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| Una comisión
de docentes de la Facultad Nacional de Salud Pública
de la U. de Antioquia que recorrió Guajira, Nariño,
Guainía y Chocó para socializar la implementación
del programa Primeros Mil Días, evidenció que
el drama de muertes de niños por desnutrición
es peor de lo que muestran los medios y no se refleja en las
estadísticas oficiales. |
| Para el pediatra Humberto Ramírez,
las 4 regiones son similares en el alto porcentaje de poblaciones
con malas condiciones de salud materno-infantil y hay gran vulneración
de derechos sexuales y reproductivos en las mujeres, y derechos
en general en la niñez: Estos grupos están
minusvalorados y es llamativo que el caso de Guainía
no aparezca en los medios; se habla mucho de La Guajira, pero
Guainía o Chocó pueden estar en peores condiciones,
y allí la mujer y los niños llevan la peor parte.
Y agrega: El problema de la salud allí es multi-causal,
hay aspectos culturales, condiciones étnicas, inaccesibilidad
a servicios de salud. |
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En Guajira influye
también la calidad y acceso al agua, ya que las empresas
la usan y dejan a la población sin acceso. Ante
la situación de los niños, sostiene: Los
menores de un año tienen derecho a atención prioritaria
y la desnutrición vuelve al niño más vulnerable
a otras enfermedades. Y aunque el certificado de defunción
no lo señale como causa central, la desnutrición
tiene mucho que ver con la mortalidad y morbilidad infantil,
subyace como telón de fondo.
El salubrista Julián Vargas considera que indicadores
como mortalidad y morbilidad materna, y mortalidad infantil,
en estos 4 departamentos están por encima 2 o 3 veces
del promedio nacional, y si bien Nariño tiene una situación
mejor, por su diversidad étnica-cultural tiene zonas
donde la situación es la misma que en Chocó, Guainía
y Guajira. De ahí la intención del Ministerio
de Salud de intervenir prioritariamente estas 4 regiones, para
demostrar que implementando el Plan de Acción del programa
Primeros Mil Días se pueden mejorar los resultados en
salud, indicó
Hay desventaja de la población materno-infantil de estos
4 departamentos frente al resto del país, por barreras
de acceso geográfico, condiciones sociales y políticas,
falta de oportunidades de empleo, insatisfacción de necesidades
básicas, insuficiente infraestructura en salud, bajas
condiciones nutricionales, y en general, por Determinantes Sociales
de la Salud que impactan de manera negativa y aumentan su vulnerabilidad.
El doctor Vargas relata que en las comunidades wayuu se observa
que lo informado por los medios sobre situación nutricional
puede ser mucho más severo, superando el tema de muertes
infantiles: La población en general tiene condiciones
que las pone en riesgo inminente de caer en eventos fatales.
Ello implica que el Estado y el sistema de salud deben volcarse
a modelos fundamentados en la atención y de contacto
con la comunidad. Resaltó factores adicionales
que llevaron al actual estado de cosas: La inequidad tiene
que ver allí con la falta de acceso a la tierra que les
ha sido expropiada por explotación minera, no hay soluciones
reales del Estado para el suministro del mínimo vital
del agua, los programas de bienestar son captados por intereses
clientelares y corruptos, pero esta situación no es exclusiva
de Guajira, se repite en Guainía y Chocó.
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Indicadores
como mortalidad
y morbilidad materna, y mortalidad infantil,
en Guajira, Chocó, Guainía y Nariño están
por encima
2 o 3 veces del promedio nacional.
