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Así comienzan generalmente
las anécdotas en las reuniones médicas de cualquier
nivel. Es frecuente que cuando se describen tratamientos nuevos,
alguien mencione un caso en que las cosas han ido muy bien
-o en que el tratamiento fue un completo fracaso-, para llamar
la atención sobre los riesgos o las perspectivas de
nuevos tratamientos.
Los informes de un caso, estimulan la investigación
cuando algún médico se encuentra con un caso
que se sale de los parámetros.
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Los colegas
entonces pueden caer en cuenta que ellos también han
tenido esos casos raros y así puede comenzar
una investigación sobre determinado tema. Jane Macnaughton
(1) nos recuerda que, por ejemplo, así comenzó
a prestarse atención al posible daño de los implantes
mamarios de silicona.
Las anécdotas son relatos cortos sobre un tema específico,
que pueden ser ciertos o no, o verdades deformadas, y tienen
un contenido dramático o gracioso para ilustrar algo,
con una intención moral o educativa. Su interés
es capacitar para recordar o comprender un tema, en palabras
sencillas, y en un contexto donde la audiencia comparte una
cultura o unos antecedentes. La anécdota narra una historia
corta que ilustra un punto en forma más dramática,
que si simplemente lo contara. Y cuando alguien comenta un relato
con la expresión eso es anecdótico,
se refiere a algo que necesita más evidencia.
Las anécdotas son parte esencial de la medicina y se
usan constantemente entre los médicos, entre éstos
y sus pacientes, y entre el público lego. Las anécdotas,
por ser dramáticas, cortas y por lo tanto fáciles
de recordar, tienen un impacto en la educación de los
médicos, en su comprensión de las quejas de los
pacientes, y en la peculiar presentación de esas quejas.
Las anécdotas nos cuentan lo atípico y nos aportan
otras visiones de la medicina, de la enfermedad, del paciente.
La anécdota debe ser reconocida por los educadores médicos,
aunque es obvio que este aprendizaje por anécdotas
necesita ser sustentado por otros más sistemáticos,
pues la evidencia anecdótica tiene una credibilidad
limitada en los círculos científicos.
En la discusión que sigue a una conferencia científica,
las anécdotas que se relatan complementen lo que se ha
dicho en términos formales. Los médicos jóvenes
buscan el consejo y la guía de sus profesores, quienes
les responden generalmente con anécdotas en que cuentan
sus experiencias -afortunadas o no-, en forma de anécdota
para apoyarlos en momentos de indecisión o complicación
de un caso determinado.
Los pacientes usan con frecuencia la anécdota para explicar
por qué asisten a la consulta, y para ilustrar cómo
determinados síntomas están afectando sus vidas.
Las anécdotas de los pacientes nos revelan su comprensión
o incomprensión de una posible enfermedad, y también
nos permiten saber cómo perciben los pacientes sus enfermedades,
y su propia capacidad -la del médico-, de hacer algo
al respecto.
Los pacientes comparten sus propias experiencias y las de sus
allegados tanto en el hogar como en el trabajo, y estos relatos
pueden ser uno de los mayores motivos por los cuales otros pacientes
deciden ir o no a una visita con su médico. Por ejemplo,
una visita al médico es un evento importante que se trasmite
como anécdota a los familiares o amigos, y además,
es la oportunidad para saber qué tan real ha sido el
aparente entendimiento entre el médico y el paciente.
La anécdota también se relaciona con los medios
de comunicación, ya que es difícil abrir el periódico,
escuchar la radio o ver la televisión sin encontrar anécdotas
sobre asuntos de salud: una persona con una dolencia importante
tuvo una larga espera en un centro asistencial; las complicaciones
por un tratamiento; una nueva técnica de diagnóstico
o tratamiento; un parto atendido de urgencia en circunstancias
muy especiales (en la ambulancia, en un taxi); o infecciones
adquiridas en un centro asistencial. Con este fin, prestigiosas
revistas médicas tienen secciones en que los pacientes
cuentan anécdotas sobre su enfermedad o tratamiento,
y los editores piensan que la principal función de estos
relatos es sacar a los médicos de su auto-complacencia
y permitirles saber cómo los ven realmente sus pacientes.
La anécdota juega un papel en el campo de la salud, tanto
en su enseñanza como en su divulgación, pues la
medicina debe ser capaz de tener en cuenta todas las fuentes
de información, sin el temor a la improvisación
o a la frivolidad, ya que finalmente es el juicio clínico
el que permite decidir qué es lo mejor para un caso determinado.
La medicina tiene que ver con individuos y la anécdota
médica hace que la atención se centre en la experiencia
de la persona enferma.
Referencias
(1) Macnaughton, Jane. Anecdote in clinical practice,
en: Narrative based Medicine, editado por Trisha Greenhalgh
y Brian Hurwitz, Londres, BMJ Books, 1998: 210.
Nota: Esta columna es un aporte del Grupo Nacer, Salud Sexual
y Reproductiva. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. |