MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 15    No. 173  OPINION DEL AÑO 2013    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

 

Reflexión del mes
“La relación del médico con el enfermo no es la de una especialidad con un estado fisiológico, sino la de una persona con otra. Y por eso ha de tener un sello personal, es decir, ético; si no, le falta lo que, también y justo desde una perspectiva 'técnica', le es exigible".
Romano Guardini (Verona, 1885 - Munich, 1968). Teólogo y sacerdote católico alemán, maestro en el arte de la interpretación; ejerció considerable influencia en la juventud católica alemana después de la I Guerra Mundial. Su cátedra fue suprimida en 1939 por el régimen nacional-socialista. Exponía una cosmovisión católica del mundo. De inspiración agustiniana, su teología explora amplios espacios de la cultura y es más una evocación de la vida de fe que una sistematización dogmática. Algunas obras: El universo religioso de Dostoievski (1933), La muerte de Sócrates (1934), Pascal (1934).
“El Ejecutivo debe asegurarse, antes de acudir al Congreso con una iniciativa de reforma, que sí tiene una propuesta total, completa, estudiada; de lo contrario, los recursos de la salud acabarán a disposición de las próximas campañas electorales”.
Son más de tres años de la sonada “emergencia social” que declaraba que sí había crisis en el sistema de salud, a pesar de que después se negara que hubiere tal apremio. También se ha matizado o minimizado la crisis, presentándola unas veces como problema de liquidez o como un fenómeno delimitado a uno u otro régimen de aseguramiento.
De forma similar, son 5 años desde que la Corte Constitucional expidiera la Sentencia T-760 de 2008, en donde se puso sobre la mesa que había una situación crítica, que exigía una solución consistente y determinada del gobierno; no obstante, recientemente, se concluyó que no había cumplimiento a las órdenes dadas por la justicia. Y desde hace 6 años se vienen expidiendo sucesivas leyes de pretendidas reformas a la Ley 100/93, entre ellas la 1122 de 2007 y la 1438 de 2011, de la misma forma que se introdujeron cambios numerosos en las leyes del Plan Nacional de Desarrollo, la ley anti-trámites y las recientes leyes de cuentas maestras (Ley 1608) y de la última reforma tributaria.
De lo previsto en un principio en la Ley 100 del 93 queda muy poco sin modificar. Muchas de las estructuras que entonces se crearon ya no existen y otras no son ni sombra de lo inicialmente concebido. Ante tantas reformas, ya el aseguramiento prácticamente ha desaparecido para convertirse en una administración de giros, y sin embargo la crisis hospitalaria pública sí ha permanecido inmutable.
Pero los ajustes a la Ley 100 no cesan, cada vez con más dudas y mayor cansancio, pero sin resolver los problemas centrales como los recobros, el tema hospitalario y la sostenibilidad del sistema. Sin embargo el ánimo reformista cada vez está más exacerbado, con una característica preocupante: sin claridad, sin estudios previos y suficientes del sistema, sin contar con modelos de viabilidad jurídica, técnica y financiera de las instituciones que lo deben conformar y sin resolver las zonas grises del POS.
“No se debe acometer un cambio
a uno de lostriunfos más grandes del país,
como es el dela seguridad social, en un ambiente
de oscurantismo como el que hay actualmente,
sin trabajarprimero para aclarar las cosas”.
Dr. Conrado Gómez Vélez
Se dice que “ya son muchos estudios”, que todo está muy conocido ya, que para que más análisis. Eso sería cierto, si es que pueden considerarse estudios a tantos informes auspiciados por diferentes gremios, grupos de investigación alinderados políticamente ó sectores que utilizan estos medios como estrategia para lavarse las manos y echarle la culpa al vecino.
Infortunadamente, hoy día el debate de la reforma a la salud es un asunto politizado, que ofrece en bandeja de plata la cabeza de un sector inerme y completamente desprestigiado a sus detractores. Desprestigiado por los mismos que vienen armando un desguazadero de instituciones y del sector, para llevarse los pedazos. Hace varios años que algunos mantienen la salud en la crónica roja, sin reconocer que es un sector institucionalmente inmaduro, porque creen que de esa manera construyen una teoría crítica del sistema, que mas adelante les facilite el camino de una contrarreforma; pero están equivocados.
Esos métodos solo dejan ruinas, son dañinos porque el sector pasa a estar indefenso, sin manera de preservar sus ejecutorias, sus recursos y sus logros, que los tiene y son muchísimos. Es un terreno movedizo, en donde al parecer abundan los expertos y sobran las ideas para desarticular las instituciones, pero en donde por el contrario escasean la creatividad y las opiniones constructivas.
