MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 323 AGOSTO DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388
El Dr. Bernardo Ochoa, pionero en cirugía pediátrica de quemados en Colombia, identificó una necesidad urgente: crear un servicio especializado para la atención integral de pacientes con quemaduras. Así nació, en 1985, la Unidad de Quemados, que desde sus inicios trabajó con un equipo interdisciplinario conformado por médicos, cirujanos plásticos, fisiatras, terapeutas ocupacionales, psicólogos y trabajadores sociales.
Esta propuesta era innovadora para la época: no solo se enfocaba en salvar vidas y reparar tejidos, sino también en iniciar un proceso de rehabilitación física y emocional. De esta manera, el Hospital abrió el camino para que en el departamento de Antioquia se hablara de tratamientos integrales para quemaduras, que hoy son un referente internacional.
El 15 de julio de 2025, se inauguró la nueva infraestructura de la Unidad de Quemados Adultos, ubicada en el segundo piso del Bloque 12. El proyecto casi triplicó el área disponible —de 534 a 1.439 m²— y amplió la capacidad de 17 a 24 camas, sumando dos nuevas salas de procedimientos y un área de rehabilitación. Esto fue posible, además, gracias a que el Hospital cuenta con su propio Banco de Tejidos desde el año 2007, que le permite disponer y manejar adecuadamente los injertos de tejidos y otros insumos que se requieran para el paciente quemado.
La inversión total fue de 1.900 millones de pesos, de los cuales cerca del 80 % provino de donaciones de familias, empresarios y aliados estratégicos. Este espacio es testimonio de la solidaridad que trasciende generaciones y que ha acompañado al Hospital desde su fundación.
La nueva infraestructura se pensó para cuidar la dignidad y el bienestar del paciente. Incorpora habitaciones privadas y bipersonales, áreas de aislamiento para casos de alto riesgo, zonas exclusivas para rehabilitación física y acompañamiento psicosocial, así como flujos separados para pacientes hospitalarios y ambulatorios, reduciendo riesgos de infección y mejorando la experiencia en el proceso de atención.
En 2024, el Hospital atendió 1.470 pacientes quemados, de los cuales, 1.077 fueron adultos; el 82 % de ellos requirió hospitalización. Las principales causas fueron líquidos calientes, sustancias inflamables, electricidad y fuego. Aunque las quemaduras por pólvora son muy visibles en los medios, representan un porcentaje menor de los casos.
Cada lesión es distinta: algunas requieren semanas de curaciones y fisioterapia; otras implican injertos múltiples, reconstrucciones y meses de trabajo físico y emocional. El objetivo no es solo cerrar una herida, sino devolver la funcionalidad, la autonomía y la confianza para retomar la vida cotidiana.
“El daño causado por una quemadura no se limita a la afectación física: también compromete la autoestima, la vida social y las capacidades funcionales de la persona. El entorno donde se brinda la atención influye directamente en su proceso de recuperación”, afirma el Dr. Andrés Zapata Cárdenas, director de la Unidad de Adultos del Hospital y líder del proyecto.
Esa mirada integral se refleja en historias como la de Margarita Álvarez Galeano, quien sufrió quemaduras en gran parte de su cuerpo —rostro, espalda y mano derecha— como resultado de la explosión de un samovar en un evento social. Durante los 24 días de hospitalización, e incluso después de recibir el alta, enfrentó dolorosas curaciones bajo sedación, sesiones de fisioterapia y acompañamiento psicológico para sobrellevar el impacto emocional. “El sentimiento que tengo de gratitud ante el hospital, ante los médicos, las enfermeras y la atención en general, es grandísimo. Desde el primer momento, las palabras, el acompañamiento, los medicamentos, todo fue hecho y puesto con mucho cariño”, dijo Álvarez Galeano. Para el equipo que la atendió, verla recuperarse y sonreír de nuevo fue la mayor recompensa.
Recientemente, la International Society for Burn Injuries (ISBI), organismo que agrupa a las principales asociaciones de quemaduras del mundo, visitó la renovada Unidad —única del departamento de Antioquia y segunda más importante del país en capacidades— para conocer su modelo de atención y evaluar su funcionamiento. Esta visita marca un paso clave hacia el reconocimiento del Hospital San Vicente Fundación Medellín como un centro de referencia internacional en el manejo de quemaduras en América Latina.
El futuro de la unidad se proyecta en dos líneas: fortalecer la investigación clínica para mejorar protocolos y ampliar los programas de educación a la comunidad, con el fin de prevenir quemaduras y reducir su impacto en la salud pública. En palabras del Dr. Zapata: “Toda quemadura es prevenible. Y el Hospital, como líder en el departamento de Antioquia en este tema también ha contribuido en su responsabilidad social de educar a la comunidad médica en el abordaje de este tipo de lesiones; y así mismo está llamado a articularse con otros actores para la prevención de las quemaduras en la comunidad general”.
El Hospital San Vicente Fundación Medellín seguirá apostando por una atención que combina tecnología de vanguardia, talento humano especializado y compromiso social. En el tratamiento de quemaduras, más que recuperar la piel, se recupera la esperanza de vida.
Te invitamos a sumarte a esta causa: como donante, aliado o embajador de este mensaje, tu apoyo contribuye a que más historias de sanación se escriban en comunidad y con dignidad.
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