Hoy en día
muchos medicamentos son publicitados como si se tratara de una
mercancía que busca incrementar sus ventas a través
de este medio, probablemente sin dimensionar de manera adecuada
sus consecuencias.
Al fin y al cabo si uno compra un artículo y ve que no
le sirve o no le funciona simplemente lo desecha o lo devuelve,
¿pero qué hacer con un medicamento que ya fue
ingerido y que no hizo ningún efecto o que causó
un daño al organismo? |
Y como para curarse en salud la pauta publicitaria se acompaña
usualmente de la frase: Es un medicamento, no exceder
su consumo
consulte a su médico. ¿Será
que el usuario que está viendo la propaganda es capaz
de entender cuándo está excediendo su consumo?
¿Será que le queda claro cuándo debe
consultar a su médico?
Es claro que estamos hablando de medicamentos de venta libre
autorizados por los entes regulatorios y con el aval de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), pero será
que también tienen publicidad libre. Porque
una cosa es que yo elija un producto porque tengo un mínimo
conocimiento de él y creo que me puede ser útil
para mi dolencia y otra es que me convenzan a través
de una pauta publicitaria de sus propiedades casi milagrosas.
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¿Esto no caerá
también en la categoría de publicidad engañosa?
Se nos exige como parte de los requisitos de habilitación
y acreditación, en nuestro país, que las guías
y protocolos para el diagnóstico y tratamiento de las
diferentes enfermedades que nos afectan estén basadas
en la evidencia. ¿Será que los medicamentos de
venta libre no necesitan evidencia? ¿Serán ciertos
todos los beneficios que en la publicidad se plantean desde
la curación milagrosa de la gripa, la desaparición
instantánea del dolor, el control absoluto de la tos,
el tratamiento de la depresión, hasta la eliminación
de las micosis y del flujo vaginal? Por mencionar solo algunos.
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¿Será
que el usuario que está viendo la
propaganda es capaz de entender cuándo está
excediendo su consumo? ¿Será que le queda claro
cuándo debe consultar a su médico?
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Creo que las sociedades
científicas, si es que no hacen parte de la campaña
publicitaria, los organismos del Estado y la comunidad en general
deberíamos preocuparnos un poco más por evaluar
y, si es del caso, cuestionar lo que se dice en una pauta publicitaria
de un medicamento y si eso realmente está basado en la
evidencia científica o si por el contrario se está
abusando de la ignorancia de la gente. |
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