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Equidad en salud:
panorama de Antioquia
Juan
Camilo Tamayo Ramírez Grupo de Economía de la
salud -GES- Universidad de Antioquia - elpulso@elhospital.org.co |
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Artículo basado en el trabajo:
Equidad en el acceso a servicios de salud en Antioquia.
La salud no sólo es la ausencia de enfermedad,
sino también la capacidad de las personas para desarrollar
todo su potencial a lo largo de la vida. Desde una perspectiva
general o macro, se reconoce la salud como un activo que los
individuos poseen y que a la vez es un factor importante para
el desarrollo económico, ya que por un lado, un mayor
desarrollo permite a la población de un país
la obtención de un mejor estado de salud, mientras
que por el otro, un mejor estado de salud se constituye en
promotor de mayor desarrollo económico (OMS, 2001).
En este sentido, si los agentes pueden acceder de manera adecuada
a los recursos que les permitan aprovechar todo su potencial
en salud, las posibilidades de generar bienestar y rendimientos
futuros en la economía se incrementan (Grossman, 1972).
Tomando en cuenta lo anterior, la equidad en salud pretende
que cada persona o grupo de población aproveche su
potencial en salud al máximo, a partir de la disminución
-y si es posible eliminación- de aquellas desigualdades
consideradas innecesarias, evitables e injustas por la sociedad
(Whitehead, 1992), que descansan sobre la existencia de barreras
-acuerdos sociales- para que las personas obtengan condiciones
favorables. En este sentido, la equidad en salud está
orientada al análisis y acción sobre dos dimensiones
fundamentales: 1. Equidad en el nivel y calidad de la salud,
que incluye el estado de salud de las personas y sus determinantes;
2. Equidad en la provisión y distribución de
los servicios de salud, que tiene como principal variable
de análisis el acceso a servicios.
Desde este enfoque, se busca tener presente la diversidad
del ser humano, ir más allá del ámbito
propio de la atención sanitaria e incluir otros aspectos
que influyen el bienestar de las personas. Aspectos tan importantes
como las condiciones socioeconómicas, la relación
que se establece entre las personas y el sistema de salud,
la participación de las poblaciones en los procesos
que los afectan directamente, los compromisos entre los principales
actores del sistema de seguridad social en salud para realizar
acciones concretas que reduzcan la carga de la morbilidad
evitable -injusta e innecesaria- entre otras, son condiciones
a tener en cuenta si se quiere conocer de forma integral la
situación actual de la equidad, los resultados que
se desean obtener y los medios necesarios para lograrlos.
Equidad en Antioquia
Desde el punto de vista regional,
Antioquia en materia de aseguramiento, estado de salud y demanda
por servicios de salud muestra, en términos generales,
cifras similares al promedio del país. En primer lugar,
de acuerdo con la Encuesta Calidad de Vida (ECV) 2003, un
45% de las personas se encuentra cubierta en el régimen
contributivo y 19,1% en el subsidiado, valores que para el
país son de 38,9% y 22,9% respectivamente. En segundo
lugar, para un indicador del estado de salud como la presencia
de enfermedad crónica, el 16,8% de las personas del
Departamento reportaron tener alguna, porcentaje que desciende
a un 14% para el país; según el estado de salud
autorreportado, alrededor de un 75% de las personas en Antioquia
aseguran tener un estado de salud bueno o muy bueno, valor
que en el país está cercano al 72% (Mejía,
Sánchez y Tamayo, 2006). Por último, para la
demanda por servicios de salud se observa que a nivel regional
el acceso al sistema, ya sea un profesional, institución
o promotor de salud, cuando se reporta tener un problema de
salud, asciende al 75% de las personas, mientras que a nivel
nacional es del 69%, diferencia que puede resultar consistente
con las diferencias en cuanto a aseguramiento y padecimiento
de enfermedades crónicas en el Departamento. Finalmente,
las razones de no acceso más importantes son la falta
de dinero y el caso leve, al igual que para Colombia (Ramírez
et al., 2005).
A pesar de lo anterior, se reconocen importantes desigualdades
entre subregiones y municipios al interior del Departamento
(Restrepo y Tamayo, 2005). Se observa que algunas enfermedades,
problemas y causas de mortalidad evitable tienden a concentrase
en ciertas zonas. Así, subregiones como Urabá,
Bajo Cauca y Nordeste son las que presentan mayores problemas
en morbilidad evitable, nutrición, mortalidad infantil
y materna, que representan problemas en la vinculación
de comunidades y personas al desarrollo, necesidades básicas
insatisfechas, falta de oportunidades y baja calidad a la
hora de acceder a servicios que aseguren un buen estado de
salud. Además de lo anterior, algunas subregiones como
Valle de Aburrá y Magdalena Medio muestran una mayor
presencia de aquellos tipos de problemas que teóricamente
se asocian con zonas de mayor desarrollo, tales como enfermedades
cardiovasculares, problemas asociadas con la violencia, traumas,
entre otros. De esta manera, Antioquia presenta una transición
epidemiológica incompleta, ya que además de
presentar problemas propios de zonas desarrolladas, mantiene
aquellos asociados con falta de oportunidades y necesidades
básicas insatisfechas. Esto es muestra de inequidad
en el estado de salud y por ende de exclusión de un
proceso adecuado de acceso a servicios de salud (Mejía,
Sánchez y Tamayo, 2006).
