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Menores de edad intoxicados
en los centros de urgencias de los hospitales porque sus madres
les dieron una "bebidita" para matar los gusanos,
pacientes que desarrollan dependencia a ciertas gotas milagrosas
para calmar los nervios, hasta la aparición de efectos
secundarios que pueden comprometer en gran medida la salud
de un paciente, son sólo algunas de las situaciones
que pueden presentarse cuando se ingieren productos o medicamentos
naturales sin tener mínimas precauciones y por supuesto,
sin la debida orientación médica.
Sin desconocer que existen algunas plantas que tienen un gran
poder medicinal y que sirven de base para medicamentos naturales
que ayudan a manejar efectivamente algunas enfermedades, médicos
toxicólogos y farmacólogos llaman la atención
sobre las dificultades que entraña el que de manera
masiva se crea que lo natural no hace daño. Por esa
condición "provechosa", son mayoría
las personas que se automedican remedios naturales, que no
tienen la precaución de revisar si el medicamento tiene
una procedencia segura y que además, desconocen si
el mismo tiene o no alguna contraindicación.
Esta "buena fama", también produce un efecto
negativo cuando algunos pacientes deciden sustituir sus terapias
comprobadas científicamente con productos naturales
de dudosa eficacia, sacrificando así un tratamiento
eficaz.
Para Pedro Moreno, químico farmacéutico de Tecnoquímicas
en Cali, otra de las dificultades que presenta el manejo de
los medicamentos botánicos es que normalmente no se
tiene mucha experiencia para su preparación y por lo
tanto se producen sin seguir las Buenas Prácticas de
Manufactura que deben tenerse en cuenta para la fabricación
de alimentos y medicamentos.
Combinación fatal
Algunas hierbas con algunas propiedades medicinales pueden
llegar a ser tóxicas si no se manejan adecuadamente
las dosis. "En el servicio de urgencias hemos tenido
niños intoxicados porque recibieron bebidas de paico,
una hierba que popularmente sirve para purgar pero que contiene
un aceite que produce una lesión renal y hepática.
Los menores llegan con vómito, diarrea, disminución
de la eliminación urinaria e hipotensos", afirma
Ubier Eduardo Gómez Calzada, médico toxicólogo
de Policlínica y la sección de Epidemiología
del Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín.
El mismo médico indica que el sauco, otra planta muy
empleada, contiene salicilatos en sus hojas, así que
ingerir una bebida de esto es como tomarse muchas aspirinas,
lo que puede generar náuseas, vómito y dificultad
respiratoria.
Los medicamentos botánicos también pueden ser
tóxicos si se toman conjuntamente con otros remedios:
en algunos casos, esta combinación puede presentar
interacciones fatales. De hecho, este es uno de los principales
problemas que enfrentan los médicos, puesto que pocas
veces sus pacientes señalan que toman este tipo de
medicamentos, ya que los consideran inocuos.
Por ejemplo, la Hierba de San Juan, que en Colombia se comercializa
bajo un nombre comercial como un remedio contra la depresión,
puede ser tóxica si se consume al mismo tiempo con:
antidepresivos como fluoxetina, con teofilina (para tratamientos
del asma), inmunosupresores como cyclosporina y medicamentos
antirretrovirales para tratar el VIH.
Si es tomado con otros fotosensibilizantes como tetraciclinas,
los usuarios pueden quemarse más rápidamente
cuando se exponen al sol.
Mercado de panaceas
"Existe una grave desventaja frente a los medicamentos
herbales y es que en muchos casos se preparan de manera empírica,
lo que implica que en cada preparación se obtengan
resultados impredecibles. Adicionalmente, estamos hablando
de un mercado que maneja intereses económicos muy grandes
y que cada año saca una planta que se pone de moda
bajo la promesa de que aumentan el desempeño sexual,
los niveles de energía y la resistencia al estrés
y hasta anuncian que curan el cáncer, entre otras panaceas",
explica el toxicólogo.
