MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 15    No. 173  FEBRERO DEL AÑO 2013    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

“He resuelto fundar
un Hospital grande, muy grande...”
Alejandro Echavarría Isaza, 1913
Olga Lucia Muñoz López - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
Pabellón H - Cirugía, septiembre de 1918.
El 16 de mayo de 1913, don Alejandro Echavarría y autoridades de la época firman en Medellín el acta de fundación del Hospital de San Vicente de Paúl, una obra proyectada en grande desde sus inicios. Hoy, con un Hospital Universitario, un Hospital Infantil, la Farmacéutica Corpaul, el Instituto de Alta Tecnología Médica (IATM) y los Centros Especializados más modernos de Colombia, se consolida la obra centenaria en beneficio de la salud de San Vicente Fundación, una institución privada sin ánimo de lucro que nació, creció y se proyecta más allá del siglo de existencia.
Una Medellín floreciente necesitaba un gran hospital
A comienzos del siglo XX, la capital antioqueña vivía una serie de cambios acelerados en su proceso de convertirse en la segunda gran ciudad colombiana, por el florecimiento de la industria y el comercio que a su vez jalonaba el aumento considerable de su población.
Como cuenta el doctor en Historia, Rodrigo de J. García Estrada, en su libro “Nueva historia del Hospital San Vicente Fundación en su centenario, 1913-2013”, la intensa actividad comercial transformó la ciudad “en el centro económico del dinámico mercado regional antioqueño”, al punto “que los capitales acumulados en la minería de oro y plata empezaron a fluir hacia Medellín y por tanto, las principales vías de comunicación y transporte fueron pensadas teniéndola como punto de referencia. En esta modesta capital se crearon los primeros bancos, almacenes, fábricas, plazas de mercado, colegios, museos, universidades y catedrales”.
Pabellón H - Cirugía, septiembre de 1918.
El historiador García Estrada reseña que “la población pasó de 59.815 habitantes en 1905 a 79.146 habitantes en 1918, un incremento del 132%”. Ese aumento de población hizo que la ciudad acelerara su proceso de urbanización y de ampliación del perímetro urbano. Y paralelamente con el desarrollo industrial y urbanístico, aumentaba la demanda de servicios sociales de empleo, vivienda, educación y salud, necesidades que trataban de suplir los empresarios y autoridades con nuevas obras de infraestructura y la fundación “de instituciones dedicadas al civismo, la beneficencia y las obras públicas”.
Del Hospital San Juan de Dios al Hospital de San Vicente
El primer hospital que tuvo Medellín fue fundado en 1797, en 1801 fue puesto al cuidado de los padres de San Juan de Dios, siendo convento y centro hospitalario. En ese entonces, más que cumplir las funciones de hospital, era una casa dedicada a la caridad y al asilo de los enfermos pobres, para brindarles cuidados paliativos que los ayudaran al buen morir. Relata el historiador García Estrada, que “con la apertura de la Escuela de Medicina de la Universidad de Antioquia en 1872, dicho hospital se convirtió en el centro de prácticas de los estudiantes”. La atención a los moribundos estuvo a cargo de las Reverendas Hermanas de la Presentación de Tours, que llegaron en 1876 y realizaron esa labor hasta la década de 1930.
“El mérito del empresario Alejandro Echavarría
consiste en haber sabido reunir todas esas voluntades
y fortunas para dotar a la ciudad de un hospital que
respondiera a las necesidades de una ciudad cuya
modernización era cada vez más acelerada”.
Dr. en Historia, Rodrigo de J. García Estrada
Pese a que Antioquia y Medellín como entes oficiales, y los empresarios y la alta sociedad apoyaban económicamente al hospital, a medida que la ciudad crecía la atención que podía brindar el hospital era precaria, mucho más ante el azote de las epidemias que dejaban miles de muertos y enfermos. De ahí que la ciudad sentía la urgencia de tener un hospital más moderno, para atender a esa gran masa de población.
