MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 3    NO 39   DICIEMBRE DEL AÑO 2001    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


Medicina Física y Rehabilitación:.
La violencia puso de “moda” a la fisiatría

La guerra y los accidentes de tránsito hicieron de la medicina física y rehabilitación una especialidad tan necesaria y de tan frecuente demanda como la gineco-obstetricia o la pediatría. Hoy la recuperación de los traumatizados implica un trabajo integral e interdisciplinario en beneficio del paciente, su familia y su entorno social. Herlaynne Segura Jiménez - Periodista, Medellín

En la época del narcotráfico había hasta 400 nuevas personas por año que padecían alguna discapacidad. Ahora, aunque las cifras han rebajado, no son menos alarmantes: tenemos alrededor de 200 nuevos discapacitados por año", afirma el fisiatra Fabio Salinas, jefe del postgrado de Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de Antioquia y quien se dedica principalmente a la atención de pacientes con lesiones medulares.
El desafortunado nivel de violencia que prevalece en Colombia y en un alto grado en Medellín, ha incrementado el número de consultas por lesiones causadas por armas de fuego y accidentes de tránsito, haciendo que en la última década el término de fisiatría o medicina física y rehabilitación se torne tan familiar en nuestro medio.
Esto se debe no sólo al llamado de atención de la Organización Mundial de la Salud, que demanda mejorar la calidad de vida de las personas en todos los sentidos, sino al alto número de lesionados que exigen una efectiva participación de estos profesionales en su recuperación.
El nombre de la especialidad de medicina física y rehabilitación, más conocida en el medio como fisiatría, proviene de las raíces griegas Physis que significa físico y Iatros médico. Su objetivo es brindar a los pacientes con discapacidad física un tratamiento integral, es decir, busca ir más allá de aliviar síntomas y procura mejorar la calidad de vida de quienes padecen alguna dificultad que les impide desempeñarse normalmente y les resta independencia. Este es el caso de personas con lesiones medulares por accidentes, amputaciones, lumbalgias, artritis, defectos hereditarios y enfermedades neurológicas, entre otras patologías.
"Trabajamos de manera integral e integradora. Nos interesan todos los aspectos de los pacientes, incluyendo el entorno y su familia", asegura la fisiatra Claudia Navas al tiempo que afirma que la mayor fortaleza de la especialidad es el trabajo interdisciplinario y el concepto de equipo con el que se desarrolla esta actividad en su gremio.
"Nuestra labor es apoyada por psicólogos que evalúan al afectado y a su familia y que contribuyen para que el paciente asimile el tratamiento; trabajadores sociales que revisan las condiciones socioeconómicas del paciente; el terapeuta físico que ayuda a recuperar el manejo de la flexibilidad y los movimientos, y otro ocupacional que propende por la integración del paciente a su vida cotidiana con las limitaciones que presente".
Este último proceso implica lograr que el afectado regrese al hogar con cierta independencia, que logre por si mismo mínimos cuidados cómo alimentarse, bañarse y desplazarse. En otros casos, explica Navas, se le apoyará para que asuma la modificación de algunas actividades porque en definitiva no podrá realizarlas, pero siempre luchando porque se convierta de nuevo en un ser productivo para sí mismo y para la sociedad.
El resto de las disciplinas de la salud, por sus requerimientos específicos, están relacionadas con la fisiatría porque ésta funciona como un área de apoyo para atender cualquier enfermedad.
Un poco de historia
Según el doctor Fabio Salinas, el origen de esta área de la salud se remonta a la década de los treinta cuando los médicos vieron la necesidad de contrarrestar los problemas musculares, esqueléticos y neurológicos de los pacientes. Para esto, recurrieron a los beneficios del agua, el calor, el frío, el barro y la práctica de ejercicios y masajes para aliviar el dolor.
Estas herramientas ya habían sido utilizadas en los hospitales de la Armada de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial con el fin de lograr una atención más integral de los heridos y su pronta recuperación con métodos de rehabilitación, terapia física y ocupacional que les permitieran regresar más rápido a los frentes de batalla.
El fisiatra Enrique Zambrano en su texto "La Rehabilitación en Colombia", explica que este problema también lo afrontaron varios países que comenzaron a recibir una gran cantidad de veteranos de guerra con lesiones severas que los incapacitaban para volver a ser productivos socialmente.
La medicina física y rehabilitación es considerada por ello una disciplina joven dentro del área de la salud. En Colombia lleva alrededor de tres décadas como programa académico. Los primeros fisiatras se tuvieron que ir a formar en instituciones estadounidenses y fueron ellos quienes al regresar al país crearon los servicios de rehabilitación en los distintos hospitales y desarrollaron los proyectos educativos.
Las dos instituciones precursoras de esta especialidad surgieron en Bogotá y fueron: el Instituto Colombiano de Ortopedia y Rehabilitación Franklin Delano Roosevelt, fundado en 1947 por los doctores Juan Ruiz Mora, Álvaro Zea Hernández, Gustavo Paez y Elvira Concha de Saldarriaga, que tenía como objetivo atender a los niños con limitaciones físicas causadas por las secuelas de la parálisis cerebral, la poliomielitis y los problemas ortopédicos; y la Fundación Santa Ana, creada por el ortopedista Eduardo Cubides del Hospital de la Hortúa.
