Prevención y atención del cáncer en Colombia Una lucha desigual contra el sistema de 'salud’ Hernando Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co El cáncer hay que combatirlo igual que a los incendios, que se pueden apagar cuando se actúa en los primeros minutos: más tarde sólo resta remover escombros y cuantificar las pérdidas. En Colombia, no pasamos de apagar incendios por falta de tres elementos: una decidida promoción de estilos de vida saludable, una adecuada prevención del cáncer y un diagnóstico temprano de la enfermedad. Irónicamente, el cáncer aumenta tanto como los centros especializados en el tratamiento, unidades diagnósticas y afines. Recientes estudios del Instituto Nacional de Cancerología -INC-, revelan que por lo menos 23.000 nuevos casos anuales de cáncer podrían evitarse mediante la prevención, y en el caso de los ya enfermos, otros 23.000 podrían salvarse de morir gracias a un diagnóstico temprano. Gabriel Hortobagyi, médico húngaro criado en Colombia, es uno de los oncólogos más reconocidos del mundo, presidente de la Asociación Americana de Oncología y director de investigación del cáncer de seno del Centro MD Anderson de Houston (Texas); él señaló que mientras en Europa y Estados Unidos el cáncer es curable entre 70 y 90% cuando se diagnostica oportunamente, en Colombia por falta de ese diagnóstico precoz la probabilidad de cura es de menos de 30%. En Colombia se calcula que cada año aparecen 70.000 nuevos casos de cáncer, pero a causa del subregistro apenas se incluyen 5.000 de cuello uterino en ese total, y unas 2.200 muertes anuales por la enfermedad en los últimos 5 años según el INC, pese a ocupar este tipo de cáncer el primer lugar en morbilidad y mortalidad. El Dane estimó que mientras en 1960 la mortalidad por cáncer ocupaba el quinto lugar y correspondía al 3,7% de las muertes, en el año 2000 ocupó el tercer lugar con 14.6% de las muertes, y en la actualidad 10 de cada 100 colombianos tendrán la enfermedad antes de los 65 años. 10 de cada 100 colombianos tendrán cáncer antes de los 65 años. Se calcula que en 2020, entre 14 y 17 millones de personas tendrán diagnóstico de cáncer en el mundo. La situación en Colombia no es alentadora, pues aunque posee tasas intermedias de incidencia junto con Centroamérica y el sur de Asia, registra unas 28.000 muertes anuales de hombres y mujeres por esta causa, según datos del Instituto Nacional de Cancerología, cifra al parecer también afectada por el subregistro, pues se estima en 40.000 el número real de muertes. La etiología tampoco varía, pues las personas siguen muriendo por los mismos tipos de cáncer que hace 30 años; pero sí crece el problema, como quiera que en 1960, 4 de cada 100 muertes las causara el cáncer, y en el año 2000 el índice subió a 15. El último estudio del INC, que data de 2004, estableció que en cuanto a morbilidad, en hombres, las mayores incidencias por órgano afectado son 1) cáncer de piel con 433 casos, 2) próstata con 402, 3) estómago con 264, 4) ganglios linfáticos con 130, 5) colon con 84, y luego están los de encéfalo, bronquios y pulmón. En las mujeres, los primeros puestos en morbilidad coinciden con los de mortalidad: 1) cuello uterino con 739 casos, 2) mama con 687, y 3) piel con 473. En el estudio de 2004, están primeros en morbilidad por localización primaria, los cánceres del sistema digestivo con 1.016 casos, segundos los del aparato genital femenino, terceros los de piel, cuartos los del tejido conjuntivo y otros tejidos blandos, y quinto los del aparato genital masculino. La leucemia es una realidad, sobre todo en los niños: en 2004 se registraron 321 casos que agrupan 31 tipos de este cáncer. El mayor porcentaje de los casos correspondió a niños entre 1 y 14 años de edad (36%). Urgen cambios en prevención y atención Colombia empezará a obtener resultados positivos en la lucha contra el cáncer, cuando lo enfrente como problema de salud pública y supere el esquema asistencialista. Al respecto, es certero un editorial reciente del periódico El Tiempo (6 de mayo de 2006), que dice en un aparte: “La Ley 100 está estructurada sobre un sistema eminentemente curativo, que no compensa a aseguradores y prestadores por mantener a una población sana, sino que les paga por enfermos