sobre las grandes políticas
nacionales es secundaria. Priman intereses de mercado frente
al rol esperado del ente educativo como motor de cambios frente
a la creciente problemática social".
En este punto, el Plan señala la necesidad de diseñar
mecanismos para recuperar el rol y la responsabilidad social
del sector formativo frente al desarrollo social, en especial
del sistema del salud. Para ello, se propone fortalecer las
asociaciones de egresados y realizar foros de discusión
en las universidades convocados por el Estado, donde se busquen
salidas a problemas específicos. Además, se
plantea la posibilidad de que se sigan los lineamientos que
la Organización Mundial de la Salud OMS- ha propuesto
para que las facultades de medicina rindan cuentas a la sociedad
sobre los mecanismos de regulación de la oferta educativa
y de la calidad de los programas que ofrecen.
5. Producción intelectual
La universidad colombiana genera poco conocimiento, pues salvo
contadas excepciones, la investigación en salud no
está muy desarrollada. "Una universidad cuyos
profesionales no investigan, difícilmente se preocupa
de forma positiva por fortalecer la docencia y se dedica de
manera poco crítica a la transmisión de un conocimiento
que le es ajeno".
Como salida, el Plan propone el fortalecimiento del Consejo
del Programa Nacional de Ciencia y Tecnología en Salud,
que ha demostrado funcionar bien pero que carece de apoyo
suficiente para llevar a cabo sus tareas: formular un plan
nacional de investigación en salud e identificar líneas
prioritarias de investigación. Asimismo, recomienda
que se promuevan las bases científicas de la práctica
profesional en la educación continua, no formal, programas
de pregrado y postgrado, al tiempo que se incluya la investigación
como un prerrequisito para la acreditación a los centros
de formación práctica en salud.
6. Oferta educativa
"La distorsión cuantitativa de la oferta académica
es, para muchos, el principal problema de la educación
en salud en Colombia. La libertad del mercado educativo ha
permitido que los programas de educación formal y no
formal, las escuelas, facultades e instituciones educativas
de toda índole, hayan crecido de forma desproporcionada
en los últimos años. Esta situación ha
creado un problema de sobreoferta de profesionales y especialistas
en algunos casos, y probablemente también de oferta
insuficiente en otros. Todo ello enrarece las relaciones de
mercado, potencia el deterioro de las condiciones laborales
y disminuye la calidad de los servicios".
Frente a esta situación, el Plan indica que es necesario
determinar de manera continua el número de profesionales
y especialistas necesario para Colombia en cada una de las
distintas disciplinas, al tiempo que se implementa un sistema
de acreditación de programas e instituciones, para
tomar decisiones que permitan regular la oferta formativa.
7. Calidad de la formación
Existen niveles bajos de calidad en muchos programas de formación
y pocos mecanismos para vigilarla y controlarla. En líneas
generales, y con algunas excepciones, los currículos
no están actualizados, los métodos pedagógicos
no son óptimos y los sistemas de evaluación,
ni se orientan a valorar las competencias, ni son válidos
ni fiables.
Se resalta entonces la necesidad de que las facultades lideren
un proceso de transformación radical de sus currículos,
la metodología docente y los sistemas de evaluación,
para que las competencias sean el objetivo final del proceso
formativo. Asimismo, indican la urgencia de establecer procesos
de transferencia tecnológica entre facultades colombianas
y algunos centros y escuelas de formación internacionales,
que se destaquen por su alta exigencia en la calidad educativa
y en la investigación.
Estas son apenas algunas de las salidas propuestas en el Plan
para la modernización de la educación en salud,
pero son sin duda, puntos de partida para emprender la autoevaluación
en el sistema de salud y comenzar a recorrer el camino que
permita mejorar de una vez por todas la formación de
los profesionales y técnicos del sector.
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