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| La población
de Bogotá clama por la reapertura del Hospital San Juan
de Dios y la gestión para su rescate ya comenzó.
Aparte de la solución de los problemas jurídicos,
laborales y administrativos, no vendría mal la ayuda
divina, en especial del santo patrono: San Juan de Dios, quien
desnuda su cuerpo y alma como signo de entrega a los hermanos
pobres y enfermos, y es pionero del hospital como centro de
atención humanizada. ¿Quién fue el padrino
celestial del cerrado hospital, hoy albergue de personas, telarañas
y fantasmas? |
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Juan Cidade Duarte, llamado Juan
de Dios, nace en Montemor-o-Novo (Portugal) en 1495. Se deshace
de libros, muebles y hasta de su ropa, se finge loco, vocifera
en calles y plazas, se mortifica y besa el suelo fangoso. En
su locura de la Cruz, lo internan en el Hospital
Real, comparte la vida con mendigos, enfermos desamparados,
y con los locos los latigazos y las esposas, pues se creía
que el dolor curaba la insania. Reprocha a los enfermeros
su brutalidad, los verdugos descubren la claridad interior del
profeta y lo liberan de las esposas y San Juan intensifica sus
cuidados con los enfermos. |
Juan
de Dios, la generosidad de alma
Para la Hermana Juliane Vasconcelos, Juan de Dios representa
la generosidad de alma, limítrofe con lo desconcertante.
Juan diría: "Jesucristo me conceda tiempo y me dé
la gracia de tener un hospital, donde pueda recoger a los pobres
desamparados y faltos de juicio, y servirlos como deseo".
Juan sale del Hospital y recorre descalzo 400 kilómetros
hasta el santuario mariano de Guadalupe en Extremadura, a pedir
la protección de María Santísima para su
misión.
A fines de 1539 regresa a Granada, vende haces de leña
para dar alimento y abrigo a los pobres, obtiene generosos donativos
para su primer hospital con 46 camas de viejas esteras con mantas
usadas. De día cuida a sus hermanos, de noche vende leña
y pide limosna. Un incendio destruye el Hospital Real. El Arzobispo
de Granada, Mons. Pedro Guerrero, recurre el santo para conseguir
donaciones, se compra un antiguo convento carmelita para un
hospital de 200 camas y albergue nocturno. Con sus dos primeros
discípulos: Antonio Martín, creador del Hospital
de Nuestra Señora del Amor de Dios en Madrid,
y Pedro Velasco, nace otra orden religiosa. Las necesidades
de atención crecen más que las gruesas sumas que
obtiene Juan con ricos e hidalgos, bajo el lema: Hermanos,
haceos bien a vosotros mismos, y pide ayuda al rey en
Valladolid para sanear la primigenia cartera hospitalaria pero
retorna más pobre y enfermo. La hermandad prosigue su
labor humanitaria, sus métodos de atención son
pioneros: atención integral a la persona necesitada,
respeto a su dignidad y defensa de sus derechos.
San Juan de Dios muere en 1550 a los 55 años, de rodillas
y abrazado a un crucifijo, víctima de pulmonía
que contrae al tirarse al río Genil para salvar a un
joven. Es canonizado por el Papa Alejandro VIII, en 1690. En
1586, San Pío V erige la Orden de los Hermanos Hospitalarios
de San Juan de Dios, que continúa su gesta cristiana
en 53 países con 400 Obras Apostólicas que atienden
millones de enfermos, y se consideran modelo de atención
integral y humana. El Papa León XIII proclama a San Juan
de Dios patrono de los enfermos y hospitales, junto con San
Camilo de Lelis. Es la historia de Juan de Dios, el santo. ¿Y
cuál es la de uno de los hospitales que lleva su nombre?
Que Dios vuelva al San Juan
El Centro Hospitalario Universitario San Juan
de Dios, nació con la cédula real del rey Felipe
V (mayo de 1723), como establecimiento de beneficencia del Estado,
regido por las Leyes de Indias y construido mediante donación
del Obispo Fray Juan de los Barrios en 1564, refieren los investigadores
Erika Díaz, Yesid Doncel Barrera y Carolina Rodríguez
de la U. del Rosario, en el estudio Hospital San Juan
de Dios: una muestra del problema de salud en Bogotá
y una oportunidad para la educación legal clínica.
Agrega el estudio que el 1° de enero de 1739 se inaugura
el Hospital de Jesús, María y José,
a cargo de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios; en 1834,
un Decreto de la Cámara de la Provincia de Bogotá
define a los religiosos no como dueños y señores
de los hospitales, sino como asistentes de ellos y de los pobres.
La Ley 66 de 1868 crea la Universidad Nacional y adscribe el
Hospital a su Escuela de Medicina como campo de prácticas
e investigaciones. Con la Ley 63 de 1911, la Nación compra
el terreno Molino de la Hortúa y lo cede
a perpetuidad al Departamento de Cundinamarca para construir
manicomios y asilos de indigentes, la Ley 47 de 1919 lo destina
como complemento del nuevo Hospital San Juan de Dios, el cual
arranca en 1925. Al crearse en 1979 la Fundación San
Juan de Dios, el bien público pasa al dominio de un ente
privado. Los líos legales y laborales se multiplican,
uno de ellos la intervención por el gobierno de Turbay
Ayala, pensada para 6 meses pero que duró 22 años
que rematan con el cierre.
Los investigadores señalan la inequidad y desigualdad
que predominan en el sistema de salud y ven el Hospital San
Juan de Dios como una esperanza para aquellas personas
de bajos recursos que no tienen la posibilidad de acceder al
sistema de salud tradicional. Dada la importancia del Centro
Hospitalario para el Distrito, por ser Patrimonio Cultural de
la Nación, por los descubrimientos que en materia de
salud se dieron gracias a las investigaciones que en sus instalaciones
se gestaron y por su capacidad de atención a pacientes,
es fundamental seguir trabajando en su reapertura. Este
caso representa el arduo y constante trabajo de los diferentes
actores sociales que convergen en él. Actores que sin
esperar una contraprestación más que la satisfacción
por el deber cumplido, semana a semana, aportan su tiempo, sus
ganas y su conocimiento para la defensa de una causa que sienten
de todos y propia, concluyen, y por si acaso, añaden
una plegaria al santo patrono: Que Dios vuelva al San
Juan. Amén. |
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