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| El cambio
en los valores, las nuevas prioridades que resquebrajan la estructura
familiar tradicional, la falta mínima de solidaridad
con el desvalido, están llevando a las familias a abandonar
a sus seres queridos en los hospitales. En 2009, sólo
en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl, de
Medellín, las familias abandonaron a 3.418 pacientes,
por diferentes motivos que bien pueden resumirse en el desapego.
Pero esa realidad no es exclusiva de Medellín: esta situación
también se presenta en hospitales de otras ciudades,
en mayor o menor proporción. |
Cientos de pacientes abandonados sufren depresión por
la indiferencia de sus seres queridos, mientras los trabajadores
sociales hacen un arduo trabajo por garantizarles una ubicación
y cuidado después del alta.
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El consolidado
es escandaloso en lo social, pero también en lo económico
por las pérdidas millonarias para las Instituciones Prestadoras
de Servicios de Salud (IPS), clínicas y hospitales que
sin el decidido apoyo del Estado se ven obligadas a asumir el
cuidado del abandonado, que puede quedarse hasta un mes o más
en el hospital.
Abandonar a un paciente es un delito por inasistencia, pero
la justicia no puede obligar a la familia a recibirlo, cuando
el paciente cometió actos de violencia en su hogar y
tiene denuncias por agresión. Entretanto, las trabajadoras
sociales tratan de convencer a las familias o conseguir un sitio
donde el paciente tenga el cuidado necesario para poder vivir.
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El drama de más de 3.000 pacientes abandonados
En 2009, en el Hospital Universitario San Vicente de
Paúl se registraron 3.418 casos de pacientes abandonados.
Y hasta junio de 2010, se habían presentado 1.773 abandonos:
se cree que al final del año la cifra crecerá,
afectando a adultos mayores, menores de edad, población
especial, desplazados, habitantes de calle, indígenas
y reinsertados, entre otros, afirma Martha Lucía Arenas,
jefe de trabajo social de la entidad.
Cuando hay un abandono, la Personería recomienda levantar
un acta y proceder a elevar la denuncia, para que un juez ordene
el traslado del paciente hasta su casa. Hasta ahora no
hemos tenido que llegar a esos extremos, porque logramos conciliar
con las familias a cambio de apoyo, asegura la doctora
Arenas.
El Hospital identificó 74 tipos de riesgos que son detectados
por Trabajo Social cuando ingresa un paciente. Algunos son:
ingreso sin familia; desplazamiento; maltrato físico
y psicológico; víctimas de amenaza, violación
o riesgo de abuso sexual; discapacidad física o mental;
embarazo temprano; consumo de drogas y alcoholismo; desempleo
de los padres, entre otros.
El médico que hace el ingreso del paciente es el primero
en detectar que no hay familia ni datos suficientes. También
un trabajador social analiza los ingresos. Enfermería
aplica la encuesta Compri-intermed y si es positiva a riesgo
de abandono, se envía a Psiquiatría, a los médicos,
enfermería y Trabajo Social; de ahí se planifican
las altas.
Cada caso una historia
de los
más vulnerables
Para ubicar a los habitantes de calle se acude a la
Secretaría de Bienestar Social, cuyo apoyo es rápido
e invaluable. Los abandonados por drogas o alcoholismo que no
quieren rehabilitarse reciben en el Hospital San Vicente la
ayuda de Carisma, de Psiquiatría de enlace, subsidios
o inclusión en el Grupo de Adicciones del Hospital (grupo
ambulatorio).
Los adultos mayores pierden las ayudas del Estado porque a veces
trabajan y pagan una pieza, entonces no califican como habitantes
de calle para recibir subsidios. Cuando sufren daños
irreparables en la salud, se busca garantizarles un sitio donde
les den un cuidado especial.
Al año hay 10 ó 12 casos de menores abandonados.
Bienestar Familiar no tiene suficientes madres sustitutas capacitadas
para su cuidado, entonces hay que esperar hasta que consiga
una que se haga cargo del menor, generando estancia prolongada
en el Hospital.
Como si fuera poco, el aumento de enfrentamientos y guerras
locales en algunas zonas de Medellín desde hace
unos 8 meses, disparó el ingreso al Hospital de adolescentes
heridos a bala. Las familias los abandonan porque están
amenazados y no pueden volver al barrio, cambian de residencia,
y Trabajo Social tiene que conseguir un lugar para garantizarle
al muchacho la recuperación. Muchas veces el joven se
fuga o pide la alta voluntaria, y en otros casos la familia
lo lleva a un hotel mientras se trasladan del barrio. Situación
parecida ocurre con los jóvenes que tiene un prontuario.
Verdadero trabajo social
En los últimos tres años, el Hospital
San Vicente empezó a trabajar en red con entidades de
apoyo, y un grupo de padrinos particulares y ONG que prestan
el servicio de camas subsidiadas. Y a través del Fondo
de Solidaridad de empleados del Hospital, se cubren necesidades
como el transporte aéreo y terrestre a los lugares de
origen de los pacientes; entre 2009 y lo corrido de este año,
se destinaron $12'198.700 solo a transporte en ambulancia. El
Fondo también subsidia ropa, medicamentos, pañales,
cama, colchón y hasta acuerda con algunos municipios
la construcción de sitios de habitación, para
garantizar que el paciente tenga por lo menos a dónde
llegar.
Millonarios gastos en hospitales de
Bogotá
La Secretaría de Salud Distrital informó
que también sufren el drama de los pacientes abandonados,
especialmente en hospitales con mayor demanda de atención.