Por regímenes
Desde el punto de vista del
aseguramiento, resalta la existencia de complementariedad
en los regímenes de acuerdo con el nivel de desarrollo
de cada zona: la cobertura del régimen contributivo
es más alta en aquellas zonas donde el desarrollo es
mayor, mientras que el subsidiado tiende a favorecer las subregiones
con un nivel inferior (ver gráfica 1). Esto es importante
desde el punto de vista de la equidad, ya que a pesar de que
la cobertura del seguro no es condición suficiente
para el acceso adecuado y de calidad a los servicios de salud,
es un factor importante para que los grupos de población
aumenten sus oportunidades, dadas las barreras que se reducen
(Mejía, Sánchez y Tamayo, 2006). Pero debe tenerse
en cuenta, que los planes de beneficios para cada uno de los
regímenes son diferentes, por lo que se está
discriminando los grupos de población de acuerdo con
características (ingreso) independientes de la necesidad.
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| Gráfica
1. Antioquia: complementariedad de regímenes, 2004 |
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Se utilizó
el Índice de Desarrollo Humano calculado para las subregiones
de Antioquia para el año 2003 (Departamento Administrativo
de Planeación, Gobernación de Antioquia, 2004).
De acuerdo con éste, el orden de menor a mayor desarrollo
es: Bajo Cauca, Occidente, Nordeste, Suroeste, Magdalena Medio,
Urabá, Norte, Oriente y Valle de Aburrá.
Fuente: Mejía, Sánchez y Tamayo, 2006 |
Para
el caso del acceso a servicios de salud se utilizó la
información proporcionada por la ECV 2003. Los resultados
más generales muestran que no existen diferencias entre
los afiliados al régimen contributivo y subsidiado cuando
del contacto inicial con el sistema de salud se trata, pero
sí existen grandes diferencias respecto de los no afiliados.
Se evidencia además, que las personas de mejor nivel
socioeconómico tienden a acceder con mayor facilidad
y alcanzar unas etapas más avanzadas en el tratamiento;
al analizar los motivos por los cuales no se asiste a un médico
o institución de salud, las barreras financieras se constituyen
en el principal obstáculo para los afiliados al régimen
subsidiado y los no afiliados. En cuanto a la continuidad del
tratamiento, se evidencian inequidades entre afiliados y no
afiliados, en tanto los afiliados al régimen contributivo
tienen mayores facilidades para continuar con la atención.
Adicionalmente, los no afiliados y los de menor nivel socioeconómico
presentan un mayor gasto de bolsillo en medicamentos y hospitalización
como porcentaje de su gasto total, lo cual se reconoce como
uno de los mayores generadores de inequidad. Por último,
de la observación del estado de salud (que en la encuesta
aparece como estado de salud autorreportado), se confirma la
existencia de inequidades a favor de los grupos de mayor nivel
socioeconómico, de manera análoga al comportamiento
del país (Mejía, Sánchez y Tamayo, 2006).
Conclusión
De lo anterior se concluye que desde el punto de vista
de la equidad, el Departamento tiene cosas buenas y para resaltar
como la complementariedad de regímenes, el comportamiento
de algunos indicadores respecto del país y de las referencias
internacionales, la disminución de algunas barreras para
el contacto inicial con el sistema de salud, entre otros, pero
que aún existen grandes diferencias entre grupos de población
que obedecen a variables independientes de la necesidad de las
personas. En este sentido, y dado que las problemáticas
en salud y las inequidades que se presentan en ella necesitan
de estrategias que superan el ámbito de la atención
sanitaria, se propone que la política enfocada a mejorar
el bienestar de la población tenga un carácter
integral y no busque sólo brindar atención adecuada
cuando se presenta la enfermedad, sino más bien a propiciar
condiciones que mejoren las condiciones de las personas, tal
como educación, servicios de promoción de la salud
y prevención de la enfermedad, planificación urbana
saludable, entre otros.
Referencias
- Grossman, Michael (1972). On the concept of
health capital and the demand for health. Journal of Political
Economy, Vol. 80, No. 2.
- Mejía, Aurelio; Sánchez, Andrés Felipe
y Tamayo, Juan Camilo (2006) Equidad en el acceso a servicios
de salud en Antioquia. Medellín, Universidad de
Antioquia [Tesis de grado]
- Organización Mundial de la Salud OMS (2001). Macroeconomía
y Salud: Invertir en Salud en pro del Desarrollo Económico.
Ginebra, OMS.
- Ramírez, Clara (2005). Sistema general de seguridad
social en salud: afiliación, atención y equidad.
Economía Colombiana y Coyuntura Política, No.
303.
- Restrepo, Jairo Humberto y Tamayo, Juan Camilo (2005). Equidad
en salud en Antioquia. Documento técnico de la Alianza
de Antioquia por la equidad. Mimeo.
- Whitehead, Margaret (1992). The Concepts and principles
of equity and Health. International Journal of Health
Services. Vol. 22, No. 3. |
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