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En salud, Sucre
sobrevive a pesar del olvido
Yuly
Andrea Atehortúa Mira - Periodista, Sincelejo
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| ¿Qué
significa tener una nueva Unidad de Cuidados Intensivos pública
en el segundo departamento más pobre del país,
con 72% de necesidades básicas insatisfechas, alto desplazamiento
forzoso de su población, con la violencia como segunda
causa de mortalidad, más afiliados en el régimen
subsidiado que en el contributivo, 25 de 26 municipios investigados
por desviación de recursos de la salud y apenas 3 Unidades
de Cuidados Intensivos en clínicas privadas y una más
en uno de los 3 hospitales públicos de segundo nivel? |
Con sólo tres de las 24 camas proyectadas,
se abrirá al público este mes la Unidad de
Cuidados Intensivos UCI- del Hospital Regional de II Nivel
de Sincelejo, en el departamento de Sucre, en la cual el
Ministerio de Salud invirtió $250 millones, una quinta
parte del costo total del proyecto ($1.250 millones), y
que permitirá a la población el acceso al
tercer nivel de atención.
Ello le significa a esta capital y al resto de Sucre, un
gran avance en la prestación de los servicios de
salud, primero porque los cualifica y segundo, porque disminuye
los costos para más de la mitad de los 800 mil habitantes
del Departamento, que no tienen recursos para pagar su estadía
en un hospital público y mucho menos con qué
acceder a los servicios de UCI en las clínicas privadas.
Pobre entre pobres
Varias razones explican el porqué la salud de los
sucreños está en la cuerda floja. Una de ellas
es el nivel de pobreza, que hace considerar al Departamento
como el segundo más pobre del país después
del Chocó, con un ingreso per cápita de 998
dólares anuales, el 50% del promedio nacional (US$1.920),
que se traduce en menos de 200 mil pesos al mes por habitante,
recursos por debajo del salario mínimo vigente, que
alcanzan escasamente para la alimentación.
Solo el 10% de la población sucreña posee
ingresos superiores. De este porcentaje hacen parte los
propietarios de las grandes haciendas ganaderas, casi la
única fuente de empleo, ya que la industria es incipiente,
el comercio no tiene demanda porque la gente no percibe
recursos, y el turismo que se volvió poco atractivo
por la inseguridad en las vías, sólo genera
entradas en temporada alta.
El índice de necesidades básicas insatisfechas
de los sucreños, entre ellas la salud, alcanza por
tanto el 72%. La Secretaria de Educación departamental
tiene reporte de que una cuarta parte de la población,
200 mil personas, son analfabetas, y este año se
dejaron por fuera de las aulas, aproximadamente 60 mil alumnos
en edad de acceder a la primaria y la básica secundaria.
El acceso a servicios públicos es mínimo por
la mala e irregular calidad de los mismos: sólo tres
de los 26 municipios sucreños poseen agua potable
y alcantarillado, porque en los restantes se extrae de pozos
artesianos en el afortunado caso de que estén llenos,
y no hay forma de dar el manejo adecuado a desechos sólidos
y líquidos que generan múltiples enfermedades
in-fecciosas, una de las principales causas de muerte en
el Departamento.
Aquí, la promesa de crear un acueducto y un alcantarillado
sigue siendo cada tres años el arma para asegurar
las alcaldías municipales, pero luego de éstas
ser obtenidas, la principal preocupación de los mandatarios
es repartir el pastel de los puestos públicos y asegurarse
que sus contrincantes políticos no lleguen a ellos.
El acueducto, la educación, la salud, el desempleo,
volverán a ser temas de conversación antes
de las siguientes
elecciones.
¿Dónde queda Sucre?
A la pobreza se le suma la situación de violencia
y olvido estatal. Sucre casi iguala a Antioquia en el índice
de personas desarraigadas de sus tierras. Según el
último reporte de la Red de Solidaridad Social, en
los municipios de Sincelejo, Corozal, San Onofre, Ovejas
y Morroa, se concentran 60 mil desplazados propios y de
otros departamentos. La cifra es alarmante si se considera
que aunque Antioquia tiene el mayor índice de desplazamientos
del país, también es mucho más extenso
y con mayor población que Sucre.
Este fenómeno es el fruto de vivir sitiados por cuatro
bandos armados al margen de la ley, con mínima protección
de las fuerzas militares para la población. Además,
los ataques de la guerrilla y los paramilitares, que azotan
conjuntamente a las regiones de los Montes de María,
el Golfo de Morrosquillo, La Mojana y el río San
Jorge, han convertido a la violencia en la segunda causa
de mortalidad, según estadísticas del Departamento
Administrativo de Salud de Sucre, Dasssalud. A pesar de
todo esto y paradójicamente, el promedio de vida
de los sucreños es de 76 años.
