MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 16    No. 196  ENERO DEL AÑO 2015    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co

 

Reflexión del mes

“El problema no es la adversidad de la suerte, porque obtenemos todo aquello que deseamos con suficiente fuerza. El problema es más bien, que nos hastía todo aquello que obtenemos. Y entonces jamás debemos tomárnosla con la suerte, sino con nuestro propio deseo...”.
“La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante”.

Cesare Pavese (1908-1950). Escritor, poeta y filósofo italiano, uno de los más importantes del siglo XX. En 1932 se licencia en letras y traduce autores ingleses y norteamericanos. En 1934 lo nombran director de la revista "Cultura" y publica escritos anti-fascistas que lo llevarona la cárcel, donde se dedica a escribir. Libre en 1936, publica "Trabajar cansa", cuyos poemas innovadores concitan mucha atención y comienza a escribir "El oficio de vivir", diario que escribiría hasta su muerte. Fue un escritor comprometido con la realidad y un hombre en constante lucha con su soledad interna, que trató de vencer toda su vida. Tras una ruptura amorosa y una depresión importante, se suicidó después de recibir un premio literario por "El bello verano". Entre sus obras están además: “La luna y las fogatas” (1950), “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” (1951) y “De tu tierra” (1941).
El médico en el post-Acuerdo
Alonso Ojeda Awad Ex embajador de Colombia, director Programa Paz. Universidad Pedagógica Nacional
Fragmento de artículo “El médico en el post-acuerdo”, publicado en el “Semanario Virtual Caja de Herramientas”, edición 430, diciembre de 2014.
“El post-Acuerdo será la gran oportunidad de la sociedad colombiana para trazar planes y programas de desarrollo en los ámbitos: político, social, cultural, de salud, educación, laboral, rural, urbano y otros.
Será el momento para que las centrales obreras, los distintos gremios, las asociaciones campesinas, los sectores de profesionales asociados y de manera individual, veamos en esta coyuntura la oportunidad de hacer nuestro aporte mediante distintas acciones como: el apoyo al proceso, la construcción de propuestas que se articulen a los planes del Estado, respuesta a las convocatorias que el mismo haga, así como otras que se irán clarificando con la consolidación del proceso.
Es aquí donde hacemos un llamado a los médicos que respetan el sagrado Juramento Hipocrático, adaptado a las nuevas circunstancias sociales que planteará el post-conflicto, para convertirnos en adalides del hacer realidad los principios fundamentales del Estado Social de Derecho, fundado en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y en la solidaridad de las personas que la integran, en la prevalencia del interés general para ayudar a los fines esenciales del Estado como es: Servir a la comunidad, ayudar a promover y dar cumplimiento al artículo 48 de la Carta Magna que concibe la seguridad social como un servicio público de carácter obligatorio e irrenunciable para todo el pueblo colombiano, el que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.
Si cada uno de los colombianos nos esforzáramos por hacer realidad nuestra Constitución Política de 1991 en la coyuntura del post-Acuerdo y trabajamos tesoneramente por mejorarla en los aspectos sociales que consideremos necesario, este momento histórico será un período para reparar la vieja deuda social que la sociedad colombiana tiene adquirida con los sectores más humildes del campo y la ciudad, desde toda su historia” .
 
  Bioética
Los Comités de Bioética y la fragilidad
Carlos A. Gómez Fajardo, MD
“Las profesiones sanitarias, y en concreto la medicina, nacieron como repuesta llena de humanidad ante el carácter vulnerable del hombre”. Esta acertada expresión de la profesora Gloria María Tomás y Garrido señala el énfasis que debe inspirar a la disciplina de la bioética, en el sentido de mantener su norte coincidiendo con el imperativo del no hacer daño, el “primum non nocere” de la tradición clásica.
La historia y la realidad dura de los hechos hicieron nacer los actuales códigos y sistemas normativos que se ocupan de la investigación biomédica.

El documento de Nuremberg, antepasado común -casi simultáneo a la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas- de los actuales sistemas normativos de la investigación médica, hizo énfasis en el carácter voluntario del consentimiento informado y en el estricto cumplimiento y vigilancia del mismo por los propios investigadores. Posteriores declaraciones como Helsinki en sus variadas versiones continúan repitiendo la referencia a la importancia de aquel principio, basado en el respeto al carácter digno de cada ser humano. Tristes experiencias ocurridas en el mundo occidental continúan señalando los graves casos de violación al respeto de la persona en condiciones de fragilidad, como lo mostró Henry K. Beecher en su clásico artículo: Beecher, NEJM 274(24):1354-1360 Ethics and Clinical Research.
En Colombia la normatividad vigente sobre el tema de las investigaciones biomédicas incluye en su resolución 8430 de 1993, una cuidadosa consideración sobre el tema crítico de la vulnerabilidad de determinadas poblaciones. Allí se enumera, de manera muy consistente y ordenada, la especial vigilancia sobre los procesos de investigación en grupos como mujeres en embarazo, menores de edad, pacientes en condiciones de discapacidad, grupos subordinados en los cuales la autoridad jerárquica podrían ejercer influencia en el consentimiento. Por ellos, muy especialmente, es necesario proteger y vigilar, una de las irrenunciables tareas de los comités encargados de la evaluación de proyectos de investigación biomédica.
Lo frágil es lo que tiene poca capacidad de resistencia o fuerza, lo fácil de quebrantar. La propia fragilidad de la persona, el ser humano vulnerable -pobre, enfermo, con escaso o deficiente nivel educativo- es un ejemplo contundente en el día a día de la práctica clínica: dolor físico y psicológico, sufrimiento, limitaciones de medios económicos, angustia, presiones laborales, familiares y sociales, son componentes adicionales a circunstancias individuales de quien en determinado momento hace parte de protocolos de investigación. Estos factores deben ser objeto de deliberaciones y procesos de seguimiento ejercidos por los encargados de velar por la marcha transparente y justa de procesos investigativos.
Hay que recordar también, haciendo referencia a la investigación relacionada con fármacos o con dispositivos de la industria diagnóstica o terapéutica, que el poder de los interesados en determinados resultados es inmenso. Sobre ello ha alertado lúcidamente la conocida autora norteamericana Marcia Angell, en referencias que también deben ser objeto de lectura y estudio de cada miembro de uno de estos Comités.
Continuando con las enseñanzas de la bioeticista Gloria María Tomás y Garrido, cabe subrayar oportunamente algo que debiera ser tenido siempre en cuenta en cada sesión de Comités de Ética en Investigación Biomédica: “La idea clave es que donde la persona necesite protección, allí debe estar la bioética”.

NOTA: Esta sección es un aporte del Centro Colombiano de Bioética -Cecolbe-.
 

Maestro, ¿qué es eterno?

Las tragedias por la pólvora en Navidad y Año Nuevo. No falta la cantidad de quemados, mutilados y hasta muertos, entre ellos muchos niños. El gobierno tranquiliza su conciencia con las mismas campañas ridículas y diciendo que este año se redujo en tanto, en vez de tomar medidas sabias y audaces. Y todos nosotros seguimos tolerando tanta violencia con la pólvora. ¡Qué horror la pólvora!

 
 











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