atendidos. A este perverso esquema le conviene más atender enfermos. Los hospitales, obligados a ser rentables y auto-sostenibles, se nutren de la demanda creciente de personas enfermas. Ante esa perspectiva, ¿a quién le preocupa adelantar campañas de prevención y, en el caso que nos concierne, aquellas que permitan la detección temprana del cáncer?” Sólo una sabia política estatal orientada a ERRADICAR el cáncer mediante programas efectivos de prevención y atención, logrará reducirlo a niveles manejables para el sistema de salud. En materia de tabaquismo por ejemplo, hay que pasar de las campañas publicitarias de alcance limitado, a acciones más agresivas que partan de una clara voluntad política del gobierno y del Congreso, y que involucren a toda la comunidad. El Servicio de Noticias del Estado (SNE), informó que en el Congreso de la República cursan cinco proyectos de ley para controlar el consumo del tabaco, uno de los cuales busca que Colombia haga realidad la adhesión al Convenio Marco de Lucha Anti-tabáquica de la Organización Mundial de la Salud. De la misma forma, deben de engrosar la política general de salud pública, las pautas del Décimo Congreso Internacional sobre Cáncer Oral realizado en Creta (ver recuadro). A mayor prevención y a mayor promoción de hábitos saludables, habrá menores costos por quimioterapia y por medicamentos de tantos laboratorios, que gracias al cabildeo constante ante el gobierno mantienen rendimientos proporcionalmente tan altos como las cifras del cáncer. Una sana convivencia entre la farmacopea tradicional y la medicina natural agregaría otro elemento de solución. Por algo la gente estaba más libre de cáncer hace 50 años, cuando vivía en ambientes más sanos y consumía menos aditivos químicos y más zanahoria, tomate y ñame, cuando prevenía el cáncer de colon con la granadilla y el de próstata con pitaya e incluso curaba los tumores incipientes con penca sábila. En suma, sólo una sabia política estatal orientada a ERRADICAR el cáncer mediante programas efectivos de prevención y atención, logrará reducirlo a niveles manejables para el sistema de salud. Lo demás es mantener un esquema dentro del cual siempre habrá cáncer e instituciones que se lucren con su tratamiento, dentro de un privilegiado lugar entre las enfermedades de alto costo.   Declaración de Creta sobre cáncer oral El Décimo Congreso Internacional sobre Cáncer Oral realizado en Creta entre el 19 y el 24 de abril de 2005, sentó pautas básicas frente a estas enfermedades. Los 57 países participantes destacaron la salud oral como parte importante de la salud general y del bienestar, afirmaron su compromiso con la salud oral y general como derecho básico de la humanidad, y concluyeron que deben ser afianzadas estas áreas de trabajo: Provisión de información epidemiológica sistemática sobre la prevalencia del cáncer oral y sus riesgos, particularmente en países en vía de desarrollo; promoción de investigaciones sobre los factores biológicos, sico-sociales y de comportamiento del cáncer oral, con énfasis en la interrelación entre salud oral y salud general; integración de la información respectiva en los sistemas nacionales de salud, que llevan un registro de los factores de riesgo de las enfermedades crónicas y comunes; difusión de información sobre cáncer oral, prevención y cuidado a través de todos los medios de comunicación. Además, compromiso de los profesionales de la salud oral en la prevención, mediante el control de los factores de riesgo tales como el tabaco, el alcohol y la dieta; entrenamiento de trabajadores del área de atención básica en salud en el monitoreo y cuidados de primer nivel en cáncer oral; acceso a hospitales y clínicas que proveen ayuda para el diagnóstico temprano, tratamiento y cuidado de la salud oral; y la promoción de la salud para el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes.   Más información... Entre perplejos y desorientados frente al alto costo El panorama de las enfermedades de alto costo en Colombia está lleno de confusión y su manejo plagado de errores desde el comienzo. Equivocaciones que obedecieron a la falta de conocimiento de un modelo de salud que exige información precisa y en grandes cantidades... 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