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Expectativa por primer
trasplante de intestino delgado en Colombia
Juan
Carlos Arboleda Zapata Periodista elpulso@elhospital.org.co |
Nuevamente la medicina
nacional se prepara a dar un paso importante para el tratamiento
de patologías graves en Latinoamérica, esta vez
con el primer trasplante de intestino delgado que será
realizado en el país por el Grupo de Trasplantes del
Hospital Universitario San Vicente de Paúl y de la Universidad
de Antioquia en la ciudad de Medellín. Se abriría
así una opción de vida para las personas que sufren
afecciones que involucran este órgano y que no tienen
un tratamiento que lleve a la cura definitiva.
Desde agosto del año 2002 y como resultado de la experiencia
que tuvieron los doctores Carlos Guzmán y Jorge Gutiérrez
con los doctores Kareem Abu-Elmagd y Geofrey Bond del Centro
de Rehabilitación y Trasplantes de la Universidad de
Pittsburgh, se desarrolló el protocolo para trasplante
de intestino delgado y multivisceral. Para la medicina colombiana,
el desarrollo de este procedimiento quirúrgico significa
traer una nueva tecnología y una nueva opción
terapéutica al país. El doctor Carlos Guzmán
lo ratifica cuando dice: todos los cirujanos generales
y vasculares hemos sentido la necesidad de tener este tipo de
trasplante como una opción terapéutica para los
pacientes que lo ameritan, ya que la mayoría de estos
pacientes simplemente mueren porque no hay opción terapéutica.
Pienso que es la oportunidad de salvarle la vida a muchas personas
en Colombia.
Los primeros trasplantes de intestino se remontan a los trabajos
llevados a cabo por el doctor Alexis Carrel a comienzos del
siglo pasado y en 1959 con el doctor Richard Lillehei, quien
publicó un trabajo sobre el trasplante de intestino en
perros. Luego de estas primeras experiencias y durante treinta
años, los diferentes modelos experimentales no lograron
resultados satisfactorios con los medicamentos inmunosupresores
utilizados en la época. Es hasta 1987 en la Universidad
de Pittsburgh cuando se realiza el primer trasplante de intestino
en humanos y desde 1990 con el desarrollo del inmunosupresor
Tacrólimus (FK506 o Prograf) cuando se comienzan a lograr
resultados bastante exitosos y con niveles de sobrevida mayores
a los dos años. Actualmente este procedimiento se efectúa
en 55 centros médicos del mundo y hasta mayo de del año
2001 se habían realizado 696 trasplantes. A partir de
ahora en Latinoamérica, el Hospital Universitario San
Vicente de Paúl espera también ofrecer esta alternativa
terapéutica. |
Solución
de vida
Este desarrollo médico trae al país una solución
de vida, ya que la mayoría de los pacientes consultan
por una necrosis completa del intestino delgado que es incompatible
con la vida, por diferentes enfermedades: a veces se trombosa
la arteria o la vena del intestino, o hay una lesión
por trauma, o el paciente presenta múltiples resecciones
intestinales hasta quedar con un segmento de intestino menor
de 60 centímetros, lo cual lo haría un potencial
candidato y si tiene menos de 20 centímetros es un
candidato definitivo a trasplante de intestino. A partir de
ahora, lo primero que debe hacerse es que tanto los cirujanos
generales y vasculares, que son quienes reciben la mayor parte
de este tipo de pacientes, sean concientes de que existe esta
nueva opción terapéutica que se explora en el
país y que hagan la remisión de los pacientes.
Modalidades
El protocolo que ha implementado el Hospital Universitario
San Vicente de Paúl incluye varios procedimientos:
una modalidad es el trasplante aislado, como el que se espera
realizar en Medellín (gráfica No. 1). Otra modalidad
es el de hígado e intestino delgado en bloque (grafica
No. 2), y la otra es el trasplante multivisceral (grafica
No. 3), en el cual se incluye también el estómago,
duodeno, páncreas, hígado y todo el intestino
delgado. El protocolo no incluye el trasplante de intestino
grueso, por cuanto este órgano tiene una pared muy
delgada y ante cualquier episodio de rechazo se perfora, hace
peritonitis y los pacientes mueren, por lo que la recomendación
mundial en este momento es no trasplantarlo.
Por el momento, el programa se desarrollaría solo en
adultos, ya que los niños requieren órganos
de un donante con peso y talla similar, lo cual es bastante
difícil de encontrar y falta que en el país
se desarrolle un sistema de información de donantes
que haga factible esta modalidad terapéutica en menores.
El procedimiento quirúrgico tiene una duración
de entre ocho y doce horas, y se espera una sobrevida similar
o superior a la alcanzada actualmente en la Universidad de
Pittsburgh que se encuentra en 75% a un año, 55% a
5 años y 45 % a 10 a años, pero se podría
llegar a tener una sobrevida similar a la del trasplante de
hígado o de riñón en el Hospital Universitario
San Vicente, que es superior al 85% al primer año del
injerto.
El proceso de recuperación es rápido: el primer
mes es de hospitalización mientras se obtiene una disminución
progresiva de la nutrición parenteral total y un ingreso
progresivo a la nutrición enteral. El paciente generalmente
al final de la segunda semana puede comenzar a recibir alimentos
normales y al mes del trasplante se debe estar yendo para
la casa con una total autonomía nutricional, y durante
seis meses se efectúan revisiones dos veces por semana
con tomas de biopsias del intestino para ver su evolución.
El aspecto más importante para que un paciente pueda
incluirse dentro de este tipo de trasplantes, es que sea menor
de 65 años, con función cardiovascular aceptable
y ausencia de problemas pulmonares.
Este primer trasplante que se realizaría en Medellín
es de intestino delgado aislado; el paciente es alguien que
había presentado el pasado 4 de abril un vólvulos
de todo el intestino delgado, con un estrangulamiento de la
arteria y la vena que nutren este órgano, causándole
la necrosis; luego de la resección quirúrgica
del intestino, solamente quedó con 8 centímetros
que se le pegaron al intestino grueso, quedando con alimentación
parenteral ambulatoria.
El trasplante de intestino que se proyecta en el Hospital
Universitario San Vicente de Paúl junto con el Grupo
de Trasplantes de la Universidad de Antioquia, sería
el resultado de un trabajo en equipo que incluye enfermeras,
anestesiólogos, internistas, gastroenterólogos
y muchos profesionales mas de la salud, que bajo la coordinación
de los doctores Álvaro Velásquez Ospina (director
del Grupo de Trasplantes del Hospital y la Universidad), Jorge
Gutiérrez como coordinador del Programa de trasplante
de hígado y el doctor Carlos Guzmán como Coordinador
del programa de trasplante de intestino delgado y multivisceral,
llevaría una vez más a la medicina colombiana
a uno de los primeros lugares de Latinoamérica.
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