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Cierre
del Hospital Universitario |
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de Barranquilla:
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Un nuevo golpe
bajo a la salud de millones de colombianos de la costa
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El gobernador del Atlántico, Carlos
Rodado Noriega, con el aval del Ministerio de la Protección
Social y el Departamento Nacional de Planeación, cerró
el Hospital Universitario de Barranquilla, para ser liquidado
y posteriormente reabierto como Hospital Universitario
de Barranquilla. ¿Y... acaso no es el mismo?
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En 1981, cuando nuestro Nóbel Gabriel
García Márquez publicaba Crónica
de una muerte anunciada, no debió haberse imaginado
que su novela, 24 años después, sirviera para
reseñar la situación de los hospitales públicos
en el país. Y es que hace solo dos meses, El Pulso publicó
un artículo sobre el cierre del Hospital Universitario
Ramón González Valencia de Bucaramanga, bajo la
fórmula mágica del gobierno (cierre, liquidación
y posterior apertura sin obligaciones financieras).
En el sector salud se conservaba la ilusión de que el
gobierno se daría un tiempo prudencial para evaluar el
desempeño de su solución final, pues
ante tantos fracasos continuos en el manejo de la crisis hospitalaria
(con o sin Ley 100) lo mejor era esperar. Sin embargo, parece
que el Ministerio de la Protección Social no tiene paciencia
y mucho menos corazón, y así lo demostró
al avalar y aplaudir, bajo la mirada atónita de un pueblo
que suplica a gritos que no lo desamparen ni le quiten lo que
por derecho le corresponde, el cierre del Hospital Universitario
de Barranquilla (HUB), decisión que no debió tomar
por sorpresa a nadie, aunque hubiese indignado a todos.
¿Por qué cerrarlo, si
hasta hace 7 meses era viable?
En julio de 2004, el gobernador del Atlántico, Carlos
Rodado, sorprendido por la noticia de Blanca Elvira Cajigas,
funcionaria del Ministerio de la Protección Social, cuando
le informó que su departamento había perdido su
categoría de elegible, y no podría aspirar a recursos
dentro de un paquete de $100.000 millones que el gobierno había
obtenido de un crédito con la banca multilateral, prendió
las alarmas y de inmediato se reunió con el ministro
de la Protección Social, Diego Palacio, para hacerle
una radiografía de las acciones que había emprendido
su gobierno para sacar de la crisis al sector salud y en especial
al Hospital Universitario de Barranquilla. Además, contó
en detalles lo que se proponía en esta materia en el
marco del Plan de Desarrollo Departamental
Compromiso para una Vida Digna"
En la reunión, el gobernador recibió del ministro
la buena noticia de que el Departamento obtendría $13.000
millones de la Nación para contribuir a la salvación
del Universitario de Barranquilla. A esos recursos se le sumaron
$8.000 millones que aportó el Departamento, para completar
un total de $21.000 millones.
Ante esta situación, surgen varias preguntas: ¿cómo
puede explicar o justificar el ministro Palacio que después
de entregar $13.000 millones para salvar el HUB, avale ahora
la decisión de cerrarlo? ¿Y cómo puede
explicar el gobernador que hace 7 meses el HUB era viable y
se reunía con el Ministro para demostrarlo, y ahora resulta
que no?
El Pulso trató de entrevistar al secretario de salud
del Atlántico, Álvaro Villanueva, acerca de estos
y otros interrogantes, pero en ningún momento fue posible
obtener ninguna comunicación con el funcionario.
El cierre
El gobernador del Atlántico, Carlos Rodado, mediante
el decreto 0170 del 6 de abril de 2005, ordenó el cierre
del Hospital Universitario de Barranquilla. Si bien es cierto
que el HUB presentaba un marcado desequilibrio financiero y
severa incapacidad funcional para prestar gran parte de servicios
-agravado por elevados pasivos acumulados, embargo en sus cuentas
corrientes, retraso en cancelación de obligaciones con
sus trabajadores y proveedores, un déficit presupuestal
a 2004 de $6.672'550.884 y una deuda acumulada de $19.216'954.817-,
tomar la decisión de cerrarlo fue apresurada y completamente
lesivo para los habitantes de la costa atlántica, pues
luego del cierre del Hospital Universitario de Cartagena hace
casi dos años, el Universitario de Barranquilla había
quedado como único centro asistencial público
que prestaba servicios de tercer y cuarto nivel de complejidad
en esta región del país.