Dr. Julián Vargas
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Si bien la desnutrición
tiene múltiples causas, debe añadirse el testimonio
de una ginecóloga entrevistada en La Guajira: La
mayoría de mujeres que van a consulta ginecológica
de población indígena y gestantes en general tienen
desnutrición, y esto es un factor de riesgo para que
el niño nazca con una desnutrición que comienza
desde la gestación; una mujer en estado adecuado de nutrición
debe ganar 10 kilos en el embarazo, pero si está desnutrida
debe ganar más para que el niño no tenga desnutrición,
y las mujeres desnutridas en Guajira solo ganan 6 kilos la mayoría;
de ello se origina que la mayoría de los niños
tengan bajo peso al nacer y problemas de salud. La cifra es
contundente: 98% de niños de población indígena
que consultan, llegan con desnutrición.
Condiciones de vida inadecuadas
Describir el panorama general de las comunidades puede servir
para comprender las dimensiones del problema. El doctor Ramírez,
aclarando que el abordaje en visitas de campo puede ser insuficiente,
señaló que se evidencian condiciones de vida inadecuadas
para el desarrollo de las personas, hay problemas por características
geográficas difíciles, particularidades climáticas
y ambientales no favorables, precariedad en las viviendas, falta
de acceso a educación, hacinamiento, familias muy numerosas
y desplazamiento, que toman visos alarmantes por ejemplo en
Guainía, departamento con 72.000 kilómetros2 y
solo 47.000 habitantes, donde la mitad está en Inírida,
que ya tiene dos zonas de desplazamiento forzoso de personas
de varias etnias indígenas que sobreviven en condiciones
infrahumanas y sin posibilidad de mejoramiento: Allí
se incuba un ambiente propicio para que fenómenos de
morbi-mortalidad materno-infantil se perpetúen.
En Casablanca, uno de estos dos asentamientos de desplazados,
la Comisión observó un cuadro que por repetitivo
no deja de ser apabullante, relata el doctor Ramírez:
Hay una familia de 7 personas, padre de 57 años,
madre de 46 mucho más envejecida, cargando un bebé
de 1 año, los otros niños con edades inferiores
a 10 años, y una adolescente de 17 años a punto
de dar a luz: cuando los visitamos tenían el fogón
apagado y ese día no habían tenido nada qué
comer, eran las 3:00 de la tarde. Es solo una foto de un abordaje
casual de una realidad que de estudiarse de forma más
profunda sería más delicada.
En visita a Guajira de la abogada Carolina Sáchica, de
la Comisión de peticionarios de medidas cautelares de
indígenas wayuu otorgadas por la CIDH, informó
que las condiciones en algunas rancherías como Jaiparen,
Paneraca, Ahulalia y Camantusumana son deplorables: no había
agua y muchos niños solo consumen un vaso de chicha como
único alimento diario. En una ranchería en zona
rural de Manaure velaban una niña de 11 meses. El periodista
Gonzalo Guillén, que acompañó la Comisión,
narró que en una ranchería en la que habitan 90
personas, 7 menores murieron de hambre en 2016, exterminio del
7.7% de la comunidad en un año.
En Nariño se pensaría que estos problemas no son
tan graves, pero en la Costa Pacífica, Tumaco y Barbacoas
están muy mal: mientras indicadores generales de Nariño
muestran buenos resultados, hay municipios con condiciones de
salud graves por diferencias entre las poblaciones. Además,
el corredor del Chocó bio-geográfico tiene una
población indígena muy numerosa en las cordilleras
en condiciones de pobreza y marginalidad sumamente grandes,
problema agudizado por la minería ilegal.
La visita a 4 regiones con características bien diferentes,
en las 4 esquinas del país y priorizadas por el programa
de los Primeros Mil Días, debe abrir interrogantes sobre
otros lugares aún más olvidados. ¿Qué
pasa en Guaviare? ¿Acaso Caquetá está muy
bien? Priorizar estas 4 regiones para el programa fue decisión
de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Ministerio
de Salud, y puede ser un buen paso, pero debe extenderse a otras
regiones donde las condiciones de inequidad producen los mismos
efectos: y hacerlo fuera de las lentes de las cámaras,
porque la prioridad de las acciones de salud no debe ser titulares
de prensa, debe ser vidas salvadas. |
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