Salud en crisis
El sector salud, aunque trata de levantarse, como todos
los demás sectores, continúa en crisis. Según
Orlando Henríquez, jefe de la división de
Aseguramiento de Dasssalud, Sucre al igual que el resto
de departamentos del país, sufre los retrasos en
los desembolsos del Estado para cubrir los compromisos con
los beneficiarios del régimen subsidiado; a ello
se suma que los hospitales públicos no tienen servicios
para competir con los centros asistenciales privados, las
IPS gastan más de lo que producen y ni reciben los
dineros a tiempo por régimen subsidiado ni logran
recaudar los dineros de los afiliados al régimen
contributivo.
"La cultura extendida del no pago ha influido, aumentando
la elusión del mismo; de hecho, es mucho más
bajo el porcentaje de personas afiliadas al contributivo
que las sisbenizadas, aunque a muchas de éstas se
les comprobó que tienen capacidad de pago. Solo en
los 12 municipios bajo la coordinación de Dasssalud,
hay 256 mil personas en régimen subsidiado y apenas
91 mil en el contributivo", afirmó Henríquez.
La desviación de recursos destinados al régimen
subsidiado es otro factor que alimenta la crisis. Desde
agosto de 2001, debido a denuncias hechas por la Defensoría
del Pueblo para la salud y la seguridad social, la Contraloría
Departamental de Sucre investiga a las 25 administraciones
municipales (menos la del municipio de Coveñas, creado
a fines de febrero pasado) que adeudan a las ARS públicas
y privadas unos $8.000 millones.
Alta demanda
Sucre cuenta con tres hospitales públicos de segundo
nivel, situados en los municipios de Sincelejo, San Marcos
y Corozal. De los tres, sólo el de Corozal ofrece
los servicios de UCI, lo cual indica que la población
que remiten de 14 hospitales de primer nivel llega allí
o es enviada a Sincelejo a las clínicas privadas
La Sabana, La Santamaría y Las Peñitas, que
tienen UCI. Las tres clínicas y el hospital no alcanzan
a cubrir las necesidades de la población, que es
trasladada en su mayoría a centros asistenciales
de Barranquilla, Cartagena o Montería.
El Hospital Regional de Sincelejo, por su parte, ofrece
los servicios de segundo nivel a 12 de los 26 municipios
sucreños, que significan el 65% de la población
de todo el Departamento, y calcula que remite el 90% de
los pacientes que le llegan porque no tiene como prestar
el servicio de cuidados intensivos. La población
de bajos recursos es la más afectada, por no poder
saldar los costos en las clínicas privadas y por
los riesgos que corren los pacientes de gravedad cuando
deben ser trasladados a otro departamento.
UCI a futuro
A pesar de la crisis, el Hospital Regional de Sincelejo
continúa en la lucha por ser viable económicamente
y por mejorar su oferta de servicios con la creación
de la UCI y de la Unidad Materno Infantil.
La disminución de la planta de personal de 271 a
249 cargos y el proceso de ajuste fiscal, fueron determinantes
para mejorar el estado financiero de la empresa, según
aseguró el gerente del centro asistencial, Giovanni
Torres Barrios, de manera que la producción estimada
en $14.000 millones en el 2001 fue acorde con el presupuesto
y el déficit de $2.800 millones en el 2000 se redujo
a $1.683 millones a enero de este año.
Como proyecto, la entidad aspira a depurar la cartera que
se encuentra en $8.478 millones (siendo los principales
deudores los entes territoriales, seguidos por las ARS públicas
y privadas), con el fin de destinar inversión a los
servicios de tercer nivel.
Sobre el futuro de la UCI, Torres afirmó que este
depende de los recursos que Minsalud tiene pendientes de
aprobar para completar su construcción y dotación.
"Actualmente la UCI posee tres camas, monitores, defibrilador,
succionadores y ventilador mecánico, pero se espera
una UCI completa para mediados del 2003. En ella, el Hospital
realizaría una inversión anual de $5.000 millones;
a cambio, recibiría ingresos calculados en $50.000
millones al año", indicó.
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Nueva Unidad Materno Infantil
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Paralelamente
a la creación de la UCI, el Hospital Regional de Sincelejo
abrió al público la Unidad Materno Infantil, en
una subsede que descentralizará los servicios de pediatría
y ginecología, y la cual requirió una inversión
de la Gobernación de Sucre por $440 millones y de Minsalud
por $3.000 millones.
La subsede permitirá que el Hospital destine el espacio
de pediatría y ginecología para ampliar los pabellones
de medicina interna y de cirugía.
Con una capacidad para atender 35 pacientes del régimen
contributivo y 52 del subsidiado, la Unidad Materno Infantil
ofrecerá los servicios de urgencias, hospitalización,
cirugía y cuidados neonatales. |
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