Colcha de retazos y de ideas
El agotamiento de ideas es palpable, por ejemplo, en el problema de los hospitales públicos. Primero los convirtieron en Empresas Sociales del Estado (ESE), buscando que adoptaran modelos empresariales productivos y competitivos; luego los reestructuraron dos y tres veces sin éxito; luego vino una epidemia de Cooperativas de Trabajo Asociado con tercerizaciones que desangraron a muchas instituciones, que veían como los particulares se quedaban con los servicios rentables y la institución con el hueso; y cuando no se sabía qué más hacer con esos hospitales, se los endosaron a Caprecom o a la Supersalud, para que esas organizaciones sin recursos y sin cambiar el modelo empresarial, los sacaran adelante.
La última ley, la 1608, que dispersó recursos muy cuantiosos que eran del aseguramiento a los hospitales públicos, deja la preocupación del esperado modelo de viabilidad institucional, jurídica, técnica y financiera, que les ofrezca un futuro sostenible y digno. Algo similar pasa con las EPS y cajas de compensación que vienen resistiendo reformas y ajustes permanentemente, pero que ahora requieren de un nuevo régimen de habilitación. Son más de dos años de promesas y anuncios, en espera de un decreto de habilitación, y también una nueva normativa de vigilancia de estas organizaciones; pero eso tampoco se ha conseguido. No se ha podido porque sea difícil redactar un decreto: si de redacción se tratara, en una tarde estaría lista la nueva habilitación. Infortunadamente para hacer ese decreto se requieren, otra vez, modelos de viabilidad técnica, administrativa, jurídica y financiera, en el marco de un sistema futuro más exigente. Y esos análisis tampoco están disponibles.
Es un tema complicado, sobre todo si se considera que bajo el modelo actual, muchas de esas organizaciones son inviables; cómo será entonces si se les incrementan las exigencias, como se ha predicado, en momentos en que muchos actores influyentes no saben siquiera si quieren o no más EPS.
Y de las entidades territoriales, ni hablar. Desde que se reestructuraron y adelgazaron hasta la asfixia hace más de 15 años con el criterio de reducir el tamaño del Estado, esas organizaciones no han logrado acomodarse al sistema de salud; muchas carecen de los más mínimos recursos técnicos y humanos, y eso se refleja en sus pobres indicadores de desempeño: menos del 6% cumplen satisfactoriamente las funciones esenciales de salud pública a su cargo, pero paradójica y generosamente se ofrecen a gestionar el aseguramiento y a acometer la construcción de las redes de servicios de niveles de complejidad que no tienen en su red pública correspondiente.
Falta preparación
No existe claridad contundente sobre los principios y finalidades de una próxima reforma al sistema de salud, más que la urgencia reformadora y el ruido de muchos lavándose las manos y acusando al vecino. Existen muchos odios y necesidades políticas de cambiarse, tantas como propuestas distintas e incongruentes. Eso no quiere decir que no deba hacerse una reforma de salud, pero la forma, la preparación y la sinceridad, sí son importantes.
No se debe acometer un cambio a uno de los triunfos más grandes del país, como es el de la seguridad social, en un ambiente de oscurantismo como el que hay actualmente, sin trabajar primero para aclarar las cosas. Emprender reformas sin preparativos técnicos en un ambiente tan gris, tan confuso, es demasiado arriesgado. La angustia de tener que hacer una reforma no justifica permitir más cambios parciales, impulsados por las premuras y las necesidades de momento. Es posible que esta misma falta de claridad sea un incentivo para que no se reglamenten las leyes 1122 de 2007 y 1438 de 2011, o para que se aplace la expedición de decretos tan importantes como el de habilitación de las EPS y el del régimen de intervenciones y medidas especiales del sector.
Son ya varias y repetidas las proposiciones y declaraciones en donde se anuncian cambios perentorios, definitivos y trascendentales para el sistema de salud, fijando plazos incluso tan breves como de algunos meses, sin éxito y sin preparación. Esa es una historia que no se debe repetir. El sistema de salud colombiano actualmente requiere ajustes o reformas, pero estos no pueden hacerse atendiendo a llamados de momento, porque se corre el riesgo de perder cada vez más la visión sistémica y de conjunto. También es preciso reconocer que sí hay una crisis, y luego entrar a estudiarla y caracterizarla, incluyendo un análisis pormenorizado de cada uno de los componentes del sistema, es decir de las IPS, EPS y entidades territoriales. Finalmente, el Ejecutivo debe asegurarse, antes de acudir al Congreso con una iniciativa de reforma, que si tiene una propuesta total, completa, plenamente estudiada y detallada, si es que quiere mantener el lapicero en su mano; de lo contrario los recursos de la salud acabaran a disposición de las próximas campañas electorales.