Un paciente abandonado ocasiona un sobrecosto entre $90 y $150
millones mensuales, porque el valor de hospitalización
de adultos es de $3 millones diarios; pero si el paciente se
encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el monto
aumenta a $5 millones diarios.
Hospital de Kennedy: Tiene el mayor número de pacientes
declarados en abandono social. Es de tercer nivel, con área
de influencia en las localidades de Kennedy, Bosa, Fontibón
y Puentearanda, densamente pobladas, con problemas socioeconómicos
y familiares, que conllevan al abandono, especialmente de adultos
mayores.
Con pacientes NN, las trabajadoras sociales utilizan redes institucionales
oficiales, como el Centro Regulador de Urgencias Distrital,
Fiscalía y Registraduría, para establecer la identidad
y datos que faciliten ubicar a familiares, explica Vivian Rocío
López, profesional universitaria de Atención al
usuario. Y pacientes identificados que durante su estancia no
se les encuentra apoyo familiar y se declaran en estado de abandono
social, se reportan a la Secretaría de Integración
Social y se visitan los domicilios en direcciones dadas al ingreso,
que a veces son falsas o erróneas: así quedan
a la espera de la asignación de un cupo institucional.
En casos difíciles, se publica en medios de comunicación
datos e imágenes de los pacientes para que sean reconocidos
por sus familiares.
Incluso, en el Hospital de Kennedy se dio el caso extremo de
una estadía prolongada: en agosto de 2008, la Policía
llevó a una mujer de unos 40 años con retardo
mental severo. No se ha podido reubicar y ya cumple 2 años
de estar hospitalizada en la Unidad de Salud Mental. Anualmente
genera costos de $9 millones por la estancia hospitalaria, atención
médica y medicamentos, sin contar el costo social, porque
la cama que ocupa podría utilizarse en otro paciente
con condición crítica.
Costos millonarios en otros hospitales de Bogotá: En
el Hospital Simón Bolívar, el promedio de pacientes
abandonados en un mes oscila entre 10 y 15 pacientes, lo que
genera sobrecostos mensuales por $1.350 millones por este concepto.
En el Hospital El Tunal, el promedio al mes de abandonados es
de 5 y el monto de gastos es de $450 millones mensuales. Y en
el Hospital Vista Hermosa, la cifra de abandono es de 3 pacientes
en un mes, que pueden representar gastos al hospital de $270
millones.
El caso de pacientes mentales
Todo paciente enfermo mental es susceptible de abandono,
tanto por su deterioro como por su conducta, independientemente
de si es niño, adulto o anciano. Trabajo Social busca
que las familias entiendan que la enfermedad mental es incurable
y de por vida, difícil de manejar y que se torna más
compleja sin apoyo. El abandono se genera por el comportamiento
agresivo del paciente, por consumo de drogas, maltrato a la
familia y conducta inadecuada cuando entra en crisis. Los pacientes
en su mayoría no son conscientes de esto y abandonan
el tratamiento, afirma Carmenza Llano, trabajadora social
del Hospital Mental de Antioquia, HOMO.
Ella asegura que no hay grandes cifras de abandono de estos
pacientes; las demoras en los egresos son de días y en
pocos casos de meses, que dan pérdidas porque la Dirección
Seccional de Salud de Antioquia sólo paga las hospitalizaciones
hasta el día del alta, y los días posteriores
que esté el paciente son glosados y no pagados al hospital.
En cada caso se presiona a las familias con 'advertencias' sobre
el problema legal que acarrean por abandono: Les decimos
que informaremos a las autoridades, para que los obliguen a
asumir al paciente, y esto a veces funciona, dice la trabajadora
social. La Policía ayuda también a llevar al paciente
a su casa, o a la de un familiar, o vecino; lo entregan con
fórmula médica y quien lo recibe firma una planilla
donde consta que el paciente fue entregado en buenas condiciones.
En ocasiones tienen que ir al sitio de trabajo de los familiares
para que los reciban, asegura la funcionaria.
Con otros municipios se acuerda recogerlo en ambulancia, y si
no pueden, el HOMO consigue el pasaje y lo encarga al conductor
para que no lo deje bajar en ningún sitio hasta que un
responsable lo reciba en su localidad; esta modalidad de egreso
ya no es muy usual, porque la Oficina Jurídica debe autorizarlo.
El paciente es responsabilidad del hospital mientras permanezca
allí. De otro lado, la ley exige al HOMO la custodia
de los menores abandonados, hasta poder entregarlos a una entidad
competente.
En Cali la situación es similar
Solo en el Hospital Universitario del Valle, semanalmente
Trabajo Social trata de resolver la situación de abandono
de al menos 3 pacientes que permanecen internos por un período
no inferior al mes; en 2009, un paciente no recibido por sus
familiares generaba gastos al hospital hasta de $1'500.000 diarios,
incluyendo exámenes y medicamentos, y por día
de UCI, hasta $3'000.000 diarios; mensualmente, el hospital
debió cubrir hasta $450 millones por estos pacientes
sin doliente. Y en el Hospital San Juan de Dios, en 2009 se
llegaron a contar hasta 4 pacientes abandonados en un mes, que
generaban costos por $6 millones, incluyendo a veces los gastos
funerarios.
Los pacientes de difícil ubicación van en aumento
y son investigados por especialistas y auxiliares que tratan
de encontrar a sus familiares. Estos funcionarios, la Fiscalía
de Cali y Derechos Humanos, se ponen a la tarea de resolver
cada uno de los casos conciliando con las familias para que
los vuelvan a recibir. Pero no existe una red local que permita
ampliar su labor y el Estado también brilla por su ausencia. |
| Cifras
de abandono Hospital San Vicente de Paúl - Medellín |
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| Hospital
de Kennedy - Bogotá |
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