que
empezara a fonar después de la primera semana y lo hizo
al tercer día, que empezara a respirar en forma normal
hacia la tercera semana y lo hizo tres días después
de la segunda semana, y ahora solo resta esperar menos de dos
meses, para que empiece a comer por la boca y deje de ser alimentado
por sonda.
Este proceso de recuperación es sumamente valioso en
primera instancia, porque se ha podido devolver al paciente
algunas condiciones para mejorar su calidad de vida; en segunda
instancia porque demuestra la validez de la técnica médico-científica
empleada, y en tercera instancia, porque demuestra el apoyo
incondicional del Hospital Universitario San Vicente de Paúl
a la investigación y el avance médico; no en balde,
después de conocerse los primeros efectos positivos del
trasplante, la noticia fue referenciada en medios de información
de todo el mundo y el logro mereció incluso el reconocimiento
del presidente de Colombia, Andrés Pastrana, quién
en comunicación escrita exaltó este avance tecnológico,
destacándolo como una hazaña humana y científica.
Diferencias con el primer trasplante
A diferencia del primer trasplante de laringe realizado el 4
de enero de 1998 en la Clínica Cleveland de los Estados
Unidos, cuando el doctor Marshall Strome intervino a Thimothy
Heidler para devolverle la voz perdida hacía 23 años
en un accidente automovilístico, el segundo trasplante
de laringe del mundo efectuado en Medellín presentó
los siguientes avances: en primer término, la revascularización
o forma de pegar los grandes y los pequeños vasos sanguíneos;
en segunda instancia, se pegaron nervios y músculos que
abren y cierran la laringe que en el primer trasplante no se
habían pegado; y en tercer lugar, la aplicación
de una dosis precisa de radioterapia a la laringe que se trasplantó,
para evitar el rechazo, técnica que hasta ahora ha demostrado
su efectividad. Esta aplicación de radioterapia fue una
propuesta clínica de Luis Fernando Tintinago en 1997,
antes del trasplante en Estados Unidos, y esa propuesta le valió
incluso recibir el Premio Nacional de Medicina en Colombia,
aunque apenas estaba empezando su fase de experimentación
de trasplante de laringe en animales.
Otra diferencia con el primer trasplante, estriba en que este
procedimiento es resultado del trabajo de investigación
de un equipo de 23 personas coordinado por el cirujano de cabeza
y cuello, Luis Fernando Tintinago, respaldado por la administración
del Hospital Universitario San Vicente de Paúl, su grupo
de trasplantes y su equipo de reconstrucción de laringes.
Sin el apoyo de los 9 subgrupos de trabajo habría sido
imposible realizar este trasplante, dice el doctor Tintinago,
quién exaltó la labor del cirujano cardiovascular
Fidel Cano; del jefe de Otorrinolaringología de la Universidad
de Antioquia, Alfonso White, y del residente Byron López;
de los cirujanos microvasculares Jaime Restrepo Espinal y Juan
Fernando Lopera; de los anestesiólogos Juan Fernando
Alzate y Gabriel Marín; y de la nefróloga Inge
Elena Arango, quienes constituyeron el equipo quirúrgico
básico de la intervención, pero cuyo trabajo fue
apoyado constantemente por los radioterapeutas y un físico
médico, el neumólogo, el patólogo, el inmunólogo,
la rehabilitadora, tres enfermeras profesionales que han estado
siempre pendientes de la atención especial del paciente,
y en general, todo el equipo que hizo posible la intervención
y el avance en el proceso.
Sin embargo, todo este esfuerzo puede irse al traste, si la
justicia colombiana no aprueba una tutela que le garantice al
paciente, más que el pago del procedimiento, que ya fue
asumido por el Hospital, la continuidad en el suministro de
los medicamentos que necesitará de por vida para garantizar
el buen funcionamiento de la laringe trasplantada. El Hospital
San Vicente ha invertido cerca de $100 millones en cubrir los
costos del procedimiento, los médicos han entregado su
capacidad de trabajo sin recibir pago y ahora se buscará
respaldo internacional para continuar con las investigaciones
y la realización de otros trasplantes. Los primeros contactos
se han establecido con el Instituto Carlos III de España,
para presentar esta iniciativa como un proyecto de investigación
en cáncer, ya que uno de los grupos más beneficiados
en el mundo pueden ser los más de 100.000 nuevos pacientes
con cáncer de laringe en Europa cada año, los
más de 10.000 en Estados Unidos y los más de 1.000
en Colombia; con la Organización Roche en Suiza, a la
cual se le presentará un proyecto de reconstrucción
de voz en pacientes con cáncer; con un Hospital en Sicilia,
Italia, y con el Royal Marsden Hospital, de Londres.
Después de una exitosa intervención quirúrgica
de 23 horas, ahora Martín Gaviria solo espera que la
ley colombiana le garantice poder llevar una vida normal, porque
su caso, como el de miles de colombianos, depende del visto
bueno de un juez, ante el vacío en la legislación
para pacientes como ellos, porque este tipo de trasplantes no
están incluidos en el Plan Obligatorio de Salud. Sin
embargo, suceda lo que suceda, ya se dieron los primeros pasos
para devolverle sus funciones normales de hablar, comer y respirar,
lo que además ha abierto la puerta de la esperanza para
los pacientes que tienen afectada su tráquea, porque
los avances del trasplante de laringe ya le permiten al doctor
Tintinago asegurar que en el primer semestre del año
2003 realizará este procedimiento, más complejo
y más riesgoso para la vida del paciente.
Preámbulo al primer trasplante
de tráquea en el mundo
Con un porcentaje de éxito superior al 60% en el trasplante
de laringe, ya se puede hablar de que se ha cumplido con este
requisito previo, para pensar ahora en la posibilidad de realizar
el trasplante de tráquea. Ya se tienen además,
gran cantidad de pacientes, que han sufrido intubaciones en
las Unidades de Cuidado Intensivo, en donde al mantenerlos varios
días sujetos al respirador artificial, se les fibrosa
la tráquea (se les pega completamente); aunque a muchos
pacientes se les hace cirugía de reconstrucción,
algunos quedan sin tráquea completamente y pasan el resto
de sus vidas conectados a tubos artificiales, lo que deteriora
su calidad de vida. Otros pacientes serían los que han
sufrido estenosis, que se les ha quemado la laringe o la tráquea
por una quemadura.
El grupo investigador del Hospital Universitario San Vicente
de Paúl aspira a realizar el primer trasplante de tráquea
que se practique en el mundo, porque el trabajo conjunto siempre
se ha encaminado a tener la capacidad para realizar trasplantes
de cualquier parte de la vía aérea y digestiva,
para devolver a los pacientes las funciones normales de cualquier
ser humano, de respirar, hablar y comer al igual que sus congéneres.
Ya se han hecho avances importantes en la fase de experimentación
y en muchas cirugías de reconstrucción, y la técnica
es muy similar a la del trasplante de laringe; en el mundo no
se ha hecho el primer trasplante de tráquea, porque no
se conocían muy bien los territorios vasculares de la
misma (logrados a base de pegar pequeños y grandes vasos),
pero al pegar estos vasos de manera funcional en el trasplante
de laringe, se abrió la luz para el de tráquea.
El equipo de trabajo sería básicamente el mismo
del trasplante de laringe con el concurso de unas dos personas
más y el apoyo económico para continuar adelante
con las investigaciones; se depende entonces, no solo de la
buena disposición del Hospital Universitario San Vicente
de Paúl de Medellín, sino del apoyo financiero
necesario para desarrollar este trabajo que ya ha mostrado sus
primeros buenos resultados. |