La sociedad antioqueña de la época se destacaba por una gran tradición cívica, que movilizaba al gobierno, las élites, la clase media y sectores populares alrededor de proyectos de interés colectivo. En ese contexto, don Alejandro Echavarría Isaza, uno de los más distinguidos fundadores de empresas a comienzos del siglo XX, fue la persona que capitaneó la que se convertiría en su empresa más amada: la fundación del nuevo hospital, grande y moderno, que tanto necesitaba el Medellín de entonces.
Don Alejandro Echavarría fue fundador de empresas como la Compañía de Instalaciones Eléctricas, primera empresa que ofreció servicios de energía eléctrica en 1895, y en 1897 fundó la Compañía Colombiana de Tejidos (Coltejer). También participó en trilladoras de café, negocios de exportación, y fue socio de varios bancos y de la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, primera empresa de aviación comercial del país, creada en 1919.
Pabellón H - Cirugía, marzo de 1918.
Fue don Alejandro quién motivó a toda la sociedad antioqueña de la época, gobernantes y gentes del común, a apoyar la obra del gran hospital para la ciudad. Su motivación nace al ver el sufrimiento de su esposa enferma, Ana Josefa Misas Euse, recuerda uno de sus hijos, Guillermo Echavarría Misas: “Un buen día de comienzos del año 1913 estando todos reunidos en la casa paterna, donde mi madre se encontraba gravemente enferma desde hacía largo tiempo, nuestro padre Alejandro Echavarría Isaza nos dijo poco más o menos las siguientes palabras: He visto tanto sufrir a su madre durante esta enfermedad que me he puesto a pensar, que si ella, disponiendo de comodidades y de todos los recursos de la ciencia médica, ha padecido tanto, cuáles no serán los sufrimientos de los pobres en sus enfermedades sin quien les proporcione alivio, sin recursos para pagar los médicos, operaciones y medicamentos. Es cierto que en Medellín tenemos el Hospital de San Juan de Dios, pero su cupo es demasiado reducido y como se mantiene completamente lleno además carece de los elementos indispensables para un eficiente atención a los pacientes, he resuelto fundar un Hospital, pero un hospital grande, muy grande, que tenga siempre la capacidad suficiente para albergar a todo hijo de Antioquia y del resto del país que necesite de sus servicios. He observado enfermos tirados en los andenes por días enteros, esperando que les llegue el turno para ocupar uno de esos miserables camastros, hoy mismo hablaré con algunos de mis amigos y haré un llamamiento a toda la sociedad de Medellín, con la seguridad de que mi idea será bien acogida por todos los habitantes de esta caritativa ciudad".
Construcción del Pabellón de Cirugía, 1917
La fundación el 16 de mayo de 1913
Como relata el historiador García Estrada, “el mérito del empresario Alejandro Echavarría consiste en haber sabido reunir todas esas voluntades y fortunas para dotar a la ciudad de un hospital que respondiera a las necesidades de una ciudad cuya modernización era cada vez más acelerada”. Así, pensando en los intereses de la comunidad, consciente de que necesitaba el apoyo de la toda la sociedad antioqueña y conocedor de su tradicional espíritu de colaboración, emprende la búsqueda de recursos económicos con respaldo de la Iglesia, los industriales, comerciantes, el gobierno, la comunidad médica, los intelectuales y de los periódicos de la época, especialmente de “El Espectador”.
Fue así como la noche del 16 de mayo de 1913, se reunieron en el Palacio Arzobispal varias personas en representación de las autoridades civiles y eclesiásticas, y una distinguida concurrencia, para avanzar en el proceso de fundación del Hospital. Esa misma noche se adoptó el nombre “Hospital de San Vicente de Paúl” y se eligió la primera Junta Directiva, cuya misión fundamental era recoger los fondos para iniciar la construcción del Hospital.
Continúa en la próxima edición.
 
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