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en el sistema de salud no se ajustan los procesos para realizar
la detección temprana de esta enfermedad, que está
presente y constante en el medio ambiente colombiano y enferma
a más de 11.000 personas cada año. |
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Aún con los avances tecnológicos y la trayectoria
de las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud -IPS-
de Medellín, la detección de la tuberculosis (Tb),
enfermedad presente hace siglos en el país, sigue fallando
y reduce la posibilidad de controlar su propagación.
Así lo demuestran los primeros resultados de la investigación
realizada por los grupos de Inmunología Celular e Inmunogenética
y de Epidemiología de la Universidad de Antioquia, que
hacen seguimiento a 367 personas que han desarrollado la enfermedad
en la ciudad y a 2.000 personas más que conforman su
grupo familiar.
El estudio, iniciado en 2005, busca conocer en el contexto local
con qué frecuencia se infectan y desarrollan la enfermedad
las personas que conviven con los enfermos de Tb.
Uno de los hallazgos más preocupantes según Carlos
Rojas, investigador del grupo, es que los pacientes estuvieron
mucho tiempo |
enfermos sin recibir
tratamiento: Estas personas, en promedio, duraron 3 meses
tosiendo, expectorando y transmitiendo la enfermedad, tiempo
en el que buscaron ayuda en diferentes instancias, pero todavía
muchos médicos no piensan en la tuberculosis, no son
concientes que es una enfermedad real, y cuando alguien llega
tosiendo creen que es asma o neumonía y lo tratan de
acuerdo con esas impresiones diagnósticas.
Colombia, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), hace parte de un grupo de países donde se
calcula que existe el doble de los casos reportados de tuberculosis,
que oscilan entre 10.000 y 12.000 cada año, y precisamente
sólo se detecta la mitad de los casos por todas las limitaciones
existentes, incluidas las del sistema de salud, para sospechar
que una persona ha desarrollado la Tb.
Ensayo y error
Las personas que participaron del estudio, si bien tuvieron
acceso a hospitales públicos y privados, perdieron tiempo
precioso mientras algún médico contemplaba hacerles
la prueba. Además, paradójicamente, las que no
tenían aseguramiento fueron atendidas más fácilmente
que las del régimen subsidiado, a quienes se impusieron
más trámites para acceder a la atención
médica.
Esta situación que se replica en otras ciudades, para
Rojas, evidencia la falta de conciencia de la importancia que
tiene la Tb en nuestro medio, razón que motivó
a los investigadores a iniciar un nuevo estudio para conocer
qué impide a los actores del sistema de salud actuar
a tiempo para detectar y tratar la patología.
Una hipótesis es que posiblemente en los centros
de formación médica no se le dedica tanto tiempo
a la enseñanza de la Tb. Se prepara al personal para
funcionar muy bien en hospitales de tercer nivel, pero no para
atender el primer nivel donde se encuentran tanto la Tb como
otras enfermedades infecciosas, sostuvo.
A estos motivos se suman otros más subjetivos, que dificultan
la detección de la enfermedad: los enfermos tienen sus
mitos sobre la enfermedad que sigue generando para ellos vergüenza
y discriminación.
Casos de Tb no son aislados
Otra de las conclusiones a las que llegó la investigación,
es que a las familias de los pacientes con Tb hay que hacerles
seguimiento, porque el enfermo no es un caso aislado. Por el
contrario: en su convivencia con otras personas está
el mayor riesgo de contagio, porque a través de la expectoración
la bacteria queda suspendida en el aire y puede ser respirada
por cualquiera.
Hemos visto que a esas familias debe hacerse seguimiento
porque tienen riesgo muy alto de desarrollar la enfermedad,
30 veces más que el resto de población.
En ese sentido, para Rojas, la prioridad del Programa de Control
de Tb que existe en Colombia, es lograr identificar el mayor
número de pacientes y tratarlos lo mejor posible, para
cortar la cadena de transmisión. Habría que mejorar
entonces la captación del sintomático respiratorio,
no esperar a que el paciente vaya al médico sino ir a
buscarlo, empezando por los mismos hospitales donde los médicos
pregunten a sus pacientes si han estado tosiendo con expectoración
por más de 15 días, para hacerles el examen.
Esta medida podría sustituir de alguna forma el déficit
que presenta la vacunación con la BGC, que es utilizada
al momento del nacimiento, pero que sólo protege hasta
los 4 años de vida de las variantes no pulmonares de
la enfermedad.
Índices de Tb, aparentemente
estables
Los problemas en la detección y control de Tb
no son nuevos, pero si se comparan con el período comprendido
entre 1993 y 2000, en el que los hospitales dejaron de tener
la persona responsable de la búsqueda de la enfermedad
y se dejó de reportar casos al Instituto Nacional de
Salud (INS), hay una notable mejoría.