Sin duda, el mercado de los medicamentos botánicos
mueve a gran velocidad las cajas registradoras de las tiendas
naturistas. Sólo en un año, en Estados Unidos
las ventas pueden superar los 3,5 billones de dólares.
Así como el negocio crece, aumentan también
los problemas de salud asociados al uso indiscriminado de
este tipo de productos, pues sólo se informa a los
usuarios sobre sus posibles beneficios pero se omite toda
la información referente a los riesgos que puede generar
su uso.
A esta situación se suma el hecho de que son pocos
los estudios que con un verdadero rigor científico
se han realizado a estos productos, tanto para confirmar sus
bondades como para especificar sus posibles amenazas.
Dentro de este panorama es importante señalar que la
normatividad y la regulación al respecto es escasa,
incluso en Estados Unidos, donde la FDA, Administración
de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, no controla
ni regula los medicamentos herbales. Esto implica, que pueden
venderse sin ser sometidos antes a exhaustivos estudios científicos
que comprueben su efectividad en un tratamiento médico
y sus posibles efectos colaterales.
Control en Colombia
De acuerdo con el químico farmacéutico Pedro
Moreno, "el hecho de que los medicamentos sean naturales
no garantiza que se conozca su acción farmacológica
ni sus efectos secundarios". Para conocerlos se requiere
de un estudio que debe realizarse con todo el rigor científico.
Actualmente existe en el país un listado de plantas
medicinales aceptadas con fines terapéuticos (que incluye
la parte de la planta y uso aprobado), emitido por la Comisión
Revisora -Sala Especializada de Medicamentos del Invima-,
de las cuales se conoce su espectro farmacológico.
Las plantas que no están incluidas deben ser evaluadas
por dicha Comisión y sólo pueden usarse para
fabricar medicamentos si son aprobadas por ésta.
Además, "las preparaciones farmacéuticas
con base en recursos naturales", comúnmente denominados
"productos naturales", están normatizados
en Colombia por los decretos: 677 de 1999 y 337 de 1998, y
por la Resolución 3131 de 1998, pero sus recomendaciones
no son suficientes para ejercer un control verdaderamente
efectivo.
Sobre el particular, el doctor Hernando Rafael Pacífic,
subdirector de Medicamentos y Productos Biológicos
del Invima, expresó a El Pulso que "actualmente
se exige el registro sanitario a todos los productos farmacéuticos
basados en recursos naturales y se realizan visitas a los
establecimientos fabricantes para verificar las condiciones
higiénicas, técnicas, locativas y de control
de calidad, con el fin de otorgar la autorización para
su fabricación. Adicionalmente, son atendidas las quejas
derivadas de su uso, para lo cual también se realizan
tomas de muestras y visitas a distribuidores. Esta última
labor está a cargo de las secretarías de salud,
ya sea por oficio o por delegación del Invima".
Sin embargo, funcionarios de la misma entidad reconocen que
en cuanto a la vigilancia y control de este tipo de medicamentos
estamos dando los primeros pasos, a diferencia de España,
que ha desarrollado un sistema de control que se constituye
en modelo internacional frente al control de este tipo de
productos.
Pero no sólo en Colombia el tema apenas comienza a
debatirse. Este año, también en el Reino Unido,
se comenzó a estudiar la reglamentación de las
medicinas alternativas herbales, pues han tomado un gran auge
en la población, al punto de ser un mercado que mueve
más o menos 800 millones de dólares en un año.
Continuando con el caso de Colombia, el doctor Pacífic
reconoce que "sí existen vacíos normativos
para un verdadero control, en especial para la vigilancia
específica de las tiendas naturistas". Con el
fin de llenar este y otros vacíos frente al tema, el
Ministerio de Salud y el Invima revisan en la actualidad la
legislación vigente y preparan una reforma que permitirá
fortalecer la vigilancia y el control de los productos naturales.
Pero las medidas legales deben acompañarse de conciencia
médica sobre los problemas que pueden derivarse de
los medicamentos herbales, y en especial, de responsabilidad
individual por parte de los pacientes, que deben darle a estos
productos la importancia que tienen y aprender a no creer
en todos los pajaritos que les pintan en el aire.
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