El mandatario departamental justificó el cierre argumentando
que en el HUB se presupuestaban ingresos no ceñidos
a la realidad para justificar unos mayores gastos, lo que generaba
un déficit operacional que se ha venido acumulando en
el tiempo, a una tasa de $1.000 millones mensuales. Además,
fue detectada una facturación irregular con facturas
sin soporte o facturas que se presentaban hasta tres veces para
su cobro. De igual forma, denunció que el desbordamiento
de los gastos, evidenciados en una nómina excesiva y
rígida de 479 personas, más un exagerado número
de contratos que llegó a tener 150 contratistas, asociado
a otros costos operativos exorbitantes, llevó a que el
costo promedio diario por cama fuera de 350.000 pesos, cinco
veces mayor que el costo correspondiente en las instituciones
hospitalarias más eficientes del país. |
Para enfrentar la crisis
sanitaria que genera el cierre del hospital, se planteó
un plan de contingencia; pero según el contralor departamental,
Roberto Solano, toda la red hospitalaria en el Atlántico
está colapsada por falta de recursos financieros, por
su incapacidad logística y su deficiente infraestructura
para atender a los usuarios.
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Por tal motivo, y de acuerdo con el mandatario,
se adoptó la solución de evaluar con responsabilidad
la situación y reconocerla, para planificar, gestionar
y obtener los recursos necesarios que permitan atender el pago
de pasivos, especialmente los laborales (El Tiempo, 7 de abril
de 2005).
Sin embargo, otra es la versión del presidente del sindicato,
Genaro Sánchez, quien sostiene que el único culpable
es el Estado, en cabeza del ministro Palacio y el gobernador
Rodado, pues afirma que las verdaderas causas del cierre no
son financieras, sino políticas. Argumenta además,
que el hospital tenía prácticamente garantizada
su viabilidad financiera, atendía un promedio de 34.000
personas y 4.600 cirugías al mes; igualmente, contaba
con el recaudo fijo de la estampilla Pro Hospital Universitario
de Barranquilla. También asegura que si fuera
cierto lo que dice el gobernador para justificar la decisión
de cerrar el hospital por falta de recursos financieros, ¿cómo
explicar ahora que esté contratando con la red privada,
dentro del plan de contingencia, aproximadamente $1.500 millones
por clínica, mientras era incapaz de pagar la nómina
del HUB que ascendía a $1.000 millones mensuales?.
Mientras el gobernador y el presidente del sindicato se responsabilizan
el uno al otro de esta situación, la directora de ProTransparencia
Costa Atlántica, Deyana Acosta, sostuvo en la Asamblea
Departamental que en la remodelación del Hospital
Universitario de Barranquilla (HUB) con la aplicación
de la estampilla que lleva su nombre, no ha existido un manejo
eficiente de los fondos. Un ejercicio de periodismo de investigación
desarrollado por ProTransparencia, denuncia también improvisación,
amiguismo en las contrataciones y deficientes controles. Están
sin asignar recursos superiores a los $300.000 millones en los
próximos 15 años.
Responsables
Mientras sigamos asistiendo al cierre de hospitales públicos
en el país, con la casi total indiferencia o quizás
amnesia que por años nos ha caracterizado, todos tendremos
grado de responsabilidad en esta situación; sin embargo,
no hay que desconocer que existen algunos actores con mayor
responsabilidad que otros.
