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El
Vigía
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La semiología cada
vez es menos enseñada y cada vez menos practicada,
pues se oye con más frecuencia decir a los pacientes:
El médico ni me tocó, y lo que es
peor, ni me miró. El paciente muchas veces
lo que necesita es de alguien que le ponga atencióna
su queja, a su dolor, alguien que lo escuche,
alguien que lo haga sentir
un ser humano.
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La medicina hipocrática
parte de una base más real en el estudio de la enfermedad,
del enfermo y del entorno, y empieza a cambiar el paradigma
de la explicación mágico-religiosa de la enfermedad.
Los médicos hipocráticos partían de la
base de que había que estar a la cabecera del paciente,
examinarlo, interrogarlo y evaluar el entorno, y con base en
todos estos hallazgos plantear una hipótesis diagnóstica.
Ese es el comienzo de lo más bonito y gratificante del
ejercicio de la medicina: el contacto con el paciente. |
En primer lugar, el contacto
verbal a través del interrogatorio que permite identificar
síntomas y signos, pero también angustias y expectativas;
en segundo lugar, el contacto físico para identificar
dolor o presencia de alguna situación anormal.
Pero todo indica que la semiología cada vez es menos
enseñada y cada vez menos practicada, pues se oye con
más frecuencia decir a los pacientes: El médico
ni me tocó, y lo que es peor, ni me miró.
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El paciente muchas
veces lo que necesita es de alguien que le ponga atención
a su queja, a su dolor, alguien que lo escuche, alguien que
lo haga sentir un ser humano.
Pero no se trata solo del concepto hipocrático ni de
la parte humana, esto trasciende más allá en el
sentido de que se cayó en el abuso de las ayudas diagnósticas,
como la forma de llenar el vacío que deja la semiología.
El diagnóstico de una enfermedad se establece con base
en lo que el paciente nos cuenta, en el interrogatorio que hacemos,
en el examen físico, en la evaluación epidemiológica,
y finalmente utilizamos las ayudas diagnósticas para
confirmar o descartar la impresión diagnóstica. |
El diagnóstico
se establece
con base en lo que el paciente
nos cuenta,
el interrogatorio, el examen físico y la
evaluación epidemiológica
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Múltiples razones
se han argumentado para el tema planteado, y de ellas la principal
es la falta de tiempo; aceptamos que ésta es una situación
que puede presentarse en el paciente ambulatorio, en donde los
pocos minutos asignados por paciente son insuficientes para
realizar todas las actividades, incluyendo un volumen importante
de registros. Pero muchas veces tenemos un paciente hospitalizado
durante una semana o más, que dice el especialista
nunca me ha revisado, y probablemente el paciente sí
esta siendo revisado por personal en entrenamiento, pero la
semiología no se enseña a control remoto, la semiología
se enseña al lado del paciente.
El asunto se ha vuelto tan crítico y por otro lado de
alguna manera tan aceptado, que seguramente en poco
tiempo cuando el estudiante le presente el paciente a su profesor,
éste no preguntará ¿qué cree
que tiene el paciente?, sino ¿qué
ayudas diagnósticas le vamos a ordenar?.
¿Tiene sentido que a un paciente que consulta por una
sintomatología específica, se le pregunten simplemente
sus datos demográficos y se le ordene a renglón
seguido, sin examinarlo, 25 exámenes de laboratorio?
¡Esto pasa en la vida real! . |
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