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Aunque suene extraño, el
nacimiento de un niño deseado por su familia, en lugar
de ser motivo de gran felicidad, es para muchos hogares del
tercer mundo el inicio de una tragedia, con graves consecuencias
para su futuro y el de la sociedad. Miremos por qué: |
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Cada año en el mundo
mueren aproximadamente 600.000 mujeres durante el proceso de
dar vida. Veintitrés mil de ellas en América Latina.
Aproximadamente 700 en Colombia. Esto equivale a una muerte
materna cada minuto en el mundo y, en este mismo lapso de tiempo,
100 mujeres sufren complicaciones relacionadas con el proceso
reproductivo, que dejarán graves secuelas que afectarán
de manera permanente su calidad de vida.
Lo más grave y preocupante de esta realidad, es que el
90% de estas muertes son evitables, y es precisamente la evitabilidad
y sus consecuencias sociales lo que llevó a las Naciones
Unidas en el año 2000, a promulgar que en los Objetivos
del Milenio, uno de ellos es mejorar la salud de las mujeres,
y comprometió a los gobiernos en programas que impacten
la mortalidad materna, de manera prioritaria a los países
en desarrollo, pues es en éstos donde ocurre el 90% de
los casos. La meta propuesta por las Naciones Unidas es reducir
la mortalidad materna en un 75% para el año 2015.
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Un grave
alerta: la situación en Antioquia
En su política de salud sexual y reproductiva,
y más recientemente en el llamado Plan de choque
para la reducción de la mortalidad materna, Colombia
se comprometió con las Metas del Milenio
de las Naciones Unidas, para reducir en el cuatrienio del actual
gobierno, la mortalidad materna en un 50%.
Las causas y los factores asociados a la mortalidad materna
están claramente identificados. Una investigación
reciente realizada por el Centro Asociado al CLAP / OPS de la
Universidad de Antioquia, identifica los retrasos que la favorecen
en nuestro departamento y establece los planes de mejora necesarios
para reducirla; según los investigadores, un porcentaje
importante de mujeres embarazadas no buscan atención
porque no conocen los signos de alarma de las complicaciones
de la gestación. Este atraso se debe a la mala calidad
del control prenatal, a pesar de que aproximadamente el 90%
de las mujeres embarazadas realizan este tipo de consulta en
Antioquia. |
Colombia se comprometió
con las Metas del Milenio
de las Naciones Unidas, para reducir la mortalidad materna
en
un 50% en el cuatrienio del actual gobierno.
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Otro retraso que favorece la mortalidad
materna es la falta de acceso a los servicios de atención
en salud, ya sea por factores económicos, culturales,
geográficos, conflicto social o trabas de carácter
administrativo impuestas por Instituciones Prestadoras de Servicios
de Salud -IPS- o Empresas Promotoras de Salud -EPS-.
Los problemas de calidad en la atención se presentaron
en el 77% de estas muertes en Antioquia. Estos están
claramente identificados en la investigación mencionada,
siendo los principales:
1. La falta de sangre o sus derivados, aún en importantes
centros de atención obstétrica de la ciudad y
del departamento. Es esta una situación aberrante, teniendo
en cuenta que la principal causa de mortalidad materna en Medellín
y en Antioquia es la hemorragia, y que la disponibilidad de
este elemento vital es un criterio de habilitación para
que estos centros puedan ofrecer servicios obstétricos.
2. La falta de ambulancias que garanticen la remisión
oportuna de pacientes gravemente enfermas hacia centros de atención
acordes con el nivel de complejidad de la complicación.
3. La falta de protocolos de atención para las causas
más frecuentes de muerte y complicación durante
la gestación.
4. La atención de pacientes en centros u hospitales que
no tienen las condiciones y el personal capacitado para atenderlas.
El obstetra solitario
Otro problema, que la comunidad obviamente no conoce
y que por su gravedad debería intervenirse con carácter
de urgencia, es el conocido drama del obstetra solitario,
que no es ninguna película de vaqueros pero tal vez sí
de terror, y que consiste en que en importantes centros de atención
obstétrica, durante los turnos nocturnos y festivos,
las pacientes están bajo el cuidado de un solo obstetra,
que tiene la responsabilidad de atender entre 25 y 30 maternas
hospitalizadas, es el responsable de la atención de todas
las urgencias obstétricas, atiende todos los partos y
realiza todas las cirugías que se presenten durante la
noche; es decir: tiene que trabajar en tres frentes simultáneos
y, obviamente, no tiene el don de la ubicuidad. |
Los indicadores son concluyentes:
cientos de muertes
maternas en el país y, como consecuencia, hogares
destruidos, niños abandonados, violentados, y algunas
arcas llenas de dinero manchado con sangre de madres
pobres, marginadas y adolescentes.
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Estos profesionales trabajan a
destajo por tarifas de miseria, pues en promedio reciben $23.000
por hora de trabajo nocturna, sin prestaciones, ni seguridad
social y sin derecho a vacaciones remuneradas. Si desean disfrutar
de unas merecidas vacaciones, deben conseguir un colega que
los remplace y el titular no recibe ningún tipo de remuneración
por el tiempo que esté por fuera del servicio.
Una vergonzosa realidad
Así las cosas, el viacrucis de miles de madres
colombianas en el proceso de la reproducción y la vida,
contrasta con los balances financieros de algunos intermediarios
de la salud que les ha permitido su posicionamiento económico
en el contexto nacional. Vale la pena preguntar: ¿Cuál
es el costo social de sus utilidades económicas? ¿Cuándo
rendirán cuentas ante la sociedad? ¿Dónde
están los organismos de vigilancia y control en salud?
¿Cuál es su balance social y su compromiso con
la salud de las madres?
En Colombia hay mucha letra escrita sobre políticas de
salud sexual y reproductiva, y mucho compromiso firmado por
entes rectores de la salud, aseguradoras y prestadores de servicios
de salud. La academia también tiene un gran compromiso.
Pero lo único cierto es que los indicadores muestran
una triste y vergonzosa realidad: cientos de muertes maternas
en el país y, como consecuencia, hogares destruidos,
niños abandonados, violentados, y algunas arcas llenas
de dinero manchado con sangre de madres pobres, marginadas y
adolescentes.
Esta problemática fue analizada a profundidad en un foro
reciente sobre el tema, organizado por la Academia de Medicina
de Medellín, en el cual participaron eminentes profesores
universitarios, la Dirección local de salud de Medellín,
la Dirección Seccional de Salud Antioquia y una importante
EPS de la capital antioqueña, que de manera pormenorizada
mostró indicadores, programas, proyectos y compromisos
serios que se espera se hagan realidad y sirvan de ejemplo para
los demás intermediarios. |
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