En el caso del cierre del HUB, el Estado tiene la mayor responsabilidad,
pues debe ser el garante de los derechos que otorga la Constitución
de 1991, y en cambio es el primer patrocinador de este atentado
contra la salud pública de millones de colombianos en
la costa atlántica. Le sigue la incapacidad del
Distrito de Barranquilla para cumplir los compromisos pactados
por $6.000 millones anuales, aunada a la conformación
de 3 nuevos sindicatos en el segundo semestre de 2004, adicionales
a los 4 ya existentes, (La República, 8 de abril
de 2005). Y se suma todo esto a la falta de compromiso de la
administración departamental con la población
del Atlántico y departamentos vecinos. |
Cuando se trata de pacientes
terminales, no solo la ciencia sino el sentido común,
cuando ya no hay forma de recuperar la vida de una persona,
se ordena o se aconseja que el paciente muera dignamente con
sus familiares |
Carlos Rodado, gobernador del Atlántico
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Plan de contingencia
La gobernación del Atlántico, con el apoyo de
la Secretaría de Salud del Distrito de Barranquilla y
la Red de Hospitales (Redehospitales), viene ejecutando un plan
de contingencia para atender a los 40.000 usuarios que recibían
el servicio en el HUB.
Para las autoridades departamentales, el plan de contingencia
aparece como la solución a la crisis hospitalaria que
genera el cierre del único centro asistencial público
de tercer y cuarto nivel de complejidad en la región;
no obstante, la visión del contralor departamental, Roberto
Solano, es otra. El funcionario afirma que toda la red hospitalaria
en el Atlántico se encuentra colapsada y no sólo
por falta de recursos financieros, sino por su incapacidad logística
y su deficiente infraestructura para atender a los usuarios.
Sostuvo además, que en la auditoría gubernamental
de carácter especial, sobre el estado físico y
sanitario de las Empresas Sociales del Estado de los municipios
del departamento del Atlántico para el sistema de habilitación,
se encontraron una serie de anomalías en las instalaciones
hospitalarias de primer nivel de atención, que además
de no cumplir con las disposiciones de la normatividad vigente,
en relación con la infraestructura y dotación,
afectan la calidad del servicio y ponen en riesgo el bienestar
de los usuarios.
No obstante, que la costa atlántica se quede sin hospital
de tercer y cuarto nivel, y que además la red de primer
y segundo nivel no tengas las condiciones mínimas necesarias
para prestar un servicio de buena calidad a la población,
parecer importarle poco al gobernador Rodado, quien sostuvo
que cuando se trata de pacientes terminales, no solo la
ciencia sino el sentido común, cuando ya no hay forma
de recuperar la vida de una persona, se ordena o se aconseja
que el paciente muera dignamente con sus familiares. El ejemplo
lo tenemos con el Sumo Pontífice que estaba en el Policlínico
Gemelli de Roma y cuando ya los médicos se dieron cuenta
que no había nada que hacer, recomendaron que fuera a
morir a su casa que es la catedral de San Pedro en Roma"
(Alexandra de la Hoz, 4 de abril, redactora de la gobernación,
en www.gobatl.gov.co)
¿Futuro del HUB?
De acuerdo con el gobernador Rodado, el HUB será reemplazado
por un hospital público del orden departamental, de carácter
universitario, de tercer y cuarto nivel. Para garantizar los
pagos, la gobernación suscribió con los Ministerios
de Hacienda y de la Protección Social, un convenio de
desempeño que permite obtener recursos para la reestructuración
de la red de mediana y alta complejidad. Se consiguieron $44.824
millones, de los cuales $30.300 millones se destinarán
para el HUB; el departamento cofinanciará $23.391 millones.
El programa de reorganización y modernización
de la red departamental, en una primera fase, tiene un valor
de $68.215 millones.
Con estos recursos, no sólo se financia la liquidación
del HUB sino que se financia la reestructuración de las
más importantes Instituciones Prestadoras de Servicios
de Salud o IPS departamentales: CARI, Hospital Departamental
de Sabanalarga, CEMINSA, Hospital de Santo Tomás y Hospital
de Baranoa (El Tiempo, 7 de abril de 2005).
Y ahora, mientras esperamos por la reapertura del Hospital Universitario
de Barranquilla como Hospital Universitario de Barranquilla,
liquidado con la fórmula mágica del gobierno
o solución final para los hospitales, cruzaremos
entonces los dedos para no tener que volver a escribir sobre
el cierre de otro hospital público en el país. |

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