Periódico EL PULSO

Para el doctor Roberto Esguerra, Director de la Fundación Santa Fe, en Bogotá, el tema de la integración vertical se debe analizar bajo diferentes ópticas, toda vez que existen diferentes tipos de integración y no siempre se afectan los mismos niveles del sistema. El doctor Esguerra explica: “Aunque nuestro sistema de salud fue ideado en principio como un todo compuesto de tres áreas independientes, es decir, aseguradores, prestadores y usuarios, como medida que garantizaba unas relaciones mucho más transparentes y para las entidades de vigilancia y control unas reglas de juego más claras, el Congreso permitió en su momento la integración vertical, toda vez que en el proceso de discusión de la Ley 100, al ISS se le permitió continuar con su funcionamiento de EPS con su propia red de IPS, en lugar de separar definitivamente las funciones como era la intencionalidad de la Ley”.
Afirma el doctor Esguerra, que aunque desde el punto de vista teórico la integración vertical genera algunos beneficios de tipo económico para los aseguradores y para el sistema, sobre los usuarios tiene consecuencias negativas, ya que está demostrado que restringe la libre elección, uno de los elementos básicos sobre los cuales está montado el sistema y uno de los principales motivadores de la calidad: “donde no hay libre elección, el tema de la calidad se vuelve secundario porque el usuario está amarrado, la calidad no se vuelve un imperativo para lograr que los usuarios escojan a las entidades, de manera que desde ese punto de vista en lo relacionado a la libre elección y a la calidad, no esperaría uno que fuera buena”.
Sin embargo, el problema no se limita al tema de la libre escogencia, sino que también puede llegar a afectar el equilibrio del mercado de la salud. Esguerra plantea que cuando la integración vertical alcanza grandes dimensiones, es decir, cuando los aseguradores se apoderan de todos los niveles, se ejerce una presión muy grande sobre el sector prestador en condiciones desiguales, porque ellos a sus propias EPS les pueden pagar unas tarifas diferentes a las que negocian con terceros, y pueden crear una situación de control del mercado que impide condiciones adecuadas, estables y transparentes.
¿Regulación, control o eliminación?
Frente a las graves consecuencias que genera la falta de una normatividad clara, acorde con los principios de la Ley 100, ya que las EPS que están haciendo integración vertical no están violando ninguna ley, considera el directivo que sería muy sano para el país que el sistema de vigilancia y control tome medidas en ese sentido, y haga recomendaciones de las posibles sanciones que se deben tomar para controlar esta estrategia financiera en el sector salud.
Frente a las voces que se han venido escuchando en el sector, de que el gobierno debería expedir algún tipo de norma que prohíba a las EPS tener sus propias clínicas, el Director de la Fundación Santa Fe es prudente al explicar que esta es una posibilidad que requiere de una modificación a fondo de la Ley 100, discusión que debe ir al Congreso de la República, siendo esta institución la que tendrá que enfrentarse a las diversas alternativas: “Las soluciones van de un extremo al otro: Aquel en el que no se permite ningún tipo de integración vertical, hasta unos extremos moderados que permitirían algunos tipos de integración vertical, especialmente en los niveles básicos, o en el otro extremo está la situación actual que permite cualquier tipo de integración vertical. El país tiene que tomar una decisión por una de esas vías y convertirlo en una ley de la República que modifique este aspecto de la Ley 100”, concluyó el doctor Roberto Esguerra.