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El
Vigía
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Los cambios climáticos
extremos traen serias consecuencias para la salud de los humanos:
El ya bien conocido calentamiento global es uno de los temas
de mayor preocupación, pues es evidente su impacto sobre
el medio ambiente, los recursos naturales, los animales y el
hombre. Las olas de calor se acompañan de un aumento
en la morbilidad y la mortalidad, incluso en una proporción
mayor que las inundaciones o los huracanes. |
Temporadas de intenso
calor pueden producir alteraciones en la salud de las personas
relacionadas con aumento de temperatura y deficiencia de agua
y electrolitos, tales como:
Estrés por calor: molestias y cambios sicológicos
asociados a exposición a altas temperaturas.
Agotamiento por deshidratación: intensa sed, debilidad,
mal estado general, ansiedad, vértigo, mareos y dolor
de cabeza, con temperatura corporal normal, por debajo de lo
normal o ligeramente elevada.
Calambres: espasmos musculares dolorosos por pérdida
de sales y electrolitos. |
Síncope:
desmayo transitorio por aporte insuficiente de sangre, oxígeno
o glucosa al cerebro.
Golpe de calor: elevada temperatura corporal de origen central,
que se incrementa por encima de 40 oC y con una disfunción
del sistema nervioso central que resulta en delirio, convulsiones
o coma.
La pérdida de agua y sales puede llevar a una hemo-concentración
con aumento de plaquetas, glóbulos rojos, el colesterol
y la viscosidad sanguínea. |
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Esto contribuye a
la mortalidad por enfermedad coronaria o trombosis cerebral,
pocos días después de la exposición.
La factores de riesgo que favorecen la presentación de
los eventos mencionados son: la edad mayor de 80 años,
personas que viven solas o con escaso apoyo socio-familiar,
personas con demencia o problemas cognitivos, pacientes convalecientes,
pacientes que consumen múltiples medicamentos, pacientes
con enfermedades de base, niños desprotegidos, entre
otros. |
La pérdida de
agua y sales puede llevar a
una hemo-concentración con aumento de plaquetas,
glóbulos rojos, colesterol y viscosidad sanguínea.
Esto contribuye a la mortalidad por enfermedad
coronaria o trombosis cerebral, pocos
días después de la exposición.
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Esto parece un tema
obvio y lo escuchamos a diario en los medios de comunicación,
pero la verdad es que no estamos lo suficientemente preparados
porque no es algo que esté arraigado en nuestra cultura,
como sí lo está por ejemplo en países con
estaciones. De otro lado, asuntos nacidos de la vanidad como
broncearse con prolongadas exposiciones a la luz solar, aún
son prácticas muy comunes. La hidratación adecuada
no es un hábito frecuente y en muchos casos se hace de
manera inadecuada. El uso de protectores solares es algo que
apenas está penetrando en nuestras conciencias y que
tiene una gran limitante en los costos.
El problema es real y no lo podemos menospreciar, y como en
la mayoría de los problemas de salud, la clave es la
prevención.
Fuentes:
- http://geosalud.com/ Ambiente/calorsalud.htm
- Vigilancia y control de los efectos de las olas de calor 2012.
Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Edición
electrónica: mayo, 2012
soox@elhospital.org.co |
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