En un país
donde con frecuencia la naturaleza nos juega malas pasadas,
donde hace cinco años en Armenia un temblor de tierra
dejó más de 1.230 muertos, 5.300 heridos, 200.000
familias sin hogar, y donde cada tantos años ocurren
inundaciones por la temporada de lluvias dejando a miles de
familias damnificadas, resulta increíble que no estemos
preparados para hacerle frente a emergencias como las de noviembre
(según el SNE hasta el día 15 había 232.000
personas, equivalentes a 47.000 familias afectadas por inundaciones,
y en Cali dos clínicas y tres edificios tuvieron que
ser evacuados por el sismo que se presentó el día
14 del mismo mes).
Para ayudar a los perjudicados por la temporada invernal, el
gobierno puso en marcha acciones como campañas para recoger
y distribuir alimentos y otros elementos como cobijas, carpas,
colchonetas y medicamentos. Durante todo el mes se enviaron
cientos de toneladas de alimentos donados por empresas y personas
particulares a zonas como la Costa Atlántica, Antioquia,
Santander y Norte de Santander.
Adicional a esta ayuda, el Ministerio de la Protección
Social propuso la implementación de un plan de alivios
para los productores agropecuarios cuyos cultivos resultaron
perjudicados por el invierno y que tienen créditos vigentes
con entidades oficiales.
Para enfrentar el sismo
Hasta el 15 de noviembre no se habían registrado víctimas
por este movimiento telúrico que se sintió en
el centro del país. Sin embargo, en Buenaventura por
lo menos 19 casas fueron destruidas y Cali por lo menos 200
edificios sufrieron daños. Según el Ministro de
la Protección Social, Diego Palacio, en ambas poblaciones
se hicieron revisiones de ingeniería para evaluar y estudiar
la situación de las construcciones afectadas y el Comité
de Emergencias analizó las necesidades y daños
producidos por el sismo y las acciones de corto, mediano y largo
plazo que involucran fundamentalmente tareas de rehabilitación
y reconstrucción de las zonas afectadas
Con esto se demuestra una vez más que en Colombia no
existen estrategias de prevención para este tipo de sucesos
inesperados, tanto así que no se tienen planes para proveer
de elementos de primera necesidad a los afectados y su única
salida es recurrir a la solidaridad de la comunidad; que la
posición de las autoridades de salud ha sido, es y seguirá
siendo más reactiva que proactiva; y que hace falta que
miles de familias queden sin vivienda para que se tomen medidas
y se destinen recursos para darle solución a un problema
que se repite periódicamente. |