Los niños a lo único que piensan que tienen
derecho cuando se le acercan a uno de buena fe, es a un trato
justo. Después que uno haya sido injusto con ellos seguirán
queriéndolo, pero después nunca volverán
a ser los mismos. Nadie supera la primera injusticia.
James Barrie (Gran Bretaña, 1860-1937).
Son preocupantes los recientes reportes sobre el maltrato infantil
en Colombia, que confirman una problemática de violencia
que no es nueva y a la que si no se da un manejo prioritario,
integral y eficaz, conllevará problemas sociales muy
graves en el futuro. En el país se registra cada dos
horas una violación de 3 menores de edad (Medicina Legal),
tiene una tasa de 184 casos de violencia familiar por cada 100.000
habitantes con el 16% debido a maltrato infantil, y 10.337 niños
fueron lesionados severamente por maltrato en el año
2004 (Centro de Referencia Nacional sobre Violencia).
El maltrato infantil comprende un espectro de abusos, actos
de omisión o negligencia, que afectan adversamente a
los niños y adolescentes, recibidos por parte de sus
padres u otros cuidadores, que producen morbilidad o incluso
la muerte. Son acciones que van en contra de un adecuado desarrollo
físico, cognitivo y emocional del niño, cometidas
por personas, instituciones o la propia sociedad.
Constituye un problema de profundas repercusiones psicológicas,
sociales, éticas, legales y médicas, siendo los
principales tipos el maltrato físico y el emocional,
la negligencia física y la emocional, el abuso sexual,
la explotación laboral, la corrupción (promover
en el niño conductas sociales desviadas incapacitándole
para experiencias sociales normales), el maltrato prenatal y
el abandono.
Ahora también se habla de maltrato institucional, que
consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento,
ya sea por acción o por omisión, procedente de
poderes públicos o privados, por profesionales al amparo
de la institución, que vulnere los derechos básicos
del menor, con o sin contacto directo con el niño.
Uno de los modelos que trata de explicar el maltrato infantil,
sugiere que la progresiva disminución de los factores
compensatorios como la armonía conyugal, planificación
familiar, satisfacción personal, intervenciones terapéuticas
familiares, apoyo social, buena condición económica,
acceso a programas de salud adecuados, etc., podrían
explicar la espiral creciente de violencia intrafamiliar en
contra de los menores.
Las instituciones de salud tienen la responsabilidad de detectar
niños en situación de riesgo, informar los casos
y realizar acciones interdisciplinarias no solo de tratamiento
sino de rehabilitación, incluyendo los maltratadores.
Estrategias como preparación para el parto, escuela de
padres, prevención del parto no deseado, pueden ser útiles.
A su vez, los diferentes actores del Sistema General de Seguridad
Social en Salud, los entes territoriales, el sector educativo,
organismos públicos y privados, y la comunidad, deben
participar y fortalecer acciones para la búsqueda sistemática
de factores de riesgo, evitar la presencia de factores que causen
estrés o riesgo y potenciar los factores protectores,
preferiblemente con una buena coordinación intersectorial.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa
de una generación a la siguiente. Un niño maltratado
tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa
adulta, de manera que el maltrato infantil es un alarmante problema
de salud pública cuya solución compete a todos.
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