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La misma Organización Mundial de la Salud -OMS-
señala a la industria farmacéutica -IF- como
un pulpo infiltrado en todas las instancias de decisión
nacional e internacional, y un buen ejemplo es el manejo de
la publicitada pandemia de la gripe A-H1N1; y hay países
con códigos 'éticos' elaborados por la propia
industria, afirmó Germán Velásquez,
asesor especial para Salud y Desarrollo en el Centro del Sur
(en Suiza), al exponer sobre Ética de la relación
del médico con la industria farmacéutica y los
conflictos de intereses, en el Primer Simposio Internacional
de Bioética y Medicamentos realizado por el Hospital
Universitario de San Vicente Fundación el 28 y 29 de
agosto pasado en Medellín.
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Y anotó: En
Francia alguien llamó a esta industria 'máquina
comercial de venta de drogas de dudoso beneficio'. En una Guía
de Medicamentos se dice que 50% de los que estaban en el mercado
eran inútiles, 20% mal tolerados y 5% muy peligrosos.
Para la filosofía de la industria farmacéutica,
encuadrada en el negocio, es mejor tratar la enfermedad que
prevenirla. El primer conflicto ético surge entre el
Estado y la industria, con los sesgados exámenes clínicos;
en 2011, las ventas de la industria farmacéutica en Estados
Unidos sumaron 880 millones de dólares y en Inglaterra
se despilfarra un billón de libras esterlinas al año
por prescripción de medicamentos de imitación
(me too drugs)".
Velásquez examinó los conflictos de intereses
en relación con los visitadores médicos, cuya
relación con la salud empieza en los estudios de medicina,
los estudiantes terminan considerando esta relación como
normal y académica, y prosigue con los estímulos
a los médicos: cenas, viajes, becas, muestras gratis.
Observó: Estudiantes y médicos niegan que
estos regalos influyan en sus prescripciones. La IF también
recurre a los 'líderes de opinión' en su estrategia,
y muchos artículos de prensa no los escriben médicos
clínicos sino consultores de la industria y los científicos
sólo los firman, las compañías controlan
totalmente la investigación y diseñan las estudios.
Una desventaja ante el asunto es que las Guías de Comportamiento
son con frecuencia ambiguas y su observancia voluntaria. |
A países industrializados
como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y en cierta
medida la Unión Europea, no les interesa una agencia
internacional independiente y fuerte que podría ir
en contra de los beneficios de sus industrias, sino una OMS
débil que puedan manejar como un títere.
Dr. Germán Velásquez. Foto: Rodrigo Peláez
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A EL PULSO, el experto
declaró: Hay una gran necesidad: identificar medidas
y mecanismos en salud pública obligatorios. Vimos en
países industrializados como Irlanda, Canadá,
Francia y Australia, unas guías voluntarias, meras recomendaciones.
Y hay cosas muy ambiguas como el Código de Conducta Médica
de Irlanda, que dice que los médicos pueden aceptar invitaciones
a hoteles siempre y cuando el alojamiento sea razonable. ¿Qué
quiere decir razonable? Infortunadamente, quienes elaboran esas
guías son los mismos médicos, pues no quieren
perder las invitaciones, viajes y regalos. Habría que
poner árbitros en este negocio, con una visión
estrictamente de salud pública.
El asesor internacional planteó entre los problemas principales
por resolver, la innovación decreciente en sustancias
farmacéuticas, la falta de independencia de las agencias
reguladoras de medicamentos y de los visitadores médicos,
la sujeción de la investigación clínica
a la industria, y la exclusividad de las patentes que impide
la transparencia en evaluación y comparación de
productos: Tan grave es la situación, que hasta
la Organización Mundial de la Salud se privatizó;
prácticamente la compró Bill Gates, 82% de su
presupuesto no proviene de cuotas públicas sino privadas. |
Sobre esto, dijo a
EL PULSO: Hemos insistido en la falta de independencia
de la FDA en Estados Unidos y la Agencia Europea está
infiltrada, pues su director durante 10 años poseía
una firma consultora para la industria farmacéutica.