  Bioética
Eutanasia y suicidio asistido:
nuevo intento por legalizar el delito
Gloria Patricia Naranjo R. Abogada - elpulso@elhospital.org.co
La eutanasia y el suicidio médicamente asistido vuelven a estar en la agenda parlamentaria de Colombia, en un nuevo intento por legalizar ambas conductas delictivas. El proyecto de ley 70 de 2012-Senado, aprobado en primer debate, es el cuarto sobre eutanasia que presenta el senador Armando Benedetti, quien viene corrigiéndolo desde 2006, para evitar que termine archivado como ocurrió con los demás (PL Estatutaria 100 de 2006-Senado, PL Estatutaria No. 5 de 2007-Senado, PL Estatutaria No. 44 de 2008-Senado); sin embargo, mantiene la esencia de los anteriores.
Las siguientes son algunas de las disposiciones que así lo demuestran:
- Se presentó como Proyecto de Ley Estatutaria, igual que los 3 anteriores. De acuerdo con el artículo 152 de la Constitución Nacional, entre otras materias, “mediante las leyes estatutarias, el Congreso de la República regulará […]: a) Derechos y deberes fundamentales de las personas y los procedimientos y recursos para su protección […]”. Ello significa crear el “derecho fundamental a la eutanasia”, lo cual es un absurdo jurídico, porque en ningún documento internacional vinculante para Colombia se ha reconocido el “derecho” a pedir la propia muerte y mucho menos el “deber” jurídico de matar a otro por petición suya; lo que se ha reconocido es el derecho a la vida.
- En un serio y cínico atentado a la inteligencia humana, el proyecto de ley en cuestión tiene, entre sus propósitos, “[…] establecer los mecanismos que permitan controlar y evaluar la correcta realización de la eutanasia y el suicidio asistido, atendiendo al deber del Estado de proteger la vida” (art. 1). Para el legislador, “la correcta realización” de estos dos delitos, estaría dentro de la obligación estatal de “proteger la vida”, cuando precisamente con ellos se busca, intencionalmente, eliminarla.
- Se regula tanto la eutanasia voluntaria como la involuntaria. Así, el paciente podrá solicitarla “oralmente o por escrito” (art. 2), o mediante “petición por instrucción previa” (art. 6). En caso de no existir esta última y “que el paciente se encuentre inconsciente y no pueda expresar su voluntad por escrito, ni por ningún otro medio, sus familiares, […] podrán pedir al médico tratante la terminación de la vida […]” y, “en el caso de que el paciente no tenga familia, será el mismo médico tratante, previa consulta a un médico especialista, quién elaborará la petición”, siempre y cuando concurran los 4 requisitos contenidos en el artículo 5º, que por cierto, ha eliminado la parte final del 3er. requisito que se exigía en el artículo 5º del primer proyecto de ley sobre eutanasia (PL Estatutaria 100 de 2006-Senado) presentado por el senador Benedetti, en donde, además de la condición médica irreversible del paciente, se requería que la misma comportara “un costo médico considerablemente alto, insostenible en el tiempo”. Pese a la supresión de esta parte, no hay que hacer mayor esfuerzo para entender el asunto económico de fondo que se esconde detrás de este “procedimiento eutanásico”.
- Se conserva la obligación del médico tratante de firmar “el certificado de registro médico eutanásico y el acta de defunción del paciente”, en la que debe “señalar que la muerte del paciente se produjo por causas naturales” (art. 12, num.3). Si el procedimiento eutanásico o el suicidio médicamente asistido es tan transparente y “correctamente realizado”, ¿qué sentido tiene que, en lugar de certificar la muerte como consecuencia de ellos, se certifique como "muerte natural"? Cada uno sacará sus propias conclusiones.
NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

La violencia contra los niños. Dicen que Herodes mandó matar a muchos y por poco deja la navidad sin Niño Jesús, cada día hay niños y niñas asesinados por balas perdidas o por sus padres, se roban bebés de sus cunas, hay niños maltratados, abusados sexualmente, mutilados por minas explosivas, quemados con pólvora, reclutados a la fuerza para la guerra, muertos por desnutrición…y encima de todo, al niño de Shakira y Piqué lo ponen “Milan”, como el equipo rival del Barcelona en la Copa de Europa.

 
 











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