MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 66    MARZO DEL AÑO 2004    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

¿Qué quedó del foro de vigilancia, inspección y control?

Con el propósito de debatir el estado de los procesos de vigilancia y control del sector salud y de proponer correctivos para garantizar el uso transparente de los recursos, el pasado 4 de febrero se realizó en la Fundación Santa Fe, en Bogotá, el Foro de Vigilancia y Control al Sistema de Salud, con la participación de directivos como el ministro Diego Palacio; el superintendente de salud, César Augusto López; el presidente de la Junta de la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales, Luis Ignacio Mejía; y el presidente de la Junta de Acemi, Luis Fernando Restrepo, entre otros.
Quedó en el ambiente la percepción de que el foro se alejó sustancialmente del objeto de discusión, cual era el de debatir la vigilancia, la inspección y el control del sector salud, y en el centro de dicho debate su representante máximo: La Superintendencia Nacional de Salud. En efecto, los asistentes al foro esperaban que las cabezas visibles del sistema de protección social presentaran las propuestas de vigilancia, inspección y control (VIC), revisando desde luego, la funcionalidad de sus principales actores: Las Superintendencias de Salud y Subsidio Familiar y las entidades territoriales: departamentos y municipios.
El foro comenzó con una breve exposición del Superintendente de Salud sobre algunos tópicos de la vigilancia y control, considerados por los expertos como “lugares comunes”. Su intervención se centró en hacer afirmaciones como las siguientes: Infinidad de vigilados, lo cual no es nuevo en la discusión; un sector complicado, nadie ha dicho lo contrario; financiamiento heterodoxo, entendiéndose por heterodoxo un número finito de fuentes y recursos y por supuesto de generadores de los mismos; ligereza en el manejo de los dineros, ligereza dada posiblemente por la falta de una política de VIC y en algunos casos por una normatividad espuria. Asimismo, presentó como novedad el incremento de la sanción monetaria y su orientación hacia los representantes legales de los vigilados. No esbozó una política de VIC, ni tampoco habló sobre la nueva o vieja Superintendencia.
Señaló igualmente la alta evasión y elusión de recursos, particularmente los que se originan por rentas cedidas. Más no señaló las estrategias legales y técnicas para combatir dichas prácticas que corrompen al sistema, tan sólo esbozó como estrategia, la de elevar la sanción y dirigir la misma hacia los representantes legales. Señaló además, la falta de jurisdicción coactiva de las EPS, impidiendo posiblemente hacer una labor de cobranza más efectiva en cabeza de las administradoras. Luego, señaló que la compensación o legalización de los recaudos se hace mucho tiempo después del recaudo efectivo de la cotización (recuérdese que por principio general, la compensación procede el primer día hábil siguiente a la fecha establecida para el pago de las cotizaciones), en un porcentaje superior al 34% del recaudo. Finalmente, indicó los problemas que subsisten en la facturación de las IPS: “No saben facturar”. De hecho, afirmó que lo facturado por las IPS no corresponde con lo reportado por las entidades territoriales y por las administradoras.
En relación con la Superintendencia de Salud se limitó a decir que la vigilancia era fraccionada y puso como ejemplo que para conocer el estado del arte del Seguro Social, había que llamar a cinco jefes de división, señalando posiblemente con ello el fraccionamiento de la VIC. Ante esto y de manera anecdótica, se podría argumentar que sobran las direcciones y no las divisiones, pues aquellas son en el marco legal actual, las que deben hacer la coordinación entre las distintas divisiones, y esto porque la estructura orgánica actual de la Superintendencia fue diseñada al amparo del binomio “vigilado-proceso”. No es que haya muchas o pocas divisiones ejerciendo la VIC sobre un mismo vigilado, lo que se evidencia es la ausencia de dirección y coordinación para ejercer dicha vigilancia y control sobre el vigilado: Liderazgo es lo que ha faltado en últimas.
Otros participantes del foro señalaron como debilidades de la VIC la falta de un sistema de información; la adscripción de la Superintendencia al Ministerio de la Protección Social, limitando su autonomía, por lo cual algunos proponen como opción la adscripción a la Presidencia de la República; la demora en el reconocimiento y pago de los reembolsos por medicamentos por parte del Fosyga; la ausencia de una política de capacitación de profesionales de la salud y, obviamente, la consabida afirmación de que la fusión limitó la participación de la salud en el devenir del Ministerio de la Protección Social.
El Ministro Palacio afirmó, por otro lado, que hay una ausencia absoluta de decisión política en el sector. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la afirmación que hizo sobre corrupción y politiquería: “El problema más grave es la corrupción y la politiquería, mafias de cuello blanco, el sistema de VIC fue creado para que no funcione...”. Finalmente, indicó que le preocupaba que dentro de la agenda de los actores no había una acción en concreto para combatir la corrupción y la politiquería en el sector.
Obviamente, todas estas afirmaciones no tuvieron posibilidad de confrontación en el foro con otras argumentaciones del público, pues como es costumbre en este tipo de reuniones, el tiempo se agotó y no hubo por tanto la opción de preguntar por escrito, según la metodología, y generar por esta vía el debate sobre las afirmaciones y los escasos argumentos planteados.
Más allá de lo afirmado por el Ministro de Protección Social, por el Superintendente de Salud y demás representantes del sector en materia de corrupción y politiquería, conductas que deben ser exterminadas por completo del sector salud, lo que se evidenció en el foro y posteriormente en los medios de información, fue por un lado la ausencia absoluta de una política de vigilancia, inspección y control del sector, y de otro, la necesidad de no mirar la VIC del sector desde una postura gremial y reducida, sino desde una perspectiva global e integral. Por eso con justicia se ha dicho que la política de VIC no puede ser trazada por uno u otro gremio o por todos, sino por el gobierno nacional.
Así pues, los interrogantes básicos: ¿Qué se debe vigilar? ¿Cómo se debe vigilar y controlar? y, ¿Por qué se debe vigilar y controlar?, no fueron respondidos en el foro y más bien se cayó, como pudo apreciarse, en las afirmaciones comunes por todos conocidas frente al tema de vigilancia, inspección y control .

 



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