MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 3    NO 43   ABRIL DEL AÑO 2002    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

En salud, Sucre
sobrevive a pesar del olvido

Yuly Andrea Atehortúa Mira - Periodista, Sincelejo

¿Qué significa tener una nueva Unidad de Cuidados Intensivos pública en el segundo departamento más pobre del país, con 72% de necesidades básicas insatisfechas, alto desplazamiento forzoso de su población, con la violencia como segunda causa de mortalidad, más afiliados en el régimen subsidiado que en el contributivo, 25 de 26 municipios investigados por desviación de recursos de la salud y apenas 3 Unidades de Cuidados Intensivos en clínicas privadas y una más en uno de los 3 hospitales públicos de segundo nivel?

Con sólo tres de las 24 camas proyectadas, se abrirá al público este mes la Unidad de Cuidados Intensivos UCI- del Hospital Regional de II Nivel de Sincelejo, en el departamento de Sucre, en la cual el Ministerio de Salud invirtió $250 millones, una quinta parte del costo total del proyecto ($1.250 millones), y que permitirá a la población el acceso al tercer nivel de atención.
Ello le significa a esta capital y al resto de Sucre, un gran avance en la prestación de los servicios de salud, primero porque los cualifica y segundo, porque disminuye los costos para más de la mitad de los 800 mil habitantes del Departamento, que no tienen recursos para pagar su estadía en un hospital público y mucho menos con qué acceder a los servicios de UCI en las clínicas privadas.
Pobre entre pobres
Varias razones explican el porqué la salud de los sucreños está en la cuerda floja. Una de ellas es el nivel de pobreza, que hace considerar al Departamento como el segundo más pobre del país después del Chocó, con un ingreso per cápita de 998 dólares anuales, el 50% del promedio nacional (US$1.920), que se traduce en menos de 200 mil pesos al mes por habitante, recursos por debajo del salario mínimo vigente, que alcanzan escasamente para la alimentación.
Solo el 10% de la población sucreña posee ingresos superiores. De este porcentaje hacen parte los propietarios de las grandes haciendas ganaderas, casi la única fuente de empleo, ya que la industria es incipiente, el comercio no tiene demanda porque la gente no percibe recursos, y el turismo que se volvió poco atractivo por la inseguridad en las vías, sólo genera entradas en temporada alta.
El índice de necesidades básicas insatisfechas de los sucreños, entre ellas la salud, alcanza por tanto el 72%. La Secretaria de Educación departamental tiene reporte de que una cuarta parte de la población, 200 mil personas, son analfabetas, y este año se dejaron por fuera de las aulas, aproximadamente 60 mil alumnos en edad de acceder a la primaria y la básica secundaria.
El acceso a servicios públicos es mínimo por la mala e irregular calidad de los mismos: sólo tres de los 26 municipios sucreños poseen agua potable y alcantarillado, porque en los restantes se extrae de pozos artesianos en el afortunado caso de que estén llenos, y no hay forma de dar el manejo adecuado a desechos sólidos y líquidos que generan múltiples enfermedades in-fecciosas, una de las principales causas de muerte en el Departamento.
Aquí, la promesa de crear un acueducto y un alcantarillado sigue siendo cada tres años el arma para asegurar las alcaldías municipales, pero luego de éstas ser obtenidas, la principal preocupación de los mandatarios es repartir el pastel de los puestos públicos y asegurarse que sus contrincantes políticos no lleguen a ellos. El acueducto, la educación, la salud, el desempleo, volverán a ser temas de conversación antes de las siguientes
elecciones.
¿Dónde queda Sucre?
A la pobreza se le suma la situación de violencia y olvido estatal. Sucre casi iguala a Antioquia en el índice de personas desarraigadas de sus tierras. Según el último reporte de la Red de Solidaridad Social, en los municipios de Sincelejo, Corozal, San Onofre, Ovejas y Morroa, se concentran 60 mil desplazados propios y de otros departamentos. La cifra es alarmante si se considera que aunque Antioquia tiene el mayor índice de desplazamientos del país, también es mucho más extenso y con mayor población que Sucre.
Este fenómeno es el fruto de vivir sitiados por cuatro bandos armados al margen de la ley, con mínima protección de las fuerzas militares para la población. Además, los ataques de la guerrilla y los paramilitares, que azotan conjuntamente a las regiones de los Montes de María, el Golfo de Morrosquillo, La Mojana y el río San Jorge, han convertido a la violencia en la segunda causa de mortalidad, según estadísticas del Departamento Administrativo de Salud de Sucre, Dasssalud. A pesar de todo esto y paradójicamente, el promedio de vida de los sucreños es de 76 años.
