MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 75   DICIEMBRE DEL AÑO 2004    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

Fundado en Medellín, el 30 de julio de 1998. Director: Julio Ernesto Toro Restrepo. Comite Editorial: Juan Guillermo Maya Salinas, Javier Ignacio Muñoz y Gonzalo Medina. Editora: Albaluz Arroyave Zuluaga. Dirección Comercial: Diana Cecilia Arbeláez. Asistente de edición: Olga Lucía Muñoz López. Web master: Santiago Ospina Gómez

Cualquier lugar
es un destino

Frente al sistema de seguridad social colombiano, en el aspecto de salud, y antes de proceder a plantear cualquier posible reforma, se debe meditar sobre los aspectos que el modelo actual no satisface, porque son ellos, lógicamente, los que se deben reformar. No resulta así difícil ni saber cuales son los cambios necesarios, ni saber si las soluciones que se planteen serán tales. Como dice el tan evocado aforismo: si no se sabe para donde se va, cualquier lugar es un destino.
Con el actual sistema no están contentos los usuarios, no están contentas las clínicas y hospitales, no lo están los médicos, y para colmo, es curioso, tampoco lo están las EPS ni las ARS. Los unos están inconformes porque no encuentran la respuesta a sus expectativas de salud; los otros porque el trabajo se les ha vuelto agobiante, mal remunerado, casual e indigno; y los últimos, porque los réditos económicos no corresponden a las expectativas de los socios. Nadie está contento. Nadie. Y cada lamento acusa su verdad. Y pensando en ello, se descubre que ese choque de intereses es suscitado por una descompensación en la concepción misma del sistema. Seamos claros: el sistema de seguridad social se concibió y se desarrolló desde la perspectiva financiera, creyendo, tal vez, que poniendo el estimulo del dinero a un nuevo actor, éste armonizaría las relaciones, actuando como buen repartidor de juego. Este nuevo contexto, como ya sabemos, no resultó ser ninguna bendición.
Escuchado el clamor general de la necesidad urgente de una reforma, parece haber consenso en que debe mirarse lo financiero del sistema, pero hay muchas voces, entre ellas El Pulso, que insisten en que no se puede perder esta oportunidad de replantear el punto de partida del sistema de seguridad social, porque Colombia entera lo que desea en esta temática, es que sea el enfermo y no ningún otro personaje, el eje del sistema y el centro de las preocupaciones.
Y la reforma debe ser integral, porque hecha a pedazos como se ha venido haciendo, por decreto o por otros actos, introduciendo los subsidios parciales y el giro directo del Fosyga a las IPS, se va desarticulando y desdibujando la intención y se corre el riesgo de no modificarse lo que se requiere, con el argumento de que ya se hizo.
Hoy por hoy lo que se conoce de propuestas de reformas, están girando alrededor de garantizar la financiación del sistema, que por supuesto es no sólo importante, sino necesaria. Pero se debe resolver el problema esencial, que no tiene nada de secundario, como es la salud de la gente. Este es el verdadero sentido de un sistema de seguridad social en salud: la gente. El ánimo de lucro no atenderá, como se creyó, esa necesidad, puesto que él es en sí mismo su propio interés. Los mercados tampoco lo harán, puesto que ellos son escenarios del lucro; y la oferta y la demanda son sólo acciones mercantiles, y como tales su sentido no es ni calmar el dolor, ni consolar, ni acompañar.
Acá, en este medio, ya hemos planteado con anterioridad varios tópicos que creemos se deben resolver dentro de una reforma digna y justa. La primacía del paciente es el primero y sin duda el aspecto más importante para dejar de una vez por todas, establecido. También pensamos que los dineros de la salud son dineros públicos y que de ellos no puede derivarse ningún lucro, máxime cuando con ellos no se ha cumplido su función; es decir: nadie puede dejar para sí esos dineros y menos, mucho menos, negando servicios, esquivando obligaciones o retardando pagos. Tampoco está bien que sirvan de capital de trabajo, ni de apalancamiento para desarrollar infraestructura física particular.
El planteamiento de pagador único e identificador único, propuesto más de una vez aquí, es necesario, puesto que en ese contexto se requiere partir de un solo sistema de salud y no de tantos como administradores existen. Es algo semejante a las tarjetas de crédito en las que los bancos funcionan con su propia marca, pero el sistema es quien pone el sello; y con la propuesta de un solo pagador, se pretende unificar los criterios, tanto de derechos y obligaciones, como de pagos.
Sea ahora o después, la reforma es necesaria, y lo prioritario dentro de ella es establecer con toda claridad, sin ninguna duda, que el punto de partida, el centro y el destino de un sistema de salud, es precisamente la salud y no la economía.
 




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