Por primera vez en 60 años, el primer contribuyente financiero
de esta industria es Bill Gates, quien compra para promover
su imagen y seguramente para 'lavar' su fortuna astronómica;
para mí, es inmoral. Así como existe un salario
mínimo, debería existir un enriquecimiento máximo:
no se puede permitir que un individuo en el mundo tenga ingresos
mayores que cualquier Estado. Del presupuesto de la OMS (US$3.000
millones), Gates está dando 10%, o sea, 300 ó
400 millones de dólares. Él no da el dinero a
la OMS, selecciona dónde poner la plata, y así
impone prioridades a la institución. Lo que pasa es que
el señor Gates y demás donantes privados están
tratando de tomar el control de la OMS para que sus directivas
en nada vayan en contra de los intereses financieros.
Añadió Velásquez: El conflicto es
aún más grave con la industria alimentaria, la
cual es tan poderosa que la OMS ha fracasado totalmente en ponerle
parámetros a la exageración de azúcar y
otros componentes gravísimos para la salud pública.
Hace 15 años, el doctor Mahler, antiguo director, muy
brillante, trató de hacer el Código de la utilización
de la leche materna y casi le cuesta el puesto por la guerra
que le hizo Nestlé. A países industrializados
como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y en cierta
medida la Unión Europea (más solapada en algunas
cosas), no les interesa una agencia internacional independiente
y fuerte que podría ir en contra de los beneficios de
sus industrias, sino una OMS débil que puedan manejar
como un títere. |
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Tan grave
es la situación, que hasta
la Organización Mundial de la Salud se privatizó;
prácticamente la compró Bill Gates, 82% de su
presupuesto no proviene de cuotas
públicas sino privadas.
Dr. Germán Velásquez
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A Naciones Unidas
se le escapó por completo el mundo de la globalización,
donde las empresas no tienen controles nacionales. Novartis
tiene la sede en Nueva York, los capitales en un banco suizo
y produce en Singapur: ¿quién la controla? Es
triste. Uno podría pensar que de los países emergentes
como China, India, Brasil, África del Sur podría
venir una solución, pero no: ellos están en la
misma perspectiva, viendo cómo entran a jugar como los
grandes para hacer lo mismo que ellos. Brasil, por ejemplo,
lideró políticas interesantes de salud y medicamentos
en los últimos 8 años; hoy, es brutalmente discreto.
EL PULSO preguntó al doctor Velásquez: Usted
dice que Bill Gates compró la OMS y Nuria Homedes dice
'parecería que la OMS y la OPS han sido secuestradas'.
¿Bill Gates paga o recibe la plata del rescate?.
Velásquez respondió: El señor Bill
Gates no va a rescatar, es el secuestrador evidentemente, por
intereses financieros de él y de los gobiernos que representa.
Un documental de la televisión francesa compara la fundación
Rockefeller con la de Bill Gates; Rockefeller hace 50 años
empezó a conseguir dinero explotando en forma salvaje
los campos petroleros y contaminando el país, se volvió
el 'ladrón', el 'malo', el que se enriquecía con
un negocio muy claro, destruyendo la naturaleza; pero su Fundación
empezó a dar dinero a los países en desarrollo
y hoy todos la miran con respeto. Lo mismo pasa con Bill Gates:
cuando hizo la Fundación Bill y Melinda Gates, Microsoft
estaba acusado por la violación de las leyes de la competencia
en el caso más grande de Estados Unidos, era casi un
bandido que violaba las leyes para enriquecerse. Hoy día,
Bill Gates es el mecenas del mundo entero, y con su mujer, se
hace fotografiar con los niños en África. Por
norma de la Asamblea Mundial de la Salud, a un ministro de Salud,
así sea de Francia o Inglaterra, no le dan la palabra
más de 5 minutos; en los últimos 4 años,
Bill Gates, como invitado, la primera vez habló una hora
y la segunda 50 minutos, dice lo que quiera y por el tiempo
que quiera.
El doctor Velásquez concluyó, entre otras cosas,
que la solución de estos conflictos incluye la realización
de una Asamblea Nacional Constituyente por la salud de Colombia. |
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