Salud en crisis
El sector salud, aunque trata de levantarse, como todos los demás sectores, continúa en crisis. Según Orlando Henríquez, jefe de la división de Aseguramiento de Dasssalud, Sucre al igual que el resto de departamentos del país, sufre los retrasos en los desembolsos del Estado para cubrir los compromisos con los beneficiarios del régimen subsidiado; a ello se suma que los hospitales públicos no tienen servicios para competir con los centros asistenciales privados, las IPS gastan más de lo que producen y ni reciben los dineros a tiempo por régimen subsidiado ni logran recaudar los dineros de los afiliados al régimen contributivo.
"La cultura extendida del no pago ha influido, aumentando la elusión del mismo; de hecho, es mucho más bajo el porcentaje de personas afiliadas al contributivo que las sisbenizadas, aunque a muchas de éstas se les comprobó que tienen capacidad de pago. Solo en los 12 municipios bajo la coordinación de Dasssalud, hay 256 mil personas en régimen subsidiado y apenas 91 mil en el contributivo", afirmó Henríquez.
La desviación de recursos destinados al régimen subsidiado es otro factor que alimenta la crisis. Desde agosto de 2001, debido a denuncias hechas por la Defensoría del Pueblo para la salud y la seguridad social, la Contraloría Departamental de Sucre investiga a las 25 administraciones municipales (menos la del municipio de Coveñas, creado a fines de febrero pasado) que adeudan a las ARS públicas y privadas unos $8.000 millones.
Alta demanda
Sucre cuenta con tres hospitales públicos de segundo nivel, situados en los municipios de Sincelejo, San Marcos y Corozal. De los tres, sólo el de Corozal ofrece los servicios de UCI, lo cual indica que la población que remiten de 14 hospitales de primer nivel llega allí o es enviada a Sincelejo a las clínicas privadas La Sabana, La Santamaría y Las Peñitas, que tienen UCI. Las tres clínicas y el hospital no alcanzan a cubrir las necesidades de la población, que es trasladada en su mayoría a centros asistenciales de Barranquilla, Cartagena o Montería.
El Hospital Regional de Sincelejo, por su parte, ofrece los servicios de segundo nivel a 12 de los 26 municipios sucreños, que significan el 65% de la población de todo el Departamento, y calcula que remite el 90% de los pacientes que le llegan porque no tiene como prestar el servicio de cuidados intensivos. La población de bajos recursos es la más afectada, por no poder saldar los costos en las clínicas privadas y por los riesgos que corren los pacientes de gravedad cuando deben ser trasladados a otro departamento.
UCI a futuro
A pesar de la crisis, el Hospital Regional de Sincelejo continúa en la lucha por ser viable económicamente y por mejorar su oferta de servicios con la creación de la UCI y de la Unidad Materno Infantil.
La disminución de la planta de personal de 271 a 249 cargos y el proceso de ajuste fiscal, fueron determinantes para mejorar el estado financiero de la empresa, según aseguró el gerente del centro asistencial, Giovanni Torres Barrios, de manera que la producción estimada en $14.000 millones en el 2001 fue acorde con el presupuesto y el déficit de $2.800 millones en el 2000 se redujo a $1.683 millones a enero de este año.
Como proyecto, la entidad aspira a depurar la cartera que se encuentra en $8.478 millones (siendo los principales deudores los entes territoriales, seguidos por las ARS públicas y privadas), con el fin de destinar inversión a los servicios de tercer nivel.
Sobre el futuro de la UCI, Torres afirmó que este depende de los recursos que Minsalud tiene pendientes de aprobar para completar su construcción y dotación. "Actualmente la UCI posee tres camas, monitores, defibrilador, succionadores y ventilador mecánico, pero se espera una UCI completa para mediados del 2003. En ella, el Hospital realizaría una inversión anual de $5.000 millones; a cambio, recibiría ingresos calculados en $50.000 millones al año", indicó.

Nueva Unidad Materno Infantil
Paralelamente a la creación de la UCI, el Hospital Regional de Sincelejo abrió al público la Unidad Materno Infantil, en una subsede que descentralizará los servicios de pediatría y ginecología, y la cual requirió una inversión de la Gobernación de Sucre por $440 millones y de Minsalud por $3.000 millones.
La subsede permitirá que el Hospital destine el espacio de pediatría y ginecología para ampliar los pabellones de medicina interna y de cirugía.
Con una capacidad para atender 35 pacientes del régimen contributivo y 52 del subsidiado, la Unidad Materno Infantil ofrecerá los servicios de urgencias, hospitalización, cirugía y cuidados neonatales.
 



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