Según explica César Castilblanco, encargado del
departamento de vigilancia en salud pública del INS,
en Colombia hubo una disminución continua de casos de
Tb entre 1970 y 1993, pero a partir de la expedición
de la Ley 100/93 se inició un aumento progresivo de los
mismos. Después del año 2000 empezaron a descender
las cifras, gracias al mejoramiento del diagnóstico,
y hasta la fecha los índices han permanecido estables,
pero no se puede olvidar el subregistro de casos que no son
detectados.
Actualmente, es notorio el aumento de casos relacionados con
el VIH-sida. Estadísticas del INS revelan que un 7% de
las personas con Tb también reportan VIH, mientras que
el 19% de los infectados con VIH presentan todos Tb, lo que
indica que el sida hace más propensa a la persona a contagiarse
o desarrollar la enfermedad.
Entre las patologías que favorecen la aparición
de la tuberculosis, además del VIH, están la desnutrición,
el cáncer y la diabetes. De 11.000 casos de Tb que se
registran anualmente en el país, el 4% mueren.
Riesgo creciente
Antioquia, Cundinamarca y Bogotá, Valle, Córdoba,
Cauca y Tolima son los departamentos más poblados que
reportan mayor número de casos, pero según Castilblanco,
no son estos los que ofrecen mayor riesgo. De hecho, otros con
menor población y menores índices de Tb, presentan
más alto riesgo, caso de la Orinoquía, el Amazonas
y la Guajira, donde existe mucha población indígena;
o Chocó, Quindío, Meta y los Santanderes, donde
la creciente pobreza, desnutrición y hacinamiento generan
las condiciones para que se transmita la bacteria.
Carlos Rojas, por su parte, respalda ese argumento, en el sentido
de que si bien Antioquia y Valle están reportando más
casos, es porque tienen un mejor sistema de vigilancia, no tiene
lógica que los departamentos más pobres del país
aparezcan con cifras bajas si generalmente tienen sistemas de
salud más débiles: Si en Antioquia hay problemas
para sospechar Tb por parte de los médicos, en esos departamentos
deben ser peor, concluye.
Este año se evidenció otra falencia en el control
de la enfermedad, cuando el Ministerio de la Protección
Social anunció que se había acabado el stock de
medicamentos para tratamiento. No obstante, el problema fue
solucionado con el concurso de la OPS y países vecinos.
Actualmente la entrega de los medicamentos no presenta problemas.
Se hace más complejo conseguir que los pacientes, que
generalmente viven en condiciones de pobreza, lo lleven juiciosamente
hasta completar los 6 meses requeridos para curarse, porque
deben desplazarse diariamente hasta la institución de
salud para llevar un control en presencia del personal médico. |
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Indígenas con doble
riesgo
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Las
comunidades Indígenas tienen riesgo alto de contraer
Tb, según investigaciones realizadas, posiblemente porque
su sistema inmune no está preparado para enfrentar la
patología. Por haber crecido en un ambiente distinto,
el sistema inmune indígena se moldeó para defenderse
de parásitos y otras enfermedades, en cambio la población
mestiza ha estado sujeta a muchos contactos y mezclas, y posee
un sistema inmune que se defiende más fácilmente
de microorganismos como el que produce la Tb", sostuvo
Carlos Rojas
El Ministerio de Protección Social y la Organización
Panamericana de la Salud presentaron hace poco los resultados
exitosos de un programa que ejecutó inicialmente en Cesar,
Nariño y Amazonas, entrenando a voluntarios de salud
indígenas para que hagan el acompañamiento al
paciente durante el tratamiento y eviten que se propague la
bacteria. El programa se replicará en Guajira, Guainía,
Vichada y Guaviare. |
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Evalúan otra herramienta
diagnóstica
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En
el estudio sobre Tb, los investigadores evalúan en los
pacientes y sus familias otra herramienta diferente a la tuberculina
o PPD, usada tradicionalmente para detectar la presencia de
infección por esta bacteria. Se trata de la medición
de producción del Interferón Gama, una sustancia
que genera en la sangre las células del sistema inmune
para combatir la Tb y otras enfermedades. El examen consiste
en poner a reaccionar la sangre con el bacilo de Koch: si hay
infección se produce Interferón Gama.
La OMS estima que un 33% de la población mundial está
infectada con la bacteria que causa la Tb, pero en la población
investigada con el Interferón Gama se encontraron porcentajes
más altos. Con la prueba de Tuberculina la proporción
de infección es del 70%, el doble de lo que plantea la
OMS, pero con el Interferón Gama hay respuestas más
altas. Eso indica que la población de convivientes tiene
un riesgo muy alto de infectarse y es lógico, porque
son familias muy pobres, que viven en espacios reducidos, poco
ventilados e iluminados que propician la trasmisión de
la Tb, reveló Rojas. |
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