En la década de los sesenta se consolidaron las especializaciones en las universidades de Antioquia y el Hospital Universitario San Vicente de Paúl abrió su servicio bajo la dirección del doctor Ricardo Restrepo Arbeláez. Paralelamente lo hizo la Universidad del Valle y en Cundinamarca también siguieron el proceso la Militar de la Nueva Granada, la Nacional y el Bosque.
Servicios para todos
En las diferentes ciudades del país existen centros hospitalarios que ofrecen el servicio de fisiatría en los niveles uno y dos y en algunos más especializados el nivel terciario. En Antioquia la mayoría de las entidades de salud atienden hasta el segundo nivel, pero en Medellín el Hospital Universitario San Vicente de Paúl cuenta con el tercer nivel, recibiendo todas las patologías por áreas o disciplinas bajo el siguiente modelo:
Infantil: Se encarga de manejar los niños que padezcan parálisis cerebral y problemas de deglución. Además, asume la rehabilitación de chiquillos con VIH, quemados y con Meningocele (alteración de la columna vertebral que produce paraplejía), mientras el grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia trata los trastornos de comunicación en los chicos.
Osteomuscular: relacionada con enfermedades traumáticas, reumatológicas y de estrés o desgaste. Ejemplo: secciones medulares, fracturas y rehabilitación de la mano.
Neurológica: atiende pacientes con enfermedades cerebrovasculares, metabólicas y de órganos de los sentidos, con énfasis en sus secuelas.
Cardiopulmonar: Busca potenciar al máximo las capacidades de las personas que presentan algún déficit en la función cardiopulmonar. También está dirigida a pacientes con deterioros cardíacos que puedan recibir rehabilitación para mejorar sus condiciones de vida.
Comunitaria: Atención para la comunidad tomando todos los elementos de rehabilitación de ella misma.
Ortesis y prótesis: Diseño, adecuación y enseñanza del manejo de los dispositivos mecánicos que complementan la rehabilitación de algunos pacientes.
Rehabilitación profesional: Todas las actividades enfocadas para al reingreso a la actividad laboral se hacen bajo los parámetros de seguridad y en coordinación con medicina laboral.
Oncológica: Es un área de gran proyección en el Hospital y con ella se brinda atención a los pacientes con cáncer.
Electrodiagnóstica: Es sin duda un elemento fundamental dentro de la especialidad ya que complementa el diagnóstico clínico precisando patologías, estado de los órganos de los sentidos y posibilita la planeación de estrategias de manejo.
Impacto de la Ley 100
Como a cualquier otra especialización médica, la fisiatría se vio afectada por la ley 100 de 1993. Según los profesionales entrevistados, aunque la cobertura médica fue ampliada y personas que antes no tenían acceso a este servicio ahora pueden consultar, la calidad de atención y el seguimiento a la evolución de los pacientes se dificultan por los trámites de autorización ante las EPS y tiempo de consulta permitido.
"Hay políticas que no son claras. El espíritu de la Ley es bonito: que todos tengamos derecho a la salud, pero en la práctica no se cumple", dice el doctor Fabio Salinas.
Según el médico, el Gobierno a través de las encuestas del Sisben clasifica socioeconómicamente a los ciudadanos para hacerlos beneficiarios de los subsidios, pero al momento de suministrar los servicios aparecen las restricciones. "Hasta el punto que sólo autorizan pacientes que estén en peligro de muerte", agrega.
De esta manera, los recursos para programas de rehabilitación y elementos ortopédicos fundamentales para la recuperación del paciente son negados en la mayoría de los casos, lo que no permite hacer un tratamiento cabal y dificulta la labor del fisiatra, al tiempo que afecta la situación laboral del profesional debido al tipo de contratación ya que el salario es conformado por el porcentaje de casos atendidos.
Sin embargo, la fortaleza del gremio organizado en la Sociedad Colombiana de Fisiatría, con sede en Bogotá, y en las asociaciones Antioqueña y del Valle, permite que sea el equipo consolidado de los 220 especializados en esta área, más los 35 que se encuentran en formación en los postgrados que tienen dos años de duración, quienes contrarresten las dificultades actuales del mercado laboral con solidaridad.
"En Medellín somos 30 fisiatras que adelantamos actividades académicas en conjunto, lo que nos permite manejar una comunicación eficiente y saber qué está pasando en el medio local y nacional", dice Sergio Ortiz R., presidente de la Asociación Antioqueña de Fisiatría.
Según Rodrigo Castro R., quien trabaja en el área infantil, la medicina física y de rehabilitación tiene un futuro promisorio: "¡Hay tanto por hacer! La ventaja es que esta profesión se relaciona con todas las especialidades y eso contribuye a que cada vez investiguemos en nuevas áreas".
Entre tanto, Claudia Navas puntualiza que la fisiatría es rica académicamente y permite el desarrollo humano y social: "No ayuda sólo a los pacientes, sino también a sus familiares y a nosotros como profesionales, porque nos aporta importantes elementos espirituales que nos permiten cumplir con nuestra misión fundamental: mejorar la calidad de vida de los pacientes". 6

Algunos enlaces en internet sobre el tema: organización Mundial de la Salud www.who.org y Sociedad Colombiana de Fisiatría: www.members.tripod.com/co/rehabilitación/index.html



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