MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 241 OCTUBRE DEL AÑO 2018 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com

Aumento de la obesidad: Políticas públicas globales en salud haciendo frente al mercadeo de la industria alimenticia

Por: Paula Andrea Díaz Valencia, MD, Esp, MpH, PhD. Coordinadora Doctorado en Epidemiología Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de Antioquia. Presidenta Electa AMNET
elpulso@sanvicentefundacion.com

L as enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) son la primera causa de mortalidad en todas las regiones del mundo y se les atribuye grandes pérdidas económicas. La investigación al respecto ha demostrado que diversos factores de riesgo son responsables de la alta carga de morbi-mortalidad. La intervención y control frente a esta situación de salud de la población requiere políticas públicas globales que favorezcan el bienestar de las comunidades y el máximo logro de las potencialidades humanas, aún en contra de los intereses comerciales de poderosos agentes económicos. Los gobiernos y la academia están llamados entonces no solo a develar las verdades ocultas en las estrategias de mercadeo de la industria alimenticia, en las que priman los intereses particulares, sino a fortalecer la política pública para la prevención y el control de las ECNT.

Enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad, cáncer, enfermedad renal crónica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se encuentran entre las principales ECNT que afectan nuestro país, América Latina y el mundo. Entre los principales factores de riesgo para padecerlas se encuentran el tabaquismo, el consumo de alcohol, la inactividad física y las dietas pobres en frutas y verduras. De manera particular, la obesidad, está presente en diversas manifestaciones de estas enfermedades crónicas, como componente promotor o modificador de diversas complicaciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado los productos ultra-procesados (PUP) como principales “responsables” de la epidemia global de ECNT en nuestro tiempo.

En Colombia existe una clara tendencia al incremento del sobrepeso y la obesidad desde la década de los 80 (Figura 1), patología directamente relacionada con el acceso y consumo de alimentos ultra procesados (AUP) listos para el consumo, como bebidas azucaradas, comidas rápidas y otros productos de alto contenido calórico. Parece contradictorio que en los países con mayores limitaciones económicas sean los que reporten mayor incidencia de obesidad. Para responder a la pregunta ¿Cómo es posible que, en especial países de medios y bajos ingresos, tengan los mayores aumentos de obesidad? Es necesario trascender las explicaciones individuales clínicas o fisiológicas hasta llegar a integrar determinantes globales que puedan ayudar a comprender la cadena causal de la obesidad. Investigadores plantean que uno de estos determinantes es la poderosa estrategia de mercadeo de los grandes grupos económicos, la cual logra llegar a los lugares más pobres y apartados ofreciendo comida abundante, disponible y bajos precios, haciendo posible: “comer más si es posible comprar más”.

Tomadores de decisiones, científicos, personal de la salud y comunidades estamos llamados a reconocer algunas estrategias que la industria ha utilizado de manera sistemática para posicionar sus productos y aumentar su consumo. Algunas de ellas son: 1) promoción de cambios en las dietas tradicionales y la sustitución de la agricultura local por grandes monocultivos, (2) empleo de vendedores puerta a puerta e impulsadores en los supermercados que exaltan el valor nutricional de los PUP, basado en la adición de vitaminas y minerales (3) presión e influencia sobre la política y los políticos, insertándose en el sistema legislativo o mediante lobby y donaciones, obstaculizan la generación de leyes y políticas que vayan en contra de los intereses de la industria o los que promueven impuestos a los alimentos ultra-procesados (4) influencia en los académicos para tener su favor en los enfoques de ciertas investigaciones, o por omisión de las verdades tácitas en la realidad del mercado de los alimentos, (5) entre otros se encuentran: la inseguridad que limita las actividades al aire libre, la falta de tiempo para preparar alimentos en casa, situación en la que la comida procesada y congelados se vuelve una alternativa de primera mano, la falta de conocimientos y pérdida de habilidades culinarias que sume en el olvido la cocina tradicional, afectando la autonomía e identidad de las comunidades, y el posicionamiento de las industrias de alimentos como fuentes de empleo masivos y beneficios económicos.

En contraste, países como Canadá y algunos de Europa como Finlandia han demostrado que es posible reducir las tasas de obesidad y en consecuencia además la morbimortalidad por enfermedades cardiovasculares. Para lograrlo se requiere acciones locales y globales que busquen las acciones encaminadas al mejoramiento de la salud y lograr el bienestar de las comunidades, lo anterior apoyado en acciones políticas de diversos niveles, comprometidas con la búsqueda de estrategias que de manera colectiva frenen y disminuyan el aumento del consumo de PUP en pro de la salud global.

Hoy sabemos que es posible cambiar el curso de actual de las tendencias en ECNT y es necesario promover acciones de responsabilidad compartida de los todos los colectivos humanos encaminados a lograr la meta global de reducir en un 25% la mortalidad prematura, ocurridas antes de los 70 años de edad, para las cuatro principales ECNT: enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas; muertes que en su mayoría son prevenibles.


Dirección Comercial

Diana Cecilia Arbeláez Gómez

Tel: (4) 516 74 43

Tel: (4) 516 74 43

Asesora Comercial

María Eugenia Botero

Tel: (4) 